LA VIDA ERA ESO

El domingo 12 de diciembre estuvimos en los cines Renoir para ver esta película dirigida y con guión de David Martín de los Santos e interpretada por Petra Martínez.

Lo más destacable de la película es la interpretación de Petra Martínez, prácticamente se pasa toda la película (109 minutos) ante la cámara, mostrándonos una impresionante plasticidad de miradas, gestos, sonrisas, lágrimas, descubrimientos, emociones, sentimientos... Para mí es un Goya (está nominada).

El guión va de como esta mujer (en la vida real tiene 77 años) siente que ha perdido muchos años de su vida y descubre que la vida era otra cosa, otras emociones, otras sensaciones, otras vivencias, que ella antes no había experimentado. 

Pero podemos encontrar más detalles en un guión dramático e hiperrealista. Una joven que se va a trabajar fuera de España, y fallece desarraigada, sin familia ni amistades que la recuerden ni la reclamen. Que además fallece prácticamente de la noche a la mañana, cuando ella se sentía perfectamente y con una inmensa vitalidad y planes de futuro. Una relación afectiva entre un hombre de 53 años (interpretado por Florin Piersic Jr.) y la protagonista de 77. Las difíciles relaciones entre los abuelos españoles y los nietos belgas. Y muy interesante la escena en la que la protagonista conversa con su marido (interpretado por Ramón Barea), y éste, sin palabras, con la mirada, nos expresa que comprende que la mujer ha cambiado y le oculta sus últimas vivencias. 

La escena de la protagonista enterrando las cenizas de la joven fallecida me recordó a cuando yo enterré las cenizas de la tía de Manolo en los olivares de Úbeda. Esa sensación de que no es "mi muerta", pero tengo la obligación moral y humanista de hacerlo.  

Mucho drama, mucho peso de la muerte, mucha desilusión, pero también esperanza. Porque la vida de la protagonista nunca volverá a ser como antes de viajar a Almería.

Almería, las salinas, las llanuras, un paisaje de luz y de tranquilidad. Un poco en constraste con el aparentemente claustrofóbico Gante de hospitales y comidas familiares.

A mí, desde luego me emocionó. 

Trailer: