LAS CARTAS PERDIDAS (CANCIONES PARA DESPUÉS DE UNA DICTADURA MACHISTA)

El domingo 20 de noviembre estuvimos en los cines Princesa para emocionarnos con esta película documental dirigida y con guión de Amparo Climent. 
La voz en off de Ana Belén nos narra la represión contra las mujeres que, por el hecho de serlo y en algunos casos luchar por emanciparse de los hombres, fueron maltratadas, vejadas, violadas, encarceladas, exiliadas y asesinadas por los golpistas fascistas, en cada población ocupada por las tropas sublevadas, desde 1936 hasta la muerte del dictador. El guión se forja a través de una serie de cartas reales escritas por mujeres maltratadas, mujeres enviudadas, mujeres encarceladas, mujeres exiliadas, mujeres horas antes de ser asesinadas. Cada carta es interpretada por una actriz: Alba Flores, Luisa Gavasa, Marisa Paredes, Nora Navas, África de la Cruz, Resu Morales, Karmele Aranburu, Gloria Vega, Ana Gracia, Chupi Llorente, Ana Labordeta, Miriam Tejedor. A la vez se intercalan entrevistas a mujeres supervivientes de la barbarie que nos ayudan desde su longevidad a reflexionar sobre los derechos, los progresos, las esperanzas y las incoherencias.
Reflexionando tras la proyección me vino la idea de que es inquietante observar como después de que las mujeres hayan luchado tanto por conseguir la igualdad en derechos, después de haber pagado con sus encierros, sus vejaciones, sus violaciones, sus destierros y con sus vidas; nos encontramos con que hay mujeres, que nunca tuvieron necesidad de luchar sino que se encontraron gratuitamente con las libertades y los derechos ya institucionalizados y ahora defienden el franquismo que pretendió deshumanizarlas. Pero lo verdaderamente inquietante es que no es sólo el franquismo, son las políticas machistas y reaccionarias, ultraconservadoras y ultrareligiosas que han llevado en el mundo al poder a mujeres como Thatcher, Merkel o Ayuso. Y sin embargo pocas mujeres han liderado gobiernos feministas o gobiernos con ideologías cercanas al feminismo, al antimilitarismo, al antiespecismo, o al ambientalismo, gobiernos con ideologías centradas en derechos humanos y no en privilegios WASP de machos, blancos, occidentales, heteropatriarcales y de cristianismos excluyentes. Hilario me respondió que esas mujeres que defienden el franquismo, están defendiendo sus privilegios, pero en realidad ¿qué privilegios tenían las mujeres que apoyaron el golpe de Estado?. Al margen de poderse pagar servicio en sus casas (con cofia) para no tener que agacharse a fregar el suelo, no podían ostentar ningún tipo de cargo de poder político, ni judicial, ni siquiera militar ni religioso, ni nada que no estuviera supeditado a los maridos, los padres o los primogénitos.
Pero lo que más me gustó de la película fue el recuerdo de aquellas canciones revolucionarias, actualizadas, cantadas ahora por mujeres. La banda sonora de la película me recordó a la ya mítica "Canciones para después de una guerra", del querido y añorado Basilio Martín Patino (un lustro ya desde que falleció). Canciones que al margen de su contenido, en algunos casos incluso militarista, nos traen el recuerdo de los tiempos en los que las mujeres, junto a los hombres, defendieron derechos que en algunos casos aún no hemos conseguido recuperar. Canciones que empezamos a oir tras la muerte del dictador. En mi caso incluso mucho después de 1975, en ese año yo tenía 12 años y cero conciencia sociopolítica.  
La carta de la mujer a la que van a asesinar destinada a su amada recordando los besos que no podrán volverse a dar me estremeció.
Lo mejor fue que nosotros nos emocionamos con esta película el día 20 de noviembre, el mismo día en el que algunos (quiero creer que ya son una minoría insignificante) hombres y también mujeres, de esas que dicen estar "en el lado bueno de la historia" fueron a misa para pedir por el alma del dictador.
 

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