CABRERA

 DIARIO DE NUESTRO VIAJE A BALEARES
 CABRERA
JUEVES 25 DE AGOSTO DE 2022. 
El día anterior habíamos pedido un taxi en la recepción para ir a la Colonia de san Jordi, desde donde parten los barcos hacia Cabrera. Desde la central de taxis le habían informado al recepcionista que tardarímos una hora. Dije que lo pidiera entre las 10 y las 10:30. Tras desayunar salimos a la esquina donde paran los taxis. Llegó a las 10:15 y nos informó que tardaríamos una hora y veinte minutos, le dije que teníamos prisa ya que íbamos con hora de embarque y nos dijo que iría rápido por autopistas. Así lo hizo y tardó exactamente la hora y veinte minutos que nos había anunciado. A las 11:35 estábamos en la oficina de la empresa de los barcos, donde nos dieron los billetes y nos indicaron el lugar desde donde salía el barco. Por cierto que no me enteré bien y tuvimos que volver a preguntar en el puerto, pero llegamos a tiempo para enseguida embarcar. El barquero nos explicó que el Parque Nacional de Cabrera  lo conforman el archipiélago de Cabrera y las aguas de su entorno. El barco hizo un recorrido alrededor de todo el archipiélago y después nos dejó en el puerto de Cabrera.
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Nos dijeron que al volver pararíamos en una cueva de estas:
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Faro del Sur:
La tortuga:
Una vez que desembarcamos una guía nos indicó lo que podíamos visitar y las normas para mantener el espacio natural. Y empezamos a caminar dirección a las playas para comer en los merenderos adjuntos. El día anterior habíamos comprado unos sandwiches, una ensalada vegetal y unas galletas. Allí vinieron a visitarnos los saurios, ya nos habían avisado que no debíamos alimentarlos, pero se ve que ellos saben donde encontrar restos alimenticios.
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Tras la comida estuve buscando los restos arqueológicos del Yacimiento del Pla de ses Figueres. 
Barracas de los prisioneros napoleónicos:
A comienzos del siglo XIX, durante los últimos cinco años de la Guerra de la Independencia, o Guerra del Francés, esta isla se convirtió en prisión para unos 9000 soldados de las tropas napoleónicas. Las dificultades de abastecimiento desde Mallorca y la escasez de recursos propios de Cabrera hicieron que la estancia de los prisioneros fuera dramática. Más de la mitad de los prisioneros murieron por los efectos del cautiverio y los que consiguieron sobrevivir lo hicieron gracias a la organización interna que establecieron, como los trabajos de contrucción y habilitación de cabañas, cultivo de pequeños huertos, labores de artesanía e incluso la alfabetización de la comunidad. Quedan restos arqueológicos de pequeñas habitaciones. Toda esta historia me recordó a los prisioneros LGTBIQ del campo de concentración de Tefía, en Fuerteventura, también en medio de un desierto inhóspito.
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Necrópolis bizantina y taller de púrpura:
La antiguedad tardía fue el gran momento de ocupación de la isla, a raíz de la instalación de una comunidad monástica. Una epístola del papa Gregorio Magno del año 603 constituye la única referencia literaria al monasterio. Las tumbas excavadas son de tipo bañera con cubierta de losas. La cronología de los siglos VI al VII y el hecho de que todos los esqueletos sean de hombres adultos hace pensar que este lugar podria ser la necrópolis del monasterio. Junto a las tumbas hay un estanque pavimentado con una cubeta y un canal. La presencia de 750 fragmentos de caracoles de mar todos troceados de la misma manera, hace pensar en la existencia de un antiguo taller de púrpura, ya en funcioamiento en el siglo V.
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También hay un camino que sube al castillo, pero por el calor y la falta de sombras en el camino decidí no subir.
Habíamos contratado la excursión desde
la agencia de Nautalia, como el resto del viaje, y habíamos leído o nos habían contado que para preservar el Parque Natural estaban restringidas las visitas, por lo que resultó complicado encontrar una excursión, ya que al parecer hay pocas empresas autorizadas. Sin embargo al llegar nos pareció sorprendente encontrar la bahía llena de veleros y que la gente en las playas pinchase sus sombrillas en la arena. He leído en la web del Gobierno de las Islas Baleares que "Para ir con barco propio se tiene que solicitar autorización telemática de navegación o de fondeo en el caso de querer pasar la noche". O sea que hasta se puede pasar allí la noche. Pues poco creo que se preserva así.
Al volver paramos en una cueva, donde nos dijeron que podíamos darnos un baño. Yo no habia llevado bañador, porque no sabía que se permitiera el baño en el Parque. Bueno, en cualquier caso no sé nadar como para bañarme en un lugar donde no puedo hacer pié, si acaso me habría bañado en la playa del merendero. Pero la mayoría del pasaje se lanzó de inmediato a unas aguas de un impresionante azul turquesa.
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Y vuelta al puerto de la Colonia san Jordi, preguntamos en la ofina de información si había autobuses a Palma y nos dijeron que en 10 minutos llegaba uno que nos dejaba en Campos donde hace transbordo al de Palma, fuimos inmediatamente a la parada y lo tomamos. Transbordo inmediato a un autobús express que nos llevó directo a Palma y de allí en media hora tomamos el del Puerto de Pollensa. 
Magnífica excursión.

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