VISITA AL HOTEL FOUR SEASONS
El viernes 30 de octubre entramos a ver el patio central con la cafetería del Hotel Four Seasons.
"UNA JOYA DEL PATRIMONIO ESPAÑOLEl innovador Centro Canalejas, que alberga Four Seasons Hotel Madrid, une una serie de siete edificios históricos, todos ellos impecablemente restaurados y rediseñados. La parte más antigua del complejo, originalmente El Palacio de la Equitativa, data de 1887. La espectacular rotunda rotonda, rematada con una cúpula de cobre, se alza sobre la esquina de la Calle de Sevilla y la Calle de Alcalá. Igualmente impresionante es la cercana fachada de la oficina principal del Banco Hispano Americano, cuya construcción comenzó en 1902, y que hoy forma la entrada principal a las tiendas de lujo de la Galería Canalejas"
Esta es la presentación que se hace en la web del hotel, que se inauguró hace varias semanas. Los primeros días fue imposible visitarlo porque éramos muchas las personas interesadas en ver cómo había quedado la restauración interior de estos edificios históricos de Madrid, se llenó enseguida el aforo y se hicieron colas de espera en la calle, por lo que decidimos dejarlo para otro momento..
Cuando llegué a Madrid, el edificio de la Equitativa, albergaba al Banco Español de Crédito. Al fallecer mis tios se me hizo entrega de una libreta de este banco que tenía a mi nombre con unos pocos ahorros. Fuí entonces al Banco para actualizarla y a partir de ahí fui ingresando de vez en cuando lo poco que podía ir ahorrando en esos primeros años durante los cuales trabajaba en empleos precarios, y más o menos dignos, de economía sumergida.
En la fachada tenía varios paneles metálicos, con tablillas de metal (o no estoy seguro de si serían de cerámica) con los nombres de todas las localidades de España donde tenían sucursales. Y allí estaba "MONTIJO", me daba mucho gusto en esos años encontrar en pleno centro de Madrid el nombre con mayúsculas de mi pueblo. Cuando el banco dejó de funcionar se mantivieron esos paneles con los nombres, los cuales progresivamente fueron desapareciendo. Me habría gustado recuperar el de mi pueblo, pero nunca supe como sacarlo de los rieles del panel. No sé en qué momento desapareció. Actualmente los paneles siguen pero sin las tablillas, ahora albergan el logo del hotel.
Tengo algunos recuerdos imborrables de esos años. Por ejemplo el día que fuí a ingresar 1000 pesetas, y al entregarme la cartilla descubrí que me habían apuntado ¡10.000 pesetas!. Estuve un tiempo pendiente de que me reclamaran el superavit, con miedo incluso de volver a ingresar, pero finalmente seguí ingresando y nunca me reclamaron nada.
También recuerdo el día en que llegué a las 500.000 pesetas. Proclamé a los cuatro vientos que ya era ¡medio millonario! En la situación de precariedad en que me encontraba, haber conseguido ese hito ahorrador fue uno de los mayores orgullos que habré sentido en toda mi vida.
Comprenderéis por todo esto mi interés especial en ver el hotel por dentro. Descubrí que la cafetería mantiene el mostrador principal del banco, como elemento decorativo, así como las columnas interiores. En principio sólo íbamos a echar un vistazo, pero no pudimos resistirnos a sentarnos y tomar una merienda (y eso que ese día había comido con unos amigos y habiamos acabado a las 17:00 h, a las 19:00 ya estábamos merendando, y aún así terminamos cenando en un restaurante turco. Como dijo riéndose Hilario "¡Todo el día comiendo!")
No me pareció especialmente caro para ser un hotel de superlujo. Tomamos una cerveza él y un roibos yo, y compartimos un pastel de pistacho, una delicia.
.Muy amables y atentos todos los empleados y camareras. Pasamos una tarde muy agradable.
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