LOS BUENOS PROFESORES (O UN TRABAJO SERIO)
El sábado 18 de mayo estuvimos en los Cines Renoir Plaza de España estremeciéndonos con esta película dirigida y con guion de Thomas Lilti y protagonizada por Vincent Lacoste.
Como personalmente este curso lo estoy llevando psicológicamente mal, a pesar de tener mucho menos trabajo y muchas menos responsabilidades de lo habitual, la verdad es que hay escenas que me dejaron un sabor agridulce. El guion trata de un instituto donde trabajan varias profesoras y profesores, cada cual con una problemática personal, principalmente con dificultades para educar a sus propios hijos, lo que provoca reacciones a veces bruscas con el alumnado. En el caso de la película, al contrario que en el mio, se puede constatar un apoyo incondicional de las compañeras y compañeros y especialmente del equipo directivo hacia los posibles errores y dificultades del profesorado. Me llamó la atención que la inspectora le reclamara una pedagogía más activa y más creatividad al profesorado, porque en España, o al menos en Madrid, y ya con casi treinta años de servicio he conocido a bastantes inspectoras e inspectores, lo que suelen reclamarnos es más papeleo, más documentación, más trabajo burocrático para el cual no tenemos tiempo ni vocación. Precisamente llevamos varios años de huelgas y movilizaciones para exigir, entre otras reivindicaciones, tiempo para este trabajo burocrático. Para la creatividad, al menos yo, no reclamo tiempo, porque todo el tiempo que necesito lo utilizo y lo gasto con mucho gusto y habitualmente me siento suficientemente recompensado.
Las escenas que me resultaron más dolorosas fueron lógicamente las relacionadas con el expediente que se le abre a un alumno, y previamente la acusación al profesor de haber hecho daño al alumno. Aunque, como ya he mencionado, lo que más me
ha gustado de la película es la comprensión y apoyo de las compañeras y
compañeros y del equipo directivo. No todas, todos ni todes lo
sentimos.
En fin, la película trata un asunto poco frecuente en las pantallas comerciales, la vida privada de las personas docentes, que la tenemos y que influye y mucho en nuestro trabajo, en las relaciones que establecemos con el resto del profesorado, con las familias y con el alumnado.
Muy recomendable, no solo para quienes trabajamos en el sector, sino especialmente para el resto de la ciudadanía, para que comprendan que tenemos vida más allá de la docencia.
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