LOS MARICONES SOMOS DESERTORES

 

El sábado 26 hablando sobre el tema con un amigo portugués, galerista que había venido a la feria de arte JustMad con quien había quedado para cenar, él comentó que poco se podía hacer porque Rusia tenía 30.000 soldados y yo le respondí como un resorte: “30.000 soldados que podrían desertar con una buena campaña de insumisión”. Inmediatamente me dio la razón.

 

TODOS LOS CONFLICTOS TIENEN MÁS DE UN CULPABLE

En cualquier caso lo que más me preocupa es que hable con quien hable parece que el discurso oficial que ha calado es que esta guerra tiene un único culpable.

Al día siguiente le comentaba a mi pareja que había leído que Josep Borrell iba a proponer a la Comunidad Europea que se utilizaran los Fondos Europeos “para la Paz” para enviar armas a Ucrania. Al parecer fue aprobada la propuesta. Después he leído que el presidente del gobierno español está dispuesto a enviar armas incluso al margen de Europa. Echar más leña al fuego, o pretender apagarlo con gasolina genera más culpables. El lema “Ni otan ni Putin” se queda cojo.

 

EDUCANDO EN VALORES DE PAZ

Hoy ha salido el tema en el colegio.

Estábamos en la clase de Valores (alternativa a la religión católica). Aula de Educación Infantil  5 años. Estamos trabajando en torno a un proyecto sobre el Universo y había preparado una ficha que bajo el epígrafe “Nos comunicamos con el universo” proponía “Si hubiera seres vivos en otro planeta ¿cómo podríamos comunicarnos con ellos? La ficha expone cuatro posibles escenarios: Música, pistola, puñetazos y dibujos.

Al ver la pistola el alumnado ha empezado a hablar de la guerra.

Algunos comentarios han sido: “Ucrania lucha por su país”, “Rusia también lucha por su país”, “Rusia va a ganar la guerra porque tiene muchas armas y Ucrania no tiene nada”, “España tiene que enviar armas a Ucrania”, “Podría haber una guerra mundial”. “La guerra es mala”, “Se puede destruir la Tierra”…

Por supuesto yo ni he confirmado ni desmentido ningún comentario. Pero he aprovechado el filón para seguir tirando del hilo con preguntas como:

“¿Y para qué sirven las armas?”, “Para matar”.

“¿Y qué pasará con las niñas y los niños?”, “Que no podrán ir a la escuela porque se destruirá la escuela”.

“Y si gana Rusia pero en Ucrania han muerto las personas y se han destruido los edificios, ¿qué ganará Rusia?”, “Pues nada”.

“¿Y qué pueden hacer las personas que no quieren la guerra?”, “Irse a otro país”

 

EL MILITARISMO LGTBI

Me preocupa la deriva militarista de una parte del colectivo LGTBI. En una página de Facebook se felicitan porque ha sido abatido en combate un líder de Bielorusia que se había opuesto a los derechos LGTBI en su país. Mientras se publican artículos de personas LGTBI de Ucrania donde defienden que en Ucrania llevan 10 años realizando las marchas del Orgullo y el próximo año iban a pedir el matrimonio igualitario.

Es verdad que los derechos LGTBI siempre están más restringidos con gobiernos derechistas y ultraderechistas, pero también es verdad que en cada país tenemos diferentes leyes, unas más abiertas, otras menos. Y no toda la  LGTBIfobia es legislativa, en España aún mueren personas tras recibir palizas al grito de “Maricón”. Las organizaciones y los partidos ultraderechistas cada vez tienen más afiliación y votos en toda Europa. Ojalá no sea así en Ucrania.

Y en Rusia también hay colectivos LGTBIQ formados por personas que, además de enfrentarse al presidente de su país, ahora van a sufrir las sanciones internacionales. (También colectivos anarquistas, obreristas, animalistas, feministas…)

 

LAS INJUSTICIAS INTERNACIONALES

También me molestan los dobles raseros que aplican diversas organizaciones supuestamente civiles.

Por ejemplo que se prohíba a Rusia participar en Eurovisión (un concurso que hace más de treinta años que dejó de interesarme), cuando España participó durante cuarenta años bajo el dominio de un dictador fascista que ni siquiera permitía que se cantara en catalán. Y durante otros cuarenta años con gobiernos presuntamente demócratas que no han permitido que se juzguen los crímenes de la dictadura y que se dé digna sepultura a las víctimas. ¿Con qué derecho ético puede apoyar nuestro país que se impida a Rusia participar en ese concurso?

Y en el mismo sentido, el belicismo actual de la Comunidad Europea contrasta mucho con el reconocimiento que hicieron los países europeos y EEUU del gobierno dictatorial impuesto tras tres años de bombardeos y masacres.

Hablar de ocupación, e incluso de nazismo, para justificar sanciones y envío de armas a Ucrania contrasta también con el posicionamiento internacional ante otros conflictos enquistados históricamente como el de Palestina.

Sin contar con que las sanciones económicas a Rusia se van a traducir en que a final de mes las trabajadoras y trabajadores no van a poder cobrar su salario.

 

SOY MARICÓN, SOY DESERTOR

Yo lo tengo claro. Culpables son todas las empresas que se dedican a fabricar armamento, también las ubicadas en territorio español. Culpables son los países y comunidades de países que venden, exportan o insuflan armas a una zona en conflicto, incluyendo las ferias de armamento en las que se aprovisionan los contendientes.  Culpables son todos los gobiernos y organizaciones políticas que anteponen el envío de armas a la diplomacia y la distensión. Para mí no son organizaciones políticas sino militaristas. Y desde luego las alianzas militaristas como la OTAN y otros tratados militaristas internacionales.

En definitiva el principal culpable es el militarismo internacional. El mismo militarismo que asesinó a García Lorca por maricón y que persiguió la homosexualidad en España durante los cuarenta años de dictadura militar. El mismo militarismo que asesinó a casi 4 millones de homosexuales en la Alemania nazi. El mismo militarismo del “Don't ask, don't tell” del ejército de EEUU.

Soy insumiso y creo que el único camino para la paz es la deserción. Porque al otro lado de la trinchera también hay maricones.

Asumo que la guerra empieza aquí, en las ferias de armamento, en las fábricas de armamento, en las escuelas donde no se pregunta ni se cuenta nada de lo que está pasando… y en consecuencia yo empiezo colaborando para la paz y el fin del conflicto hablando de ello en mi escuela. Y en las redes en las que participo.

 

PEDRO POLO (ANTIMILITARISTAS LGTBIQ)

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