EL MESTRE QUE VA PROMETRE EL MAR (EMOCIÓN, PAIDOCENTRISMO Y PARALELISMOS)

El viernes 10 de noviembre estuvimos en los Cines Renoir emocionándonos con  esta película dirigida por Patricia Font y protagonizada por Enric Auquer y Laia Costa.
EMOCIÓN
Una película para emocionarse pero también para reflexionar sobre la escuela y sobre el militarismo. Por supuesto también para destacar los elementos cinematográficos, porque la fotografía, la música, los flashbacks, la dirección de las interpretaciones de las niñas y los niños, los primeros planos, sobre todo  de las niñas y niños, los planos de la escuela y otros edificios y los planos de paisajes son espléndidos. Precisamente una de las fotografías que más me gustaron, desde el punto de vista meramente artístico, fue la del maestro de rodillas esperando su ejecución, un amplio paisaje, una inmensa fotografía, el maestro en el extremo derecho, los ejecutores en el margen izquierdo, y todo un mundo de luces y sombras por medio. Una postal. He intentado buscar la fotografía en la red pero lo ha encontrado, mejor, así la podréis disfrutar de primera mano. Comentaba con mi pareja que este tipo de foto paisajística es imposible disfrutarla cuando se ven las películas en la televisión, mucho menos en la tablet o el móvil. Una buena película sólo puede verse en el formato para el que se ha creado. 
PAIDOCENTRISMO
Dicho esto paso a las reflexiones. El maestro Antoni Benaiges era freinetista. Una corriente pedagógica basada principalmente en el concepto del paidocentrismo. Es relevante lo primero que les dice a su alumnado: "He venido a enseñaros, pero también a aprender, porque estoy seguro de que tenéis dentro mucho saber y también muchas ganas de aprender". Y a la mujer que le hace la limpieza le dice "Habitualmente la escuela pretende hacer adultos a las niñas y los niños, cuando realmente tienen que ser niñas y niños" (las referencias no son textuales). La imprenta, los textos libres, los paseos pedagógicos, el aprendizaje cooperativo, los proyectos que parten de los intereses del alumnado y, claro, la propuesta de excursión, forman parte de la metodología Freinet. Lo del aprendizaje cooperativo lo destaco porque hace unos años en el colegio donde actualmente imparto se empezó a "poner de moda" el aprendizaje cooperativo y el profesorado ¡empezó a formarse! en técnicas de aprendizaje cooperativo. Bueno, yo ya me formé en todas estas técnicas cuando estudié la carrera de magisterio en Badajoz hace cuarenta años. Y he estado desarrollando las técnicas Freinet en todos los colegios por los que he pasado desde que empecé a trabajar. Me resultó en su momento chocante que para la gran mayoría de maestras y maestras del colegio esto fuera algo novedoso, algo desconocido en en siglo XXI. El paidocentrismo y el aprendizaje cooperativo no es que los inventara Freinet, otras pedagogas y pedagogos, que estudié en la carrera también los desarrollaban: Montessori, Froebel, Decroly... Fue la pedagogía de finales del siglo XIX y principios del XX, hasta el golpe de estado y la guerra fascista contra España. Resurgieron a finales de los 70, principios de los 80, tras la muerte del dictador, promovidos por los Movimientos de Renovación Pedagógica y de hecho fueron determinantes en la confección de la primera ley de educación postfranquista, la LOGSE. 
Otro aspecto pedagógico relacionado con el paidocentrismo que se refleja en la película es el de la inspección educativa. Al inspector parece que solo le interesaba que el alumnado hubiera aprendido a leer, escribir y dividir. Y se sorprende, no ya de que se utilice una imprenta para elaborar libros, sino que sea el propio alumnado quien estuviera capacitado para manejarla. Ni en aquellos años de República, ni mucho menos durante la dictadura conocían, pero tampoco actualmente las inspecciones educativas conocen o creen en las capacidades y/o intereses del alumnado. Las evaluaciones tanto internas como externas que se hacen para conocer el nivel general del alumnado se siguen basando en leer, escribir y hacer cuentas. A lo que ahora se suma, eso sí, el nivel de inglés y de tecnología robótica.
PARALELISMOS 
Quienes me conocéis, ya sabéis que además de mi trabajo de maestro, también he escrito poesía, elaborado obras plásticas (assemblages, collages, acrílicos...) y he participado y participo en asociaciones sociopolíticas. Soy activista antimilitarista, animalista, memorialista y queer. He escrito, sobre todo en este blog, pero también en otras redes sociales, muchos textos con reflexiones de carácter sociopolítico, al igual que hacía Benaiges. Siempre he considerado que ser maestro no es solo una labor de 6 horas en un colegio, sino una labor de 24 horas en la sociedad. Sería el primer paralelismo, entre la labor de Benaiges y la mía. 
Pero sobre todo quiero reseñar el paralelismo de Benaiges con el maestro de mi pueblo, que fue asesinado junto a mi tío Pedro Polo. En realidad prácticamente fueron asesinadas todas las maestras y maestros de los pueblos de España. Y muchas y muchos fueron acusados por violentos sacerdotes militaristas. Gracias a las investigaciones principalmente de mi amigo Chema Álvarez he conocido más sobre el maestro y el criminal sacerdote que le acusó.
Al igual que Benaiges el maestro de mi pueblo era freinetista y elaboraba con su alumnado diversas revistas. Actualmente se exponen en el Espacio Cultural Comunidad de Labradores de mi pueblo la imprenta y ejemplares de las revistas. 
El maestro de mi pueblo se llamaba Juan José García Martínez de Tejada. Ni siquiera era de izquierdas, era creyente y practicante católico, pero creía en el paidocentrismo y aplicaba los principios freinetistas y racionalistas a su enseñanza. Daba clases en el colegio de Montijo, Giner de los Ríos, al que los fascistas le cambiarían el nombre por "Virgen de Barbaño". Vivía en las casas de los maestros, donde está ahora la parte de infantil. Allí estaba sentado una de las primeras tardes de agosto, tomando el fresco, cuando llegaron a por él y se lo llevaron. Después de unos días preso en la Casa del Navegante lo sacaron una noche y lo mataron en la tapia del cementerio de Montijo. 
Al igual que Benaiges, Juan José era de fuera, segoviano de San Cristóbal de la Vega. El golpe militarista le pilló de vacaciones en Valladolid, donde residía la familia de su cónyuge. A pesar de ello, Juan José volvió a Montijo en los últimos días de agosto o primeros de septiembre de 1936, recién iniciada en el pueblo una sangrienta cacería contra vecinas y vecinos, para incorporarse el viernes 4 de septiembre de 1936 a su puesto de enseñanza primaria, en el Grupo escolar Giner de los Ríos. Para entonces ya habían dado comienzo los asesinatos antes del amanecer frente a la tapia norte del cementerio. El pueblo estaba tomado por la Escuadra negra de la Falange, un grupo paramilitar de jóvenes terroristas que acostumbraban a robar, torturar, violar y matar, en connivencia con la fascista Guardia Civil y las autoridades ilegítimas que habían ocupado el pueblo. El párroco militarista Juan Pérez Amaya alentaba aquellas ejecuciones, llegando incluso a delatar el escondite de algunos huidos cuyo paradero le había sido confiado por sus familiares bajo el sacramento de la confesión. En el testimonio dado por este criminal (nombrado después arcipreste por el obispado de Badajoz) en el expediente de depuración acerca del maestro García Martínez de Tejada, decía que: “era de ideas socialistas y contrario al movimiento salvador”. García de Tejada fue llevado a la cárcel pública del pueblo donde, como Benaiges, se encontró con otros convecinos que le contarían lo sucedido una semana antes. Y es que el 28 de agosto de 1936, con motivo del traslado en procesión de la imagen de la virgen de Barbaño a la iglesia de Montijo, ya tomado el pueblo por los fascistas, por la tarde noche, se ofició una misa por Juan Pérez Amaya en la plaza del pueblo, a la que se obligó a asistir a los presos secuestrados, entre los que había miembros del ayuntamiento republicano. Tras la misa se humilló a algunas de las mujeres rapándoles el pelo y haciéndoles beber aceite de ricino en el cercano paseo, a la vista de todos los vecinos y vecinas. Esa noche comenzaron las sacas en las que apenas en un año asesinarían a más de 140 vecinos y vecinas de Montijo, muchas apresadas tras denunciar el cura del pueblo su escondite. En aquella cárcel imagino que se encontró con mi tío Pedro Polo. Porque de lo poco que me contó mi padre, a mi tío lo fusilaron junto al maestro. 
Y es que otro paralelismo entre la historia de Benaiges y la de millones de españolas y españoles es el silencio que se impuso durante los cuarenta años de dictadura militar y la impunidad que se ha impuesto hasta nuestros días. Al igual que la nieta se extraña de que su abuelo nunca les contara nada ni a ella ni a su madre, mi abuela tampoco nos contó nunca nada. Empecé a ver la foto de mi tío, que ahora luce en mi despacho, tras la muerte del dictador. Mi abuela la había tenido oculta todos esos años. Y desde luego nunca nos contó nada. Curiosamente me ha contado una prima que a ella una vez le contó que fue asesinado por cortejar a la hija de un falangista. No veo lógica esa versión. Al ser asesinado junto al maestro necesariamente tuvo que haber un vínculo o cultural o político, tenía 17 años y durante la República, a esa edad, prácticamente todo el mundo estaba afiliado a algún sindicato. Y, esto sí que me lo contó mi padre, no fue al frente. Y a esa edad seguro que tuvo que ser  reclutado o por el ejército de la República o por los golpistas, si se negó es que fue asesinado por antimilitarista. Aunque he intentado buscar información a través de varios medios y personas, especialmente a través de la investigadora Candela Chaves, no se ha logrado encontrar ningún expediente relacionado con el asesinato de mi tío. 
En fin, que la película, además de emocionar, da para mucha reflexión personal y sociopolítica. de Goya y presentación a los Óscar. Una vez más fui el primero en iniciar un aplauso que fue secundado por toda la sala. Debería proyectarse en todos los colegios de Primaria, Secundaria y Universidades. Por cierto que en uno de los últimos plenos del ayuntamiento de Montijo, el del 16 de junio de 1936, se acordó "obsequiar a los niños y niñas de las escuelas con otra sesión de cinematógrafo cultural antes de que termine el actual curso". Algunos de los concejales que firmaron aquel acuerdo, como Miguel Merino, serían en poco tiempo asesinados. Seguro que yo mismo seré también, si no asesinado (espero), sí vilipendiado por defender esto mismo.
 

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