EL DERECHO DE MANIFESTACIÓN (Y DE HUELGA) FEMINISTA

EL DERECHO DE MANIFESTACIÓN (Y DE HUELGA) FEMINISTA

Llevamos un año justo de pandemia y seguimos recortando derechos. Ya hace un año se les acusó a las feministas y a quienes les habían permitido manifestarse de extender el virus. La realidad es que en esos momentos aún no teníamos mascarillas para todas, ni sabíamos la importancia de mantener la distancia de seguridad.

Pero ha pasado un año y se han realizado un montón de manifestaciones. Manifestaciones de docentes por un protocolo seguro de salud laboral, manifestaciones de sanitarias y sanitarios, recientemente manifestaciones a favor de la libertad de expresión, e incluso manifestaciones de negacionistas de la pandemia y de fascistas antisemitas. Y no existe ningún dato científico que asegure que por el hecho de manifestarse alguien se haya contagiado.

Manifestarse, como ir al cine, al teatro, a un concierto o al museo es seguro siempre que se sigan las medidas de seguridad, se mantengan puestas las mascarillas y se respeten las distancias. No acabo de entender el límite del número de manifestantes, si en el concierto de Raphael hubo 5000 personas y no se contagió nadie, ¿porqué en una manifestación solo puede haber 500?

 

Yo me manifesté a principio de curso por el protocolo de salud en los colegios y fuimos unas 1000 personas, respetamos las distancias, llevamos las mascarillas y nadie resultó contagiado. Reconozco que no me quedé en la manifestación del Orgullo del 28 de junio, porque, al menos al principio, no se estaban respetando las distancias.

 

Pero curiosamente sólo hay polémica cuando se trata de feminismo. Negar a las mujeres el derecho de manifestación es una reedición más del tradicional “la mujer mejor con la pata quebrada y en casa”, que aprendimos durante el nacionalcatolicismo. Aún me encuentro en las redes sociales a franquistas que equiparan el adoctrinamiento nacionalcatolicista con la actual educación en valores democráticos y en el pensamiento crítico.

 

En varios medios de comunicación están haciendo encuestas online sobre el derecho de manifestación y yo estoy votando a favor de que se celebren las manifestaciones, con 500 o con 5000 personas, pero con mascarillas, distancias y si hace falta policía que controle que se cumplen las normas sanitarias (ojalá no hiciera falta que ningún policía nos controlase, considero que las personas feministas somos suficientemente responsables y concienciadas).

 

Otro aspecto que no entiendo es por qué se está renunciando a la huelga. Desde el inicio de la pandemia ha habido y hay huelgas en todo el mundo y ni una persona se ha contagiado por no ir a trabajar. Por mucho que haya presidentas de alguna comunidad autónoma que insistan en que hay más contagios en el seno familiar que en la calle, la tozuda realidad nos muestra que las paredes de las casas no contagian a nadie, es al salir y mantener contacto con no convivientes sin mascarillas (algo que puede ocurrir en el trabajo, en el restaurante, o haciendo running), donde se producen los contagios, y nos llevamos la enfermedad a casa. Hacer huelga es la más contundente muestra de solidaridad feminista y, desde luego, absolutamente segura.

 

En cualquier caso lo importante y necesario es reflexionar sobre si es necesario hacer manifestaciones y huelgas feministas:

Durante el confinamiento muchas mujeres se vieron obligadas a compartir hogar con sus maridos/ parejas maltratadores.

A lo largo del año de pandemia no ha cesado el goteo de mujeres asesinadas.

Algunas organizaciones misóginas están obtenido escaños en los parlamentos estatal y autonómicos, y están accediendo a diversos cargos, incluso los relacionados con la gestión de los derechos de las mujeres.

La brecha salarial y laboral entre mujeres y hombres se ha visto reforzada con los ERTEs.

Sigue habiendo segregación y discriminación por sexo (y género) en centros educativos financiados con fondos públicos.

Las mujeres trans (como los hombres trans) están viviendo muchas trabas para que se promulgue una ley que garantice sus derechos como mujeres y como personas.

(entre otras)