VISITA AL CEMENTERIO SUR

 

 

La última visita que hice al cementerio fue el 5 de enero, hace 10 meses, con confiamiento y verano de por medio. 

Hoy he vuelto, porque considero que no debo desatender el nicho. De hecho me he encontrado con que me ha desaparecido uno de los búcaros. Entre el tiempo que llevaba sin pasarme y los fuertes vientos que hemos tenido estas semanas anteriores, es normal que haya salido volando. Tampoco es de descartar que alguien lo "haya hecho volar". Recuerdo que los compré en Úbeda, porque en Madrid no sé donde se venden. 

Me ha llamado la atención el cartel a la entrada donde avisan de que el aforo está limitado a ¡26.000 personas! ¿Y cómo se recuentan y se controlan? Me ha recordado el famoso tuit de Trump "Stop de count" y el más famoso y controvertido de Abascal "Stop de cunt". Desde luego hoy no llegábamos a la decena. Imagino que el fin de semana pasado sería insoportable, a la vez que incontable. 

Una amiga me había advertido que a lo mejor habían cortado las fuentes para evitar que muchas personas las tocaran, como medida de prevención contra los contagios masivos. Pero hoy estaban abiertas. También he ido a los baños y he constatado que estaban más limpios que de costumbre, aunque sin jabón en los lavabos. Ni desde luego gel hidroalcohólico. Considero que se debería colocar un dispensador de gel junto al cartel de limitación de aforo y otro junto a los lavabos. Al menos.

Mientras estaba allí he vuelto a recordar el día en que le enterraron y me alejé corriendo hacia el árbol. Lo he vuelto a fotografiar. E incluso me he traído algunas hojas.

La ida la he hecho en metro y bus, pero la vuelta he venido caminando. Ya la vez anterior también vine caminando y me he aprendido el camino, son 4,3 kilómetros, tres cuartos de hora. Al fin Madrid no es tan grande como parece en los mapas.