MODELO 77
Me decía Hilario que le parecieron exageradas las escenas de palizas,
que el protagonista con tanta paliza ya se tendría que haber muerto varias veces. De hecho algún otro protagonista sí que muere. Y que no
se creía que fueran todos los funcionarios y policías tan sádicos. Pero yo aún
recuerdo algunas de las palizas que me han dado en manifestaciones noviolentas y que no matan, pero al pasar
unas horas empiezan a doler y dejan grandes moratones que duran
semanas. Puro sadismo. Y la frase sobre que los médicos de la prisión nunca están me
recordó la desgraciada historia de un insumiso que se encontraba muy enfermo y
el “médico” de la prisión llegó varias horas después de que le llamaran y sin ningún instrumental y le espetó “Este será otro de los que se pinchan”. Y no estoy hablando de
los años 70 sino de los 90.
El viernes 7 de octubre estuvimos en los cines Princesa y he querido empezar con estos recuerdos porque considero que esta película dirigida y con guión de Alberto Rodríguez es bastante fiel a los hechos.
He encontrado en la web el testimonio de Daniel Pont, superviviente de la Coordinadora de Presos Sociales en
Lucha (COPEL) y uno de sus fundadores en noviembre de 1976 en la
desaparecida ignominiosamente cárcel de Carabanchel de Madrid: "La COPEL exigía la inclusión en la ley de amnistía por causas legítimas
políticas, sociales y jurídicas por haber sufrido las consecuencias de
una cruel dictadura franquista a través de la dureza de sus cárceles y
leyes. Pero también formaban parte de sus reivindicaciones la
desaparición de leyes especiales (ley de peligrosidad social, de
justicia militar etc.); la reforma profunda del Código Penal; la
depuración de jueces, funcionarios de prisiones y policías franquistas,
etc..." El artículo continúa pero termina con una denuncia muy necesaria: "La situación de las cárceles entonces no tiene mucho que envidiar a la de la actualidad, cuando
hay un goteo permanente de muertes en prisión, crueles aislamientos
prolongados y la medicalización excesiva de los presos, lo que configura
una situación alarmante, donde de nuevo la sociedad mira para otro
lado". Al final de la reseña dejo el enlace al artículo completo.
También tengo que destacar que se menciona específicamente el tema de la Ley de Peligrosidad Social y uno de los protagonistas es un militante abiertamente homosexual. Aunque no me gustó mucho que precisamente fuera el que se doblegara y aceptara el traslado de prisión, que fue una de las estratagemas de desmovilización que pusieron en práctica, no los funcionarios, sino los políticos. Estratagemas de desmovilización también las he vivido en los años de la insumisión.
Y no olvidemos que estamos hablando de los tiempos de la supuestamente modélica "transisión", liderada por partidos políticos dirigidos por antiguos colaboradores de la dictadura franquista (Gutiérrez Mellado, Adolfo Suarez, Fraga...)
Aunque ya digo que a mí me recordó a los años 90. De hecho en los 90 hubo también movilizaciones dentro y fuera de las prisiones por el abandono de l@s pres@s ante la entrada masiva de heroína en las prisiones y sus efectos propagadores y mortales de la pandemia del SIDA. El Movimiento de Objeción de Conciencia colaboró en los 90 con colectivos como "Madres contra la droga" y junto a colectivos LGTB antimilitaristas y antisida hicimos repartos de jeringuillas y preservativos a las familias y parejas en las puertas de las cárceles.
La película tiene algún detalle poco afortunado como la estereotipación de los presos políticos: ("Ese
que está solo es anarquista, esos que van en grupo discutiendo son
socialistas y ese que está leyendo un libro es comunista").
Y quizás lo que considero mejorable es que el guión se centra casi exclusivamente en las luchas de los presos, que está muy bien y es muy necesario exponerlas, pero no se hace suficiente hincapié en las razones. Al inicio el protagonista hace algunas reclamaciones por ser obligado a dormir entre piojos y negársele el derecho a ducharse, también se hace alguna referencia a la mala alimentación. Pero después el resto del filme ya solo muestra las luchas y la escalada de la violenta represión.
Magníficas las interpretaciones de Miguel Herranz, Javier Gutiérrez (irreconocible con barba), Fernando Tejero (posiblemente el mejor papel de su carrera), Xavi Sáez como el LGTB militante, Jesús Carroza (quien apodado "el negro" muere por una paliza)...
Por cierto que tanto la muerte de "el negro" como la capitulación del militante homosexual me recordaron (negativamente) al código Heys del McCarthysmo.
En cualquier caso la película ha entrado en el ranking de FilmAffinity de las 50 mejores películas españolas de la historia. A los franquistas que están ocupando cada vez más cargos en los gobiernos autonómicos y municipales no les va a gustar.
Enlace al artículo "Modelo 77" cuenta lo que nos medios ocultan:
Comentarios
Publicar un comentario