LOS CHICOS DEL CORO
Y es que yo no estuve al cien por cien porque había tenido una posible febrícula antes de comer, y tras comer me había echado a dormir una siesta y se me hizo tarde. Salí de casa azorado subiendo y bajando escaleras a mi máxima velocidad y llegué casi sin respiración a la cola donde ya estaba Hilario. Durante la representación me estuvo molestando la garganta, con una especie de escozor desagradable. Para colmo había alguna persona del público cerca de nosotros que estuvo todo el tiempo parloteando, algo que me saca de quicio. No soporto a la gente que va al teatro o al cine y tiene que comentarlo todo como si estuviera viendo un partido de fútbol. Y menos lo soporto cuando no me encuentro del todo bien.
La adaptación es buena aunque introduce detalles nuevos y oculta otros algo escabrosos. Entre lo nuevo está que en este coro hay también chicas y una profesora, al parecer provenientes de otro internado que está en obras. Entre los detalles ocultos está la escena en la que el maestro descubre a los chicos que le han quitado las partituras, y las están viendo en los retretes, en la película otro profesor, no recuerdo si el director, le sorprende de rodillas recogiendo las partituras y hace un comentario dando a entender que no le gustan los pederastas, en el teatro el profesor toma el maletín y las partituras de la mano del alumnado sin necesidad de agacharse y se elimina la acusación.
Algunas escenas coreográficas del alumnado me recordaron al video de "Another brick in the wall" de Pink Floid. Ambas obras reflejan los malos tratos en los centros educativos en los tiempos de postguerras y la esperanza de que todo cambie. El verso resumen de ambas obras puede ser "Hey, teachers, leave the kids alone".
Un aspecto que comentamos durante la cena (siempre hacemos el teatro-forum o el cine-forum durante las cenas) fue que tanto en las películas como en algunas obras de teatro siempre nos presentan a los buenos muy buenos y a los malos supermalos. En este caso me gustó la presentación del alumno que venía de un reformatorio y que sobre todo en su primera canción va exponiendo cómo la forma en que todo el mundo le ha tratado le ha ido configurando como es. Me dicen que no sirvo para nada, que soy malo, pues así soy.En algunas canciones tenía la impresión de que entre bambalinas alguien estaba poniendo la voz mientras los nicños actores hacían play back. Al menos en algunas notas que sonaban con más volumen que el resto. Había música en directo.
Pero el número que más me gustó fue el del vigilante/ conserje/ limpiador, "Maxence", interpretado por Antonio MM, un magnífico actor y cantante que además de aparecer en muchas series de televisión, también ha actuado en otros musicales como "El médico", "Dirty Dancing", "Sonrisas y lágrimas" o "Fama". Me encantó la coreografía, la frescura y la alegría de su canción y su movimiento de caderas a lo sirtaki.
Tampoco me gusta que el público vaya aplaudiendo cada canción como si de un concierto se tratara. Es verdad que a mí me salió aplaudir un par de ocasiones, una cuando uno de los niños canta "María de la O", creo que todo el público se entusiasmó con el potente e inesperado chorro de voz de ese niño. Y otra en el número de Maxence. Pero aplaudir cada canción es que no lo entiendo, es como si en una película aplaudiéramos cada escena, lo normal (para mí) es aplaudir al terminar la obra.
En cualquier caso lo pasamos bien. Al salir fotografié el atrezzo que habían puesto para hacerse autorretratos, pero que con tanta gente en el vestíbulo me fue imposible utilizarlo como tal. Sin embargo me encantó encontrar en el metro otra oportunidad para hacerme un autorretrato con otra obra de teatro en cartel: "Maricas todas", he estado ya brujuleando la posibilidad de comprar entradas para ir a verla, pero las sesiones son únicamente a las 22:45, excesivamente tarde para mi bioritmo. Pero también la recomiendo, se publicita como "una comedia LGTBI con brillantes números musicales. Tolerante, libre y sin prejuicios".
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