LAGAVIOTA, de CHEJOV

El viernes 2 de octubre estuvimos, con mi amiga Gema, en el Teatro de la Abadía para ver esta versión de la obra de Chejov, adaptada y dirigida por Álex Rigola. Cuando en el grupo de "Amantes del teatro" ví que se ofertaban dos entradas para la obra, lo primero que pensé es que tenía la idea de haberla visto ya. Pero tras una rápida búsqueda en mis blogs, no la encontré y decidí quedarme con esas entradas.

Lo curioso es que al entrar en el teatro y ver la pantalla, la mesa y la guitarra, volví a tener la semicerteza de haber visto esa escenografía antes. Pero en realidad la obra que yo tenía en mente era "Un enemigo del pueblo", de Ibsen, que vimos justo hace dos años en el Teatro Pavón. También versión y dirección de Álex Rigola, y también protagonizada por algunos de los actores y actrices que vimos ayer, como Nao Albert e Irene Escolar. Ayer acompañados en el reparto por Pau Miró, Xavi Sáez, Mónica López y Roser Vilajosana.

Dejo un enlace a la entrada que publiqué sobre aquella obra:

UN ENEMIGO DEL PUEBLO

En ambas obras, el director se plantea, al margen de la trama, la relación entre teatro y realidad. La necesidad de hacer un teatro donde no se finja, sino que se muestren los conflictos sociales, culturales, politicos y humanistas de forma directa. Sin intepretaciones magistrales de falsas emociones, que conmuevan al público durante una hora y media, pero que al salir de la sala se olviden. Donde al final sea más relevante la interpretación que la propia obra. Precisamente a mediodía, mientras comía con unos amigos,  habíamos comentado una obra que vieron (o vimos) hace años, que al parecer era tan mala que hubo público que se marchó de la sala, pero que la brillante interpretación de la actriz protagonista puso salvar y al final el público aplaudió generosamente. En esta "Gaviota" se reivindica mucho el papel de la autoría por encima del de la interpretación. Incluso se plantea toda la obra más como una performance, que como una representación teatral. Pero, al margen de la performance, sí que se puede seguir una trama de relaciones entre los personajes a lo largo de cinco años. Amores, desamores, encuentros, desencuentros, recuerdos de infancia, proyecciones de futuro... Un poco de todo. Pero sobre todo humanismo, actualidad, concisión y profesionalidad.

A veces no se oía bien, problemas de proyección de voz. Pero en general la representación merece la pena.

Destaco una frase de uno de los protagonistas que viene a decir que a veces siente como si un taladro le atravesara el cerebro. Me recordó el poema "UNA BALA":

"A veces siento como si una bala de acero estuviese alojada en mi cerebro.

es un suponer,

y pido ayuda a un cirujano de renombre.

Él me da unas palmaditas en el hombro

y me recomienda leer algún poema de Baudelaire"

 (De "El hombre vestido de sol", g. bruno 2011)

ADVERTENCIA PARA NAVEGANTES

Al salir, fuimos a cenar algo a un restaurante cercano, en la calle Galileo, era la primera vez que lo veía, se llama "El mono capuchino". Antes de entrar en el teatro había ido a reservar mesa, pero al ir tras la representación, nos encontramos con que sólo nos ofrecían una mesa alta, con taburetes altos, (parece ser que están de moda en ciertos locales juveniles) pegada a la pared, o sea que nos tendríamos que sentar los tres castigados mirando a la pared. Nos pareció absolutamente inadecuado. Al lado había una mesita tipo velador con pequeños taburetes y preferimos esa mesa, pequeña para tres, pero menos inadecuada, le pedimos al menos un par de sillas. Nos advirtieron que cerraban a las 23:00 por el confinamiento, eran las 21:45, pero sólo nos tomaron nota de las bebidas. A las 21:55 abordé a la camarera para que nos tomara nota de la comida, porque sino se nos haría tarde (y a ellos), nos tomó nota. Pero tardaron otros 50 minutos en servirnos. Un par de tostas frías y una hamburguesa (unos quince minutos en cualquier otro local de Madrid). La hamburguesa vegana no estaba mal. Además a nuestra derecha un grupo de seis chicas estuvieron toda la hora gritando, hablando las seis a la vez a todo volumen. Casi se podían ver sus "aerosoles" circulando por todo el local. Comimos rápidamente y a las 22:55 nos llevaron la cuenta. Evitaremos volver a semejante local. En la calle lo anuncian como restaurante, pero en realidad es un bar, hiperruidoso y con muy mal servicio.


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