PENÚLTIMAS REFLEXIONES DURANTE LOS PASEOS MATINALES

Desde que se acabó el confinamiento y se permitió salir, estoy dando paseos matinales. Habitualmente día sí, día no. Habitualmente alrededor de unos 8 kilómetros, a veces, como hoy, los supero, he llegado a Plaza Castilla y en total, ida y vuelta, han sido 13, 2 kilómetros. 

 (Al fondo de la foto vemos la torre Kio y la columna/ obelisco de Calatrava, hoy, 29 de agosto a las ocho menos cuarto de la mañana)

Durante la hora y media o dos de paseo mi cabeza no para.

En mayo y en junio ya publiqué, en el blog FLOREDO3, algunas de las primeras reflexiones durante los paseos.

 

Hoy he estado reflexionando sobre un meme que vi ayer en un grupo de facebook, que dice “Veo gente en restaurantes, en la playa, viajando, haciendo reuniones y yo estoy sentado en mi casa, como si hubiera una pandemia”.

 

Y es que parece que hay gente que aún confunde pandemia con confinamiento. Ya tuvimos tres meses de confinamiento y no se veía nadie en restaurantes, ni en la playa, ni viajando, ni haciendo reuniones. Pero no podemos quedarnos en casa indefinidamente. En mi pueblo leí un artículo, en una revista de salud que recibía mi padre, sobre el síndrome de la cabaña.

“El Síndrome de la Cabaña hace alusión al temor y vivencias desagradables que se activan en relación a la exposición real o mental a todo lo que conlleve salir de casa y de la situación estrictamente actual, optando así por la reclusión como forma de vida deseada ante la percepción de seguridad que conlleva” (Vega Seoáñez, psicóloga)

 

Tras el fin del confinamiento, hemos comenzado a salir de casa, al principio sólo para hacer ejercicio, práctica que es muy positiva para reforzar las autodefensas, mantenernos en forma y evitar enfermedades cardiovasculares, entre otros beneficios, todos positivos para afrontar una pandemia.

Pero tras la desescalada ya se abrieron restaurantes, terrazas, cines, teatros…

Y son seguros.

Yo, con mi pareja, desde la primera semana tras la desescalada, empezamos a ir al cine, empezamos a ir a restaurantes y a terrazas. En la filmoteca, por ejemplo nos toman la temperatura antes de entrar. Tanto en la filmoteca, como en los cines Princesa y Renoir, las localidades guardan la distancia de seguridad, reduciendo el aforo, y es obligatorio permanecer durante toda la película con la mascarilla puesta. En las terrazas y restaurantes se desinfectan sillas y mesas entre cliente y cliente. En todos los establecimientos hay gel hidroalcohólico para uso de la clientela.

 

Durante el confinamiento yo tuve miedo y empecé a generar fobia hacia las personas. Abría la ventana para aplaudir al personal sanitario y, cuando mis vecinos del piso de arriba salían y empezaban a jalear, tenía  la impresión de que sus gotículas iban a caer justo sobre mi cara. Y cerraba inmediatamente la ventana. En cuanto nos permitieron salir a hacer ejercicio empecé a salir para dar paseos, pero estaba irascible, en una ocasión me crucé con un joven que venía caminando distraído mirando el móvil, por su izquierda (mi derecha) y pegado a la pared, le grité y llegué a insultarle. Después comprendí que seguramente era un trabajador que iba tranquilamente a su trabajo mientras que yo simplemente estaba haciendo una actividad de ocio. Me sigue pareciendo mal que la gente no mire por donde anda, que las personas que corren lo hagan sin mascarillas (cuando por la agitación y velocidad, sus gotículas y sus aerosoles llegan más lejos), y que no guarden la distancia de seguridad (siempre adelantan o se cruzan casi rozándome). Pero ya no estoy tan irascible, si puedo esquivo a las otras personas, y si no, me tranquilizo y sigo reflexionando sobre mis cosas.

 

También he viajado, a mi pueblo, a ver a mi familia. Por cierto que tuve que tomar el tren a Badajoz durante el confinamiento, por causas familiares y me encontré con que coger el tren sí fue verdaderamente peligroso, vendieron las localidades contiguas, sin respetar la distancia de seguridad, y no había gel y ni tan siquiera jabón en los baños. Pero en el verano he vuelto al pueblo ya en mi coche y no se corre ningún peligro por viajar. Me he alojado en un hotel que se limpiaba a diario con ozono y he desayunado varios días en el mismo hotel. Ningún problema.

 

Que sigamos teniendo pandemia no significa que tengamos que estar enclaustrados. Significa que tenemos que guardar la distancia de seguridad, evitar tocar a otras personas, asearnos las manos, si estamos fuera de casa llevar y utilizar gel hidroalcohólico, y, sobre todo, llevar siempre puesta la mascarilla. Cualquier otra medida es puro alarmismo y tiene el mismo valor que las teorías conspiratorias, los coronabulos y el negacionismo.

 

También he tenido tiempo hoy para reflexionar sobre la campaña de varios medios de información, periodísticos y televisivos, contra las okupaciones. Precisamente el verano que menos gente ha podido (o querido) viajar, se ha estado creando un estado de alarmismo respecto al bulo de que si nos vamos de vacaciones nos pueden okupar la casa. Ya se ha desmentido claramente por parte de otros medios menos sesgados. Pero mi reflexión es que es curiosa la coincidencia entre esta campaña y el auge del negacionismo de la pandemia. Parece que fueran caras de la misma teoría conspirativa: negamos que hay pandemia y por lo tanto el principal problema de España no es la pandemia sino la (supuesta) okupación.

Cuando, a mi entender, durante la pandemia, el principal problema debería ser que haya aún cientos de personas sin hogar, viviendo en la calle, sin medios para mantener la higiene y las medidas de protección necesarias, durmiendo en cartones en los soportales de centros comerciales y culturales, en todos los barrios de Madrid (que me los he recorrido caminado).  

 

El martes empiezo a trabajar y seguro que voy a tener menos tiempo para los paseos y para escribir las reflexiones. Por eso he titulado “penúltimas”. Se acerca el otoño, ya refresca bastante por las mañanas y se empieza a ensayar la vacuna con personas voluntarias. A mí no me importaría ser voluntario, pero oí ayer en un informativo que a mi edad no se puede.

 

Si no las leísteis os recomiendo que las leáis ahora:

 

MI PRIMERA SALIDA DE CASA PARA HACER EJERCICIO (2 de mayo):

https://floredo3.home.blog/2020/05/02/mi-primera-salida-de-casa-para-hacer-ejercicio/

 

LOS PASEOS, EL EJERCICIO SIN PROTECCIÓN Y LAS PELIGROSAS AGLOMERACIONES (3 de mayo):

https://floredo3.home.blog/2020/05/03/los-paseos-el-ejercicio-sin-proteccion-y-las-peligrosas-aglomeraciones/

 

MÁS REFLEXIONES DURANTE Y SOBRE LOS PASEOS (30 de mayo)

https://floredo3.home.blog/2020/05/30/mas-reflexiones-durante-y-sobre-los-paseos/

 

EL SER HUMANO ES EL PEOR VIRUS PARA EL SER HUMANO (23 de junio):

https://floredo3.home.blog/2020/06/23/el-ser-humano-es-el-peor-virus-para-el-ser-humano/#more-2381

 

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