MADRES PARALELAS

 

El martes 12 de octubrre, para celebrar la fiesta "nacional" nos fuimos a los cines Princesa para emocionarnos con esta reivindicativa película de Almodovar.

Es la primera vez que Almodovar trata el tema de la Memoria Histórica (al menos tan explícitamente, que yo recuerde), aunque en películas anteriores ha tratado aspectos como el nacionalcatolicismo y  la represión a la comunidad LGTBIQ ("La mala educación") e historias basadas en la memoria de nuestras familias ("Todo sobre mi madre", "Volver"). 

En esta ocasión ha combinado el melodrama retorcido y casualístico, propio de su sello cinematográfico, con el neorrealismo casi documental de la exhumación. 

Penélope Cruz no es de mis actrices favoritas, pero en el film tiene varios momentos álgidos, sobre todo en la escena del parto, momento tenso que comparte con Milena Smit. También en algunas escenas melodramáticas propias de "Mujeres al borde de un ataque de nervios". Pero también me gustó en la escena en que reprocha a la compañera su actitud contra la Memoria Histórica, parece que de verdad se hubiera malhumorado ante la displicencia de la compañera. Me llegué a identificar. 

El melodrama se muestra, como digo, muy retorcido, se combinan las casualidades, prácticamente improbables, pero posibles. Aunque el hecho en sí de que dos bebés sean confundidas en el hospital es un tema literario recurrente y, por desgracia, una realidad que ha ocurrido en más de una ocasión.   

Como suele ocurrir en todas las películas de Almodovar, se exponen una serie de obras de arte contemporáneo magníficas, incluidas esculturas de Calder. Y, también como en casi todos sus guiones, nos enseñan aspectos prácticos de la vida cotidiana, en este caso algunas recetas de cocina, me recordó a la receta del gazpacho de "Mujeres al borde de un ataque de nervios".  

Y el cameo de Julieta Serrano, con 88 años, es una gozada.

Pero lo que me emocionó de verdad fue la parte memorialista. Llevo diez años siguiendo las reivindicaciones y las actuaciones de los colectivos. Aunque no soy partidario de que sean las familias quienes tengan que hacerse cargo de las exhumaciones, también he seguido algunos casos, sobre todo los más mediaticos. Y en la película se destacan detalles que he podido identificar como propios de algunos de estos casos reales. Me refiero a los objetos que sirven a menudo para poder identificar a los familiares, tales como una alianza, unas albarcas, un sonajero, un ojo de cristal. Como digo es casi un documental. Y la imagen final, que no voy a desvelar me encogió el corazón, es política y poética, reividicativa y humanista, es cine y performance. De las mejores escenas grabadas por Almodovar. Tuve que arrancarme a aplaudir, junto con algunas personas que seguro que habían sentido lo mismo, gesto que hoy en día no es habitual en las salas. 

No voy a decir que sea una película buena o mala (me sorprende que a Carlos Boyero no le haya gustado, porque suelo coincidir con sus gustos). Solo voy a decir que yo me he emocionado. Y, desde luego se la recomiendo especialmente a todas las compañeras y compañeros que esperan poder dar una sepultura digna a sus familiares. Como dice la protagonista, lo siento este spoiler lo tengo que hacer, "mientras eso no se haga no tendremos verdadera democracia". 

Trailer:


 

 



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