ANTONI TÀPIES- LÁ PRÁCTICA DEL ARTE

- marzo 16, 2024

El viernes 15 de marzo estuvimos en el museo reina Sofía para redescubrir la obra de Antoni Tàpies. Casualmente coincide el centenario del nacimiento de Tàpies con el del primer manifiesto surrealista que también se está conmemorando en varias ciudades de todo el mundo (en Lisboa coincide además con los 75 años de la primera exposición del grupo Os Surrealistas, por lo que se está organizando una conmemoración combinando ambos eventos). En esta exposición he podido comprobar que toda la trayectoria de Tàpies tiene su base en el surrealismo. Aunque la primera sala de la exposición es donde se exponen las obras con composiciones más reconociblemente surrealistas, con imágenes oníricas, poéticas, políticas y anticlericales, en realidad en el resto de salas he ido encontrando collages, objetos, assemblages con contenido surrealista, poético, político, erótico, reivindicativo, antibelicista e incluso algunas obras que podrían interpretarse como queer. El mismo carácter experimentalista de la obra de Tàpies es propio del surrealismo. Me ha emocionado este redescubrimiento.

"Capsa de cordills", 1944

"Autorretrat", 1947

"Triptic", 1948

"Figura sobre fusta cremada", 1947

HISTORIA NATURAL

(Copio un fragmento del interesante texto de la hoja de sala): "Becado por el Instituto Francés de Barcelona, entre 1950 y 1951 Tàpies residió en París, donde conoció a Picasso y entró en contacto con las vanguardias internacionales. La serie de dibujos Historia natural (1950-1951), realizada en la capital francesa supone una réplica al porfolio de frottages que Max Ernst realizó en 1926 con el mismo título. En comparación con trabajos anteriores, en esta serie, con la que el artista intenta dar respuesta a su deseo de entender el mundo y de reflexionar sobre la condición humana, subyace un carácter político y literario de mayor alcance"

"Homenatge a Federico García Lorca", 1951

"Autorretrat", 1943

Siempre me gusta descubrir en las exposiciones obras que representen conceptos queer, como este dibujo de un personaje que podría ser mitad hombre racializado, mitad mujer blanca. Una auténtica osadía para 1944:

"Dibuix", 1944

Y, por supuesto me atraen especialmente los objetos y assemblages, me encantó esta obra tan poética y bella como el encuentro fortuito de un violín y una cruz negra sobre una puerta de metal (por parafrasear a Lautréamont):

"Porta metàl-lica y violí", 1956

PINTURAS MATÉRICAS (recojo parte del texto que se expone en la sala)

"El interés por la materia fue generalizado en el arte de posguerra en ambos lados del Atlántico. La toma de conciencia de la bomba atómica y los nuevos descubrimientos científicos influyeron en muchos artistas y Tàpies no se quedó al margen".

"Pintura grisa, N. LV", 1957

"Gran tela grisa per a Documenta, 1964"

Y de nuevo dentro de la cultura queer, me encantó este saludo con sombrero rosa, una obra que parece reivindicar la visibilización del colectivo, porque en la pintura el sombrero parece ser (casi) invisible.

"Barret rosa", 1966

SÈRIE TERESA N.VI. Son una serie de dibujos dedicados a su compañera Teresa Barba. Algunos de estos trabajos me recordaron a dibujos de Pepe Espaliú.

OBJETOS. El assemblage y el objeto son expresiones artísticas que van de la mano y quienes las seguimos elaborando solemos tener siempre como referente a Marcel Duchamp. Es muy interesante este texto de la exposición donde se dan interpretaciones de la obras objetuales:

"Tabouret au papier mâché" 1970

"Ouera i diari", 1970

"Fusta amb samarreta" 1971

"Cadira y roba", 1970

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"Pila de plats", 1970

ANTIFRANQUISMO

De la hoja de sala copio que: "El compromiso político de Tàpies frente al franquismo se fue haciendo cada vez más explícito. Por ejemplo, en 1966 el artista fue arrestado tras participar en una reunión clandestina de estudiantes e intelectuales en el Convento de los Capuchinos de Sarrià (Barcelona), que había sido convocada para debatir sobre la creación del primer sindicato universitario democrático, y en 1970 acudió a una asamblea clandestina en el monasterio de Montserrat para protestar por el denominado Proceso de Burgos, mediante el cual un tribunal militar juzgaba a los opositores al régimen del general Franco. Su implicación política contra la dictadura fue personal y artística. Según el propio artista: “la situación social y política de mi país ha tenido siempre una repercusión en mi obra. Creo que eso tiene que ver con el hecho de que la concepción del arte por el arte no me resulta válida. Siempre he mantenido ante el arte una actitud utilitaria”. Así lo evidencian, como si de pinturas de historia se tratasen, obras como A la memòria de Salvador Puig Antich [A la memoria de Salvador Puig Antich, 1974], en homenaje al joven anarquista ejecutado por el régimen".

Y del texto de la pared de la exposición extraigo que la obra "7 de noviembre" hace "referencia a la Assamblea de Catalunya, primera plataforma de oposición democrática a la dictadura del general Franco que obtendría un apoyo popular masivo":