FLOREDO

El sábado 26 de marzo estuvimos en el Museo Nacional Thyssen Bornemisza para desgranar esta curiosa exposición donde descubrimos como los artistas desde la antiguedad han intentado engañar al ojo del espectador. La obra más antigua es un mosaico romano. La más contemporánea (y que desde luego fue la que más me emocionó) es la instalación fotográfica de Isidro Blasco. He de reconocer que la primera sala llena de representaciones de animales muertos me echaba un poco para atrás. Son un montón de bodegones, unos con verduras, que vale, pero la mayoría con animales cazados (que no "animales de caza", como lo llaman los especistas). También hay alguna sala con varias obras con escalofriantes imágenes de aperos de caza. Pero claro que en la exposición hay otras obras que sí me interesaron y mucho: "Huyendo de la crítica" Pere Borrel del Caso, 1874 El óleo de Borrel del Caso ya no había visto en otras exposiciones y desde luego siempre me llama la atención, es de los más i

 El viernes 25 de marzo entramos en el Instituto Italiano di Cultura di Madrid (Calle Mayor, 86), para ver esta exposición de arte contemporáneo.  Jannis Kounellis, 2012 Aunque en el cartel se anuncia como "Arte italiano- obras de la galería Persano. 1979-2021", en realidad en la muestra hay algún artista internacional como el griego Jannis Kounellis. Precisamente uno de mis preferidos, por sus assemblages. En este caso se expone una obra de 2012 (Kounellis falleció en 2017 con 81 años). Es una obra sin título pero que se compone de elementos muy significativos como los ganchos que se suelen utilizar en los mataderos y en las tiendas donde se exponen piezas de carne. Pero en este caso lo que cuelga de los ganchos no son animales sino abrigos de personas que nos pueden retratraer a la ropa de las personas judías, homosexuales y comunistas que eran obligadas a desnudarse antes de entrar en las cámaras de gas. Una obra expresionista, escalofriante, animalista, humanista y antifa

  El sábado 5 de marzo, fuimos al Teatro Español, para ver "La batalla de los ausentes", obra de Eusebio Calonge, dirigida por Paco de La Zaranda y protagonizada por Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Sánchez. Es una crítica mordaz contra todo, pero principalmente contra el militarismo y las guerras. Una buena obra para ver y reflexionar en estos días en que la guerra parece tener hipnotizado a gran parte de la humanidad. Siempre me acuerdo de aquella expresión que solía repetir mi amigo Mario Cesariny "¡Qué mala es la humanidad! ". Ahora, más que nunca, esa expresion me persigue cada vez que leo que las personas voluntarias que están recogiendo en Madrid enseres para Ucrania nos dicen que ya no quieren más dinero, sino "cosas militares". En elDiario.es leo que " Soy periodista en Kiev y no reconozco mi ciudad: gente cavando trincheras, colas para alistarse y el metro de refugio antibombas". Por no hablar del presidente del gobierno que

  El sábado 26 hablando sobre el tema con un amigo portugués, galerista que había venido a la feria de arte JustMad con quien había quedado para cenar, él comentó que poco se podía hacer porque Rusia tenía 30.000 soldados y yo le respondí como un resorte: “30.000 soldados que podrían desertar con una buena campaña de insumisión”. Inmediatamente me dio la razón.   TODOS LOS CONFLICTOS TIENEN MÁS DE UN CULPABLE En cualquier caso lo que más me preocupa es que hable con quien hable parece que el discurso oficial que ha calado es que esta guerra tiene un único culpable. Al día siguiente le comentaba a mi pareja que había leído que Josep Borrell iba a proponer a la Comunidad Europea que se utilizaran los Fondos Europeos “para la Paz” para enviar armas a Ucrania. Al parecer fue aprobada la propuesta. Después he leído que el presidente del gobierno español está dispuesto a enviar armas incluso al margen de Europa. Echar más leña al fuego, o pretender apagarlo con gasolina genera más