SPENCER
El sábado 27 de noviembre estuvimos en los cines Princesa para disfrutar de esta poética y concienciadora película dirigida por Pablo Larraín y protagonizada por Kristen Stewart.
El
guión es una fábula con metáforas y alegorías referentes a la vida de
Diana, a sus miedos, a sus inseguridades, a sus aspiraciones, y sobre
todo a sus valores sociales, humanos y animalistas. La alegoría de la
navidad con todos sus protocolos, la alegoría de la comparación con Ana
Bolena, la alegoría del espantapájaros que "aún nos protege", la alegoría de la casa donde buscar los orígenes y los valores a los que agarrarse para resistir.
Me encantaron las escenas e imágenes poéticas como la de los carros militares atropelllando al faisán, la danza de los militares y los cocineros entrando en formación para empezar la preparación de la cena de nochebuena, la vista de pájaro de la entrada del coche de Diana atravesando los jardines simétricos y archirregulares, la escena de Diana caminando que se refleja en el río... Hay un montón de imágenes para el recuerdo.
Pero lo verdaderamente relevante es el retrato que el director nos hace de Diana. Y la impresionante y emotiva interpretación de Kristen Stewart. Una mujer comprometida con su tiempo a quien se la toma por loca por no aceptar la rigidez protocolaria de una institución trasnochada y caduca. ¿Estaba loca por no querer atiborrarse de comida y engordar obligatoriamente por tradición, o estaban locos todos los demás que aceptaban y asumían esta absurda tradición? Mi conclusión es que el director nos retrata a una mujer muy cuerda en medio de la locura institucional.
Aunque el guión hace hincapié en la infidelidad del marido, en realidad no es lo más relevante de la película. Sin embargo ayuda a hacer el retrato de la persona a quien consideran loca. El marido le dice que deben desdoblarse en dos personas, la que real y la que se publica en la prensa, ella en cambio no teme a que los fotógrafos (por cierto no había ninguna fotógrafa) muestren lo que ocurre en realidad, en lugar de mostrar sólo la imagen de la realeza supuestamente unida y feliz. Abre las cortinas de su cuarto para vestirse, pero llega la última a la foto de familia. Cordura frente a la locura hipócrita.
Desconozco si en realidad hubo una vestidora que estaba enamorada de ella, pero sabemos que fue amiga íntima de Elton John, personaje conocido por su música pero también por declararse abiertamente homosexual en 1988 y desde entonces haber sido uno de los defensores más fuertes de la causa LGBT y uno de los promotores más importantes en la lucha contra el SIDA desde finales de los ochenta. Por lo que veo a la vestidora como una alegoría de las relaciones y la defensa de Diana de los derechos LGTB. Como dice la vestidora, Diana no estaba loca sino "IMPRESIONADA". Impresionada por los avances sociales, culturales y sociopolíticos de su tiempo, en contraposición con el conservadurismo y retrogradismo de la institución monárquica.
Me comentaba mi amigo que esperaba que la película finalizara con la famosa huída que terminó en el desgraciado accidente. Pero en realidad es que la película empieza con esa misma huída de Diana que ha dado esquinazo a los escoltas y se ha perdido por los caminos en el mundo real. Y durante la película protagoniza varias huídas más. Como alegorías de su huida final.
Por supuesto la escena que más me emocionó fue la de Diana parando la cacería. No cuento más, tenéis que verla para emocionaros como yo. Estuve a punto de aplaudir, pero por timidez no lo hice.
La recomiendo especialmente a las personas defensoras de los derechos LGTBIQ y a las personas defensoras de los derechos de los animales que luchan por la abolición de la caza y de todos los festejos en los que se tortura y asesina animales.
Trailer:
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