CUEVAS DEL DRACH

DIARIO DE NUESTRO VIAJE A BALEARES
SÁBADO 27 DE AGOSTO DE 2022. CUEVAS DEL DRACH
Mi sobrino David me había sugerido e insistido en que debía visitar las cuevas del Drach. Como siempre en las islas el principal problema es que no hay excursiones guiadas por lo que hay que ir por nuestra cuenta. La ida la tuvimos muy bien organizada gracias a la ayuda de uno de los recepcionistas del hotel que imprimió los horarios y me indicó los enlaces. Salimos a las 6:30 h del hotel camino de la estación de autobuses, en esta ocasión nos habían preparado unos picnis que pudimos tomarnos mientras esperábamos el autobús, con agua, frutas, zumos, sandwiches y cruasáns. El autobús salía a las 7:00 dirección a la estación de Palma, donde llegó a las 8:20 y allí tomamos otro autobús a las 8:50 hacia Portocristo. El autobús nos dejó junto a la puerta de las cuevas. Vimos una parada de autobuses enfrente y supusimos que sería la parada para volver a Palma. No se nos ocurrió preguntar al conductor. Teníamos la visita reservada a las 12:00, pero como eran las 10:30 pregunté en taquilla si nos la podían adelantar a las 11:00 y me dijeron que sí. Entramos de los primeros, un empleado va guiándonos el recorrido parándose para que todo el grupo pueda bajar tranquilamente. Es un recorrido de 1200 metros con un desnivel de 25 metros. Al final se encuentra el lago auditorio. Allí hubo una gran concentración de cientos de visitantes para escuchar el concierto que se interpreta desde una barca, con puezas como el Canon de Pachebel, o la Barcarola de Offenbach. Dan la opción de volver en barcas o caminando, decidimos volver caminado, pero en cualquier caso hay que subir los 25 metros por escaleras. 
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.Aquí está el famoso dragón:
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 Al salir descubrimos que empezaba a llover y a tronar. Esperamos unos minutos pero como iba a peor caminamos bajo la lluvia hacia la parada donde creíamos que iba a parar el autobús. Pero allí no paraba ningún autobús, crucé hasta la parada donde nos dejaron a la llegada para intentar preguntar al conductor que acababa de llegar, pero ya había cerrado la puerta y no me atendió. Seguía lloviendo, pregunté en un hotel que hay junto a la parada y allí me informaron de que para volver a Palma había que ir caminando hasta otra parada que está a unos 20 minutos, supongo que al paso de la chica joven que me lo dijo. Finalmente conseguimos parar a una taxista que nos llevó directamente al Hotel de Puerto Pollensa. Por el camino caían rayos y encontramos varias calzadas inundadas. La taxista se equivocó porque se iba guiando por el GPS del teléfono y tardamos unos 15 minutos más de lo necesario, pero finalmente llegamos a tiempo para comer en la cafetería de nuestro mismo hotel.

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