LA FIESTA DE HALLOWEEN EN LA ESCUELA

 Este año hemos querido trabajar Halloween atendiendo a objetivos y contenidos pedagógicos.

 El jueves y el viernes estuvimos analizando los miedos, como una emoción natural. Todas las personas tenemos miedo a algo. Pero algunos miedos son más reales que otros. Por ejemplo tenemos miedo a encontrarnos con determinados animales, pero debemos conocer que una araña de las que solemos encontrar en nuestras casas, e incluso en el aula, de no más de un centímetro de ancho, no nos puede hacer ningún daño, y de hecho se alimenta de los mosquitos que sí nos pican. Sin embargo hay animales como la tarántula que sí pueden hacernos daño. Un lobo que vive en libertad en el monte, necesita cazar a otros animales para alimentarse, pero no se enfrenta a las personas.  Un murciélago que vive en una cueva sólo le chupa la sangre a los insectos, no a las personas.

 Una forma de superar los miedos es precisamente visibilizar los miedos, nos disfrazamos de cosas que nos dan miedo, las verbalizamos, las dibujamos. Y es curioso como en algo la mayoría parecía estar de acuerdo y es en el miedo al Covid. Muchos lo dibujaron.

Hemos hablado de las brujas, el alumnado, por tradición de algunos cuentos y programas de televisión, tenía la idea de que eran personas que hacían conjuros para hacer daño a las personas. Hemos comentado que en realidad las brujas y brujos, que existieron hace 400 años, lo que hacían eran pócimas cociendo semillas, raíces, hojas y frutos de algunas plantas silvestres, para curar enfermedades que la medicina oficial de aquel tiempo aún no podía curar.

 Hemos realizado una pócima en el aula y hemos entonado un conjuro pedagógico:

 “Ojos de sapo, ancas de rana,

que tengas suerte toda la semana.

 

Alas de murciélago, ojos de lombriz,

que hoy y siempre seas muy feliz.

 

Hilos de araña, escamas de dragón,

que nunca nadie hiera tu corazón.

 

Cola de culebra, patas de chucho,

que siempre todos te quieran mucho”

 En realidad las pócimas y conjuros  no eran otra cosa que formas originales y poéticas de presentar los conocimientos de estas personas. De igual manera hemos jugado a hacer magia adivinatoria con las semillas de la calabaza: el taller de adivinación matemática “¿Truco o trato?”.

Como un elemento muy usual de las fiestas de Halloween es la calabaza, hemos estado hablando de las calabazas y de sus semillas, porque ambas son muy beneficiosa para la salud, tienen vitaminas y propiedades para mantener una vista y una piel sana, protegernos de enfermedades respiratorias, evitar enfermedades de los huesos (artritis, osteoporosis) y de la tripa (parásitos intestinales).

Pero también hemos comentado que hace 50 años, cuando el maestro era un niño) en España no solía haber tantas calabazas en las fruterías, pero sí otras frutas grandes como los melones y las sandías. Y los papás y las mamás vaciaban las sandías, les recortaban ojos, nariz y boca, como una calavera, las colocaban en unas tablas, les ponía una vela dentro, y las niñas las llevaban por las calles recitando “La calavera el Conqui”.

HALLOWEEN Y LA CULTURA ESPAÑOLA

Se suele criticar por parte de algunas compañeras y compañeros que esta fiesta no tiene  ninguna relación con la cultura española.

Sin embargo, y al margen de que le podamos dar el nombre pagano de Samhain, como digo, hace 50 años ya se hacían calaveras con grandes frutos para procesionar por las calles. En algunos pueblos extremeños y andaluces se siguen haciendo y se procesionan como farolillos con una cuerda.

En los últimos años (actualmente la pandemia está dificultando todo un poco) algunas ciudades están recuperando historias de fantasmas medievales y apariciones y se están dando a conocer a través de visitas guiadas teatralizadas, tanto a oriundos como a turistas (Úbeda).  En Teruel se teatraliza y procesiona por toda la ciudad el auto de fe de las brujas de Zugarramurdi y se hacen visitas guiadas que terminan en la placa en recuerdo a las personas ajusticiadas injustamente en dicho auto.

Recordemos que los orígenes de la fiesta son celtas (europeos) y que están estrechamente relacionados con la festividad cristiana del día de los difuntos. De ahí que en España se suelan primar los disfraces relacionados con la muerte: fantasmas, zombis, esqueletos… A Estados Unidos esta fiesta no llegó hasta mediados del siglo XIX y allí es un equivante a nuestro Carnaval donde las niñas y niños se disfrazan lo mismo de temas relacionados con la muerte, como de princesas, cowboys, robots, extraterrestres, piratas… Podemos ver muestras de ello en las canciones infantiles en inglés que encontramos en youtube (“Knock, knock, trick or treat”) y en películas infantiles como (“E.T.”)

Por eso este año hemos propuesto al alumnado y a las familias que los disfraces pudieran ser de cualquier tema. Yo terminé disfrazándome de Capitán Garfio, pero llevé también la máscara de lobo para hablar al alumnado de los lobos como animales que debemos respetar en su hábitat natural.

Lo hemos pasado muy bien y hemos aprendido mucho.

Samhain, el antepasado de la fiesta de Halloween

 


                                   

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