EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS

El sábado 22 de enero estuvimos en los cines CINESA Príncipe Pío, viendo esta película dirigida por, y con guión de Guillermo del Toro, basada en una novela de William Lindsay Gresham.

Es una película bastante escabrosa pero con varios mensajes subliminales destacables. 

Retrata el mundo de las ferias ambulantes de los años 40. Un mundo sórdido donde se mezclan actuaciones inocentes de mero entretenimiento con espectáculos muy morbosos y violentos. Era el antecente de los circos, pero dirigido exclusivamente a adultos. 

Ya se han visto otras películas ambientadas en este tipo de ferias en las que se denuncia el maltrato a determinadas personas consideradas diferentes, que se exhibían como "monstruos". INCLUIDAS PERSONAS INTERSEXUALES. En la película de del Toro quizá se lleva al extremo este maltrato con el ejemplo del "engendro". 

Cuando el policía entró en la feria les acusa de que se estaba maltratando a animales y a personas. En realidad en la película no se muestra maltrato animal, más allá de la gallina que mata para alimentarse el hombre considerado "engendro". Parece que con el tiempo este tipo de maltrato hacia las personas ha desaparecido de las ferias, sin embargo aún tenemos circos y otros espectáculos con animales enjaulados o en espacios muy reducidos y alejados de su hábitat natural, donde no pueden ejercitarse ni reproducirse, a veces encadenados, malnutridos, obligados a hacer un "numerito" para poder obtener alimento, vejados y "domados" con violencia... incluso asesinados en público para deleite de un tipo de público morboso e insensible.

Uno de los mensajes subliminales que me llamó la atención es el paralelismo que parece establecerse entre este mundo de los feriantes y el nazismo. El mismo empresario critica a Hitler, pero se comporta como un Menguele. Por otro lado, el personaje que ha asesinado a su cónyuge y ha maltrado a otras mujeres, y que se encuentra por encima de la ley, es otro tipo de dictador. Además de ser una denuncia de la violencia hacia las mujeres.

Otro mensaje subliminal es el paralelismo ente el método conductista que el empresario utiliza para anular la conciencia del hombre, aprovechando su debilidad por ser alcohólico, y el mismo método utilizado por la doctora psicoanalítica para inducir al protagonista a beber alcohol, como paso previo para ir convirtiéndolo también en un "engendro". El mismo protagonista le espeta en su primera visita que lo que ella hacía era más elegante que su espectáculo de adivinación, pero en realidad era "el mismo tinglado". Hoy en día el psicoanálisis está cosiderado una ciencia, pero durante décadas fue considerado un timo como el de los mentalistas, adivinos y espiritistas. 

Pero el mayor mensaje subliminal me ha recordado las películas de los años cincuenta financiadas por la Philip Morris. Incontable el número de cigarros que se encienden a lo largo de la película. Fuma ¡hasta el engendro!  Cuando le piden al protagonista que deje los cigarrillos y el mechero es como si le dejaran prácticamente desnudo. Y eso después de haberle visto realmente desnudo fumando dentro la bañera. Hacía mucho tiempo que no veía una película con tanto humo de tabaco.

Por último destaco la al parecer admiración del escritor por el tarot, práctica que parece defender como más fiable al resto de "tinglados".

Lo mejor de la película es la interpretación de  Bradley Cooper. Se pasa las dos horas y media de metraje ante la cámara. Su transformación final y su última frase son escalofriantes.

En realidad es el mejor estreno de la semana. Pero ya advierto que muy escabrosa, no apta para todos los públicos.

Trailer:


 

 


 

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