SALIR DEL ROPERO
Rosa María Sardá falleció en junio, con 79 años, a consecuencia de un cáncer linfático que padecía desde 2014. Y hasta pocos meses antes había estado rodando esta película. Y derrochando el humor, el desparpajo y la verborrea que la ha caracteizado toda su vida. Atención a sus miradas, al movimiento de sus manos, a su forma de caminar...
Y Verónica con 60 años está expléndida. La ví además hace unos días en televisión, en la gala de los premios MAX, y es desde luego una mujer encantadora.
El papel de Candela Peña, con una caracterización que la hace casi irreconocible, me pareció el más arriesgado de la película, y seguramente de la carrera de Candela. Desconozco el tipo de síndrome que pretende representar, pero es casi lo de menos, lo importante es lo creíble, integrado y bien interpretado que está.
Aunque se presenten en clave de humor, algunas de las cuestiones que se plantean tienen base real. Es verdad que algunas personas han escrito cartas al papado católico (no sólo al actual representante del papado), y han recibido respuestas convocándoles a audiencias, para tratar temas de índole personal. También es cierto que el actual representante de la curia católica ha realizado declaraciones públicas sobre la diversidad sexual, desde una perspectiva menos agresiva que los anteriores representantes.
Una
curiosidad que me llamó la atención fue el uso de la palabra "gay".
Hace unos años (unos treinta años), conocí a una mujer lesbiana
mexicana. Ella utilizaba habitualmente la palabra "gay" para referirse a
sí misma, y yo le discutía que "gay" es un término para hombres y
"lesbiana" para mujeres, mientras que el término para ambes es/era
"homosexual". A lo que ella me respondía que precisamente "homosexual",
tiene como raiz "homo" que significa "hombre", y por lo tanto no podía
utilizarse para mujeres. Hoy en día, el término que utilizamos más
global es "queer", que implica formar parte de la comunidad LGTBI+. Ya
prácticamente nadie utilizamos "homosexual", porque consideramos que es
un término muy vinculado a un pasado en el que la diversidad sexual era
considerada una enfermedad, incluso por la OMS.
De la trama destacar la contraposición que se esboza de lo que se entiende habitualmente como una familia tradicional con "valores" tradicionales, y la familia basada en el amor, en el respeto a la diversidad, en la comunicación.
Aconsejo que al principio prestéis bastante atención en las escenas rodadas en Oporto, no sólo por los planos de la ciudad, que también son expléndidos, sino para no perderos en las relaciones familiares entre los personajes portugueses, escoceses y españoles. Puede crearos un poco de confusión.
Y, por supuesto también atención a los bellísimos planos de Lanzarote.
Muy recomendable para pasar una buena tarde.
A la salida me gustó una obra de arte urbano reivindicativo (al margen de que no esté de acuerdo con el mensaje), en la valla de la obra de la plaza de España:
Ya va siendo hora de que el arte urbano deje de circunscribirse exclusivamente a la pintura con spray.
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