LO OCULTO EN LAS COLECCIONES THYSSEN BORNEMISZA

El sábado 23 de septiembre estuve con mi amiga Mª José Aranda en el Museo Thyssen descubriendo y disfrutando de esta exposición. Se trata de una selección de obras de las colecciones del museo vinculadas con diversos aspectos relacionados con el ocultismo, como el espiritismo, la astrología, la demonología, la alquimia, el chamanismo. Las obras y autorías expuestas van desde el siglo XV hasta las vanguardias, aunque a mí las que más me han interesado, claro, han sido las de las vanguardias. La mayoría ya las había visto muchas veces en la colección y en otras exposiciones temporales, lo novedoso ha sido la interpretación bajo el prisma del ocultismo. Por eso, recomiendo que, si queréis visitarla, compréis la entrada con audioguía, las explicaciones son muy reveladoras, nos descubren detalles e intenciones que no siempre podemos descubrir por nuestra cuenta. Bueno, en cualquier caso también hay cartelas con buenas explicaciones de cada obra. La exposición estará abierta hasta el 8 de octubre.
"Retrato de un hombre con una sortija", Francesco del Cossa (1472- 1477). Lo que más llama la atención de esta pintura es el artificio tridimensional, "trompe l'oeil", de la mano que se sale del cuadro. Pero en muchas pinturas de los siglos XV y XVI encontramos paisajes misteriosos con cuevas habitadas por eremitas, lagunas o ríos navegados por barcas que nos recuerdan a Caronte atravesando el rio Aqueronte, rocas y nubes con formas enigmáticas... Bueno, pues en esta obra están todos estos detalles y seguramente muchos más. En una de las explicaciones de una obra, no esta, nos dicen que una auxiliar de sala descubrió un ojo oculto. O sea que si seguimos mirando tal vez descubramos más detalles de los que ya nos cuentan las personas especializadas en arte, no nos quedemos en si nos gusta o no nos gusta, si lo entiendo o no lo entiendo, observemos, analicemos, redescubramos, apropiémonos de la creación. Esta recomendación sirve para cualquier creación poético artística:
"Árbol solitario y árboles conyugales". Max Ernst, 1940. Entre las imágenes fantásticas logradas con la técnica de la decalcomanía, Ernst oculta diversas figuras enigmáticas. La mayoría de las autorías y las obras que he fotografiado, porque eran las que más me atraían, son surrealistas:
"Venecia era toda de oro", Lucio Fontana, 1961. Aunque las obras más conocidas de Fontana suelen ser lienzos pintados de negro o monocolor con un corte central, en este caso la obra aunque también es monocolor, tiene un fulgor dorado (y alquímico) muy llamativo y además surcado por líneas circulares.  Pero también incluye el corte central que, según la audioguía, podría recordar una barca ¿de Caronte?:
"El pájaro relámpago cegado por el fuego de la luna", Joan Miró, 1955. En esta exposición no podía faltar alguna de las muchas constelaciones de Miró. Surrealismo, suprematismo, naturalismo y astrología. Puntos, líneas y manchas/ planos, como expresión minimalista de la naturaleza. Y mucho vacío (interestelar e introspectivo):
"Burbuja de jabón azul", Joseph Cornell, 1949- 1950. Es mi obra favorita en esta exposición. La audioguía invita a mirar cada pared de la obra, en los laterales hay varias constelaciones. Pero a mí me atrae el conjunto del assemblage. Se trata de un pequeño mueble que tiene un cajón debajo, también intervenido. Cornell es un referente primordial de mi obra de cajas y assemblages. La copa rota se la he copiado en varios de mis obras. Para mí los picos cortantes y amenazantes del cristal roto tienen un significado concreto relacionado con los miedos inevitables, el descontrol de las emociones y los deseos, el dolor, la pérdida y la liberación, la sangre como metáfora que fusiona la vida y la muerte. Es, por tanto, el elemento que más me emociona de esta obra:
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Pintura sin título de Roberto Matta, 1942- 1943. Otra obra basada en cristales rotos, también está expuesta la muy conocida pintura de Magritte de la ventana rota, pero como esa es una obra tantas veces reproducida, preferí fotografiar esta joya de Matta menos conocida y tan enigmática. Creo que en la explicación no hablaban de cristales rotos sino de un paisaje cruzado con figuras cuadriláteras, formas circulares concéntricas y líneas rectas confluyentes en un punto. De nuevo el Surrealismo y el Suprematismo. Punto, línea y planos. Pero yo lo que veo es una luna de cristal apedreada para la que sirve toda la reflexión que he expresado en la fotografía anterior: 
"Jesús entre los doctores". Alberto Durero, 1506. El personaje a la izquierda de Jesús (derecha de la pintura desde el punto de vista de quien la observa, especifico esto porque yo mismo me confundí cuando escuchaba el audioguía) tiene rostro demoníaco. Los rostros de Durero suelen ser muy escalofriantes y muy realistas, porque al margen de lo que nos quiera insinuar, siempre ha habido y hay personas con rostros tal vez poco agraciados según los cánones de belleza de cada época, pero que no necesariamente se corresponden con las actitudes, sentimientos, cualidades y valores humanos de estas personas. Es absolutamente falso ese dicho tan español y tan clasista, racista y discriminador de "la cara es el espejo del alma". Como supuestamente dijo el propio Jesús: "Por sus obras les reconoceréis". No por sus facciones. 
"Metrópolis" George Grosz, 1916- 1917. Había visto muchas veces esta pintura pero no la había relacionado nunca con el ocultismo, pero es verdad que entre los múltiples personajes, objetos y edificios de este abigarrado "horror vacui", de repente encontramos un coche fúnebre o personajes demoníacos. He fotografiado el detalle de este extraño personaje del extremo inferior izquierda del cuadro, "tatuado" con serpientes y fumando un puro con larga boquilla. En general no me suelen gustar los cuadros con demasiados elementos donde es, para mí, difícil centrarse y reflexionar, por lo que tiendo a fijarme en un detalle, personaje u objeto que por lo que sea me atrae:
"Atardecer", Edvard Munch, 1888. Al parecer Munch era seguidor del espiritismo y en algunas de sus obras representaba personajes ocultos como espíritus que se entreven velados pero que al hacer radiografías se muestran más evidentes:
"Marrón y plata I", Jackson Pollock, 1951. Las obras de Pollock basadas en el automatismo pictórico inventado (o reinventado y promocionado) por el Surrealismo, tiene bastante relación con las obras que yo estoy elaborando recientemente con las técnicas de "scrubbed". En propiedad debería haberlo expresado el revés: mis obras tienen relación con las de Pollock. Lo que desconocía es que el origen está en el chamanismo de los indios Hopi:
"El gallo", Marc Chagall, 1928. El motivo central bien podríamos considerarlo como una representación surrealista del mito del rapto de Europa a lomos de Zeus transfigurado en este caso en gallo en vez de toro o incluso con el mito de Leda de nuevo con Zeus transfigurado en gallo en vez de cisne. Pero una vez más en el fondo encontramos personajes ocultos, la barca de Caronte... e incluso el toro (Zeus) aparece dibujado entre las patas del gallo, a modo de identificación mitológica:
"Pintura con tres manchas" Vassily Kandinsky, 1914. También utiliza los elementos del suprematismo (puntos, líneas y manchas) para alejarse del realismo. Kandinsky fue uno de los primeros artistas en elaborar arte abstracto liberando la creatividad a través del automatismo pictórico que había difundido el Surrealismo. La diferencia entre Surrealismo y abstracción es que en el primero quien elabora la obra tiene un mensaje, a menudo crítico y muchas veces onírico que transmitir, aunque sea con métodos automáticos. La abstracción no tiene más mensaje que la libertad creativa. Aunque a menudo nos empeñemos quienes observamos, tal vez precisamente como influencia del Surrealismo, en interpretar las obras abstractas. Por ejemplo: ¿Esto representa un rostro? ¿tal vez una galaxia?:
"Mujer ante el espejo", Paul Delvaux, 1936. En la audioguía nos hablan de la Esfinge y el mito de Edipo. En los años 30, con el golpismo fascista en España y el ascenso del nazismo en Europa, el Surrealismo se volvió hacia la mitología para indagar sobre el futuro de la humanidad. Una respuesta inadecuada a la Esfinge conduciría a la autodestrucción, pero ¿fueron/ son los enfrentamientos militaristas, bélicos, violentos, mortales la respuesta más adecuada para preservar los valores humanistas, los derechos y libertades de las sociedades civiles?:
Aunque, como dije al principio, casi todas las obras expuestas ya las hemos visto muchas veces, merece la pena volver a verlas bajo el prisma de esta propuesta.

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