MISS DRÁCULA Y FLOR DE OTOÑO
El domingo 17 de septiembre volví a la Filmoteca Española, hacía más de dos años que no iba. Y en las próximas semanas seguro que vuelvo porque durante los meses de septiembre y octubre proyectan el ciclo "A la contra y desde abajo" dedicado al cine queer.
Ayer vi dos películas, la primera fue un cortometraje de 14 minutos, "Miss Drácula y el imperio de la leche", de Antoni Gracia José (Pierrot), película de 1976 que no había visto nunca. En otras webs he encontrado referencias con el título "Miss Drácula contra el imperio de la leche". Para criticar este film hay que señalar que hasta 1979 no se excluyeron de la Ley de Peligrosidad Social los
actos de homosexualidad y habría que esperar a 1983 para ver
desaparecer el escándalo público del Código
Penal. En ese sentido la película es mucho más transgresora de lo que puede parecernos ahora. De hecho yo la vi muy como un divertimento erótico. Pero debo analizarla con la óptica de los cuarenta años de armarios, invisibilidad, vidas y escenas underground, redadas en los locales de ambiente, electroshocks y todo tipo de agresiones y vejaciones en la calle, en los centros educativos, en las empresas, en los medios de comunicación, en las comisarías, y claro, también en los cuarteles. Con esa óptica me pareció una película de culto, con mucha ironía, textos rimados, erotismo difuminado, fantasía, y, muy relevante, una colección de falos. ¡Y es que yo también tengo una colección de falos!. También es importante la referencia a la Alianza de Activistas por los derechos LGTB, con el símbolo lambda en el tanga. Por lo tanto, además de divertimento erótico, es una película muy reivindicativa. Y alguno de los muchos looks que aparecen en la película me recordaron a "La naranja mecánica" de Kubrick, estrenada solo un año antes.
La segunda fue "Un hombre llamado Flor de Otoño", de Pedro Olea, de 1978. Esta sí que ya la he visto varias veces, en la filmoteca y en la televisión. Pero como me suele pasar con las grandes películas, siempre descubro o redescubro detalles nuevos, interesantes, ocultos, también transgresores. Por ejemplo no recordaba las breves escenas en las que aparece Pedro Almodóvar, pintado de negro, interpretando a Lola Nicaragua, la reina de la banana. Por cierto que en la web de Carla Antonelli hay un estudio muy completo sobre los primeros años de Pedro Almodóvar, firmado por Pierrot, entiendo que el mismo director de Miss Drácula, fechado en 2003. Y dedica varios párrafos a esta película descubriéndonos a los otros travestis del camerino de Flor de Otoño: "En el film, Luis de Serracant (José Sacristán) actúa como travestí con
el nombre profesional de Flor de Otoño en la sala Bataclan de Barcelona. En las escenas del camerino, lo comparte con,
(eran artistas del Gay Club de Madrid); Paco España, Iván,
Patrick , Nikolas y, (era la excepción), Pedro Almodóvar
pintado de negro para el rol de “la reina de la banana”.
La película pone de manifiesto el eterno dilema de los colectivos sociopolíticos de los últimos años del franquismo y los años de la llamada "transición": la lucha armada versus la no violencia. Especialmente dentro de los colectivos de ideología anarquista. El mismo protagonista echa en cara al compañero de la imprenta que con la no violencia "sólo habían conseguido reducir las horas de trabajo y que les pagaran un poco más", pero que así no se alcanzaría la libertad. Y en este caso el protagonista identifica libertad con liberación homosexual. Desde mi punto de vista antimilitarista desde luego la reducción de horas y el sueldo dignos son dos grandes logros del sindicalismo. Y desde colectivos no sindicalistas sino sociopolíticos hemos ido adquiriendo cotas de libertad, también en derechos LGTBIQ, con formas de presión y reivindicación no violentas. Porque ¿qué es la revolución?. ¿Acabar con la obligatoriedad del servicio militar?, lo conseguimos sin violencia, ¿acabar con los ejércitos y la militarización social?, va para muy largo. ¿La despenalización de la homosexualidad?, se consiguió sin violencia, ¿acabar con la lgtbiqfobia?, va para muy largo. He ahí el eterno debate. En cualquier caso un debate muy de antimilitarismo queer.
La película también denuncia el ambiente opresor de las dictaduras, la histórica implicación de la iglesia católica española en la represión de los derechos humanos, y el papel de las familias heteropatriarcales en la represión diaria de la libertad homosexual.
Es una película para seguir viéndola, analizándola y redescubriéndola.
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