LA SURREALISTA HISTORIA DEL CARTERO CHEVAL
El título original en francés es "L'incroyable histoire du facteur Cheval". Nunca he entendido porqué, en lugar de traducir, tengamos la manía de cambiarle los títulos a muchas de las películas de otros países, ignoro si es una manía exclusiva de las productoras españolas o si es una práctica generalizada. Entendería que la palabra "incroyable" se adaptara, en nuestro rico idioma "increíble" puede tener múltiples connotaciones: "impresionante", "formidable", "inusual", "inconcebible", "inigualable", "admirable"...
Al margen de que a Cheval se le considerase que estaba un poco "loco", la verdad es que su trabajo fue una proeza que ha quedado para la posteridad. En realidad todas las personas con vena artística están un poco locas, porque son particularmente introspectivas y suelen tener dificultades para comunicarse con el resto de la sociedad, si no es a través de sus propios medios artísticos.
Pero sobre todo son personas con una inusual sensibilidad, capaces que comunicarse mejor con los árboles, los pájaros, las montañas, el viento, las piedras, el agua... que con las otras personas. Capaces de obsesionarse con una idea, concebirla en su cabeza y dejarla fluir libremente entre sus manos. Se puede decir que "su reino no es de este mundo", en la película, el propio Cheval se autodefine con parecidas palabras.
Precisamente André Breton fue una de las muchas personas que supieron ver y comprender que esta obra y este hombre eran admirables. También es inusual que la obra artística de una persona transcienda. Hablamos de un señor que construyó un palacio en un pequeño pueblo de Hauterives, en medio de las colinas de Drôme, de unos 1900 habitantes, donde al margen de tener al parecer unos pocos restos de la antigua población fortificada medieval, nadie visitaría sino es específicamente para admirar el Palacio Ideal. Y sin embargo, como bien se muestra en la película, muchas personalidades viajaron desde diversos países para conocer la obra y al autor.
La interpretación de Jacques Gamblin es tan impresionante como el palacio. Con 60 años cuando se rodó la película (en 2018), podemos ver pasar por su rostro 45 años de su vida, desde que comenzó a construir el palacio en 1879, con 43 años, hasta su fallecimeinto en 1924, con 88. Y no sólo es una cuestión de caracterización, sino de movilidad, de expresión, de asunción del personaje.
Otro aspecto a destacar es la fotografía. El paisajismo, la composición de algunos planos, hay tomas que son verdaderas estampas decimonónicas (que por cierto me recordaban a cuadros de autores hiperrealistas actuales). El hecho en sí de introducir la importancia de la fotografía dentro del guión me pareció un gran acierto.
Había oído hablar de este personaje y su obra en escritos, fotografías y exposiciones relacionadas con el Movimiento Surrealista. Pero reconozco que no le había prestado demasiada atención. Ahora me han entrado ganas de visitarlo. La película es un formidable documento histórico capaz de despertar el interés cultural por conocer esta impresionante obra.
Trailer:
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