CASI TODOS LOS POEMAS DE PAUL KLEE
El traductor, José Luís Reina Palazón, comenta en el prólogo que
"casi todos" -un total de 115- porque quedó algún que otro sin publicar de un cuaderno que Lily Stumpí, la esposa de Klee, encontró tras su muerte y del que su hijo Felix Klee se valió para completar la publicación de su Paul Klee Gedichte (Verlag Die Arche, 1960), libro en el que se basa mi traducción"
En el prólogo, Palazón nos presenta la obra de Klee como una simbiosis entre sus tres capacidades artísticas: pintura, música y poesía. Pero sólo quero destacar aquí el inicio del prólogo donde situa históricamente la obra y vida de Klee:
"Ahora que "Alemania se vuelca en la celebración del centenario de la Bauhaus e intenta reparar el error histórico que supuso su cierre por los nazis y el exilio de sus responsables", (El País, 1 de abril, 2019) es oportuno recordar que uno de los profesores de la institución, desde 1920 a 1926, fue el pintor Paul Klee (1879-1940), también músico y... poeta"
Tras la lectura del libro tengo que reconocer que me sigue fascinando más el Klee pintor que el poeta. Escribió algunos poemas con técnicas experimentales, jugando con las palabras, las rimas, inventando nuevas palabras compuestas y dotándolas de significados simbólicos. Pero la verdad es que no me han gustado los resultados, supongo que la razón es que al traducir este tipo de juegos de palabras pierden mucho de su presumible musicalidad, su inocencia naif y su lirismo poético.
Voy a destacar sólo unos pocos poemas del libro, que precisamente no son los más experimentales, pero que me parecieron profundos, humanistas e ideológicos. Los copio especificando la página del libro, el año está en el original, porque la presentación de los poemas está organizada por orden cronológico.
En el primer poema que destaco, Klee se autodescribe como "fuerte y fresco en cuerpo y alma". Es un poema de juventud, se siente alegre frente a "algunos tristes". Tiene 22 años y va a comerse al mundo:
"Fue un agua seductora
la que a mi sentido en su rizado remolino sorbió.
Cuán impetuosa es ahora sin embargo
la fuerza de la corriente.
Me llamaban pasándome de largo los lugares
de viejos hogares dulce- oscuros,
donde yo de noche
la canción de las cigarras oía,
solo y en secreto
bajo el saúco perfumado.
A algunos tristes veo de pie en la orilla.
Yo, sin embargo, estoy sobre las olas,
fuerte y fresco en cuerpo y alma.
Quiero desembocar junto
con el gran río.
Desembocar quiero con él. (1901) (Página 81)
Curiosamente en el segundo poema que destaco, escrito cuatro años después del anterior, es decir con 26 años, ya empieza a reflexionar sobre el paso del tiempo, la vejez. Ignoro si se proyecta a sí mismo o si se trata del tradicional conflicto intergeneracional, en el que los jóvenes necesitan distanciarse de los mayores y los mayores no comprenden las ideas revolucionarias de toda juventud:
"Anécdotas verdaderas:
Uno
al que en el mayor dolor
le crece una dentadura de fiera.
Tiene que ser una especie de naufragio
cuando uno es viejo
y todavía se irrita por algo" (1905) (Página 167)
Hay en el libro varios poemas que describen sueños, poemas oníricos que podríamos considerar precursores del dadaísmo y el surrealismo. Si André Bretón publicó en 1924 "Pez soluble", Klee, ya en 1906 se sueña a sí mismo totalmente disuelto y desecho como el azúcar en el agua:
"Sueño
Volaba hacia casa,
donde está el principio.
Con cavilar y morder los dedos comenzaba esto.
Después olí o probé algo.
El mal tiempo me disolvió.
Disuelto totalmente quedé de una vez
y me deshice,
como el azúcar en el agua.
Mi corazón estaba también en juego,
demasiado grande era ya hace tiempo,
ahora se derramada enorme.
Pero no había huella de congoja.
Fue llevado a lugares
donde la lujuria
ya no se busca.
Si viniera ahora una delegación hacia mí
y se inclinara ceremonialmente ante el artista,
agradecida por sus obras,
eso me extrañaría bien poco.
Pues yo estuve sin duda allí,
donde está el principio.
Estuve donde mi adorada
Madame Célula Primitiva,
eso es decir tanto como ser fértil" (1906) (Página 173)
Lo primero que me vio a la cebeza cuando leí "el suspiro/ del otro herido", fue el poema de Miguel Hernández, "El herido- Para el muro de un hospital de sangre". Pero este poema me gusta por que trata varios conceptos poéticos universales que suelen ser recurrentes en la poesía de poetas y poetisas de cualquier tiempo y estilo, (incluída mi poesía), la soledad, el fuego, la música, el suspiro, la sangre:
"Hay días
como una batalla vaporosa de sangre.
Ahora profunda noche,
solo que no para mí,
para los otros,
para los insensibles
que no sienten la batalla.
Esos hacen música,
ligeras, vulgares canciones.
Entonces se echan.
No puedo conciliar el sueño.
En mí quema eso todavía,
en mi arde todavía
aquí o allí.
Buscando frecura en la ventana
veo fuera todo apagado.
Solo muy lejos
arde aún una pequeña ventana.
¿Allí sin duda está sentado otro?
¡En algún sitio tengo que
no estar totalmente solo!
Allí suena aún un viejo piano hasta aquí,
el suspiro
del otro herido. (1908) (Página 193)
Si en el poema que he destacado anteriormente se adelanta que "En mí quema eso todavía,/ en mí arde todavía", en el siguiente directamente "Ardo en los muertos". Y, al margen de la universalidad e intemporalidad del concepto poético, en este pequeño poema, casi oriental (en el prólogo, Palazón nos recuerda que Klee "se interesó también por la lírica china"), me veo reflejado como mi alter ego. Giordano Bruno fue asesinado, siendo quemado en una hoguera, en 1600, a manos de la misma secta nacionalcatolicista, que en tiempos de Klee asesinó en Alemania y el España a millones de personas. Por cierto que la ilustración, dibujo de Klee, procedente de la versión original de Felix Klee, también me recordó mucho a G. Bruno ardiendo en la hoguera:
"Estoy armado,
no estoy aquí,
estoy en lo profundo,
estoy lejos...
estoy tan lejos...
Ardo en los muertos" (1914) (Página 227)
Otro sueño. Y otro poema breve, orientalizante. La expresión "Blanco sobre blanco", me recuerda siempre la obra de teatro "Arte", de Yasmina Reza, que vimos en 1998, en el Teatro Marquina, interpretada por José María Pou, y que, a pesar de la crítica ensalzadora, no nos gustó nada por su menosprecio hacia el arte contemporáneo."Sueño
Encuentro mi casa: vacía,
bebido el vino,
desviada la corriente,
sustraída mi desnudez
borrado el epitafio.
Blanco sobre blanco" (1914) (Página 245)
El último poema que destaco profundiza en el tema de la muerte en la hoguera,"incandescente entre los muertos". Y nos desvela la intención de las descripciones de sueños: "¿Dónde está el lienzo/ que de sueño se llena?". Como se llenaron los lienzos de Dalí, de Miró, de De Chirico, de Magritte, de Remedios Varo...
"La luna de varias caras
¡En la estación una de las lámparas,
en el bosque una gota en la barba,
en la montaña: que no ruede!
¡Que el cactus no le pinche!
¡Que no estornudéis!
Tiembla por tu cuerpo
mira esos espacios
-Los sueños no están tan lejos-
¿Y dónde estás tú?
¿Dónde está el lienzo
que de sueño se llena?
¿Dónde hay para el pie delicado arena?
¿Dónde cinta de amor a la mano serena?
¿En ninguna parte -por todas partes?
¡No estoy aquí
-sino incandescente entre los muertos-" (1915) (Página 265)
Esta es una pequeña muestra, hay más poemas, y sobre todo versos sueltos, imágenes, que me han gustado. Pero, repito, el conjunto no me parece tan espléndido como su obra pictórica.
En cualquier caso, he disfrutado leyendo estos poemas.
Y me encanta la foto de Klee en la contraportada:
Comentarios
Publicar un comentario