EL CAFTÁN AZUL o NO TENGAS MIEDO DE AMAR

El lunes 20 de marzo fue festivo en la Comunidad de Madrid ya que la festividad religiosa de san José cayó en domingo. Para completar un fin de semana largo e intensivo, tras haber disfrutado el viernes 17 del superdivertido espectáculo de Álex Clavero "La nueva normalidad", y el domingo 19 del cuarto Domingo de Cámara en el Teatro Real, el lunes nos fuimos al cine. 

En los Cines Renoir de la Plaza de España vimos esta hermosa y dramática película dirigida y con guion de Maryam Touzani. Esta directora de 43 años, nació en Tánger, estudió en Londres​ donde en 2003 se graduó en comunicación y periodismo.​ En 2008 escribió el guion y dirigió un documental sobre el primer Día Nacional de las Mujeres en Marruecos.

Y protagonizada por Saleh Bakri en el papel de Halim, Lubna Azabal en el papel de Mina y Ayoub Messioui en el papel de Youssef

La película trata varios temas relevantes. Por un lado, y es la razón por la que escogí esta película, se muestra como se vive la homosexualidad (masculina) en Marruecos. Por otro lado se nos enseña una profesión tradicional que, según los propios protagonistas, está desapareciendo porque ya nadie quiere aprender el oficio. Y el tercer aspecto es la enfermedad de la protagonista, sobre este último aspecto no voy a profundizar porque en las sinopsis publicadas se presenta como un secreto y sólo casi al final de la cinta se desvela. También tienen cabida algunas denuncias de la situación de las mujeres. Todo envuelto en una atmósfera de amor y acompañamiento, de respeto y transgresión, de pasión y compasión, de armarios y aperturas.

Respecto a la profesión de coser los caftanes, prendas femeninas, a mano con hilos de oro, que incluye el hilado con una especie de rueca para conseguir diversos grosores y que excluye la máquina de coser aunque una clienta protesta diciendo que nadie distingue la diferencia entre el cosido a mano y el cosido con máquina. Supone muchas horas de trabajo, mucha paciencia, mucha delicadeza... En España, tras siglos de machismo occidental,  que ha implicado comúnmente una división de trabajos por género, este tipo de artesanía de aguja e hilo lo relacionamos habitualmente con mujeres, si bien, incluso durante los años de la dictadura, hemos tenido buenos modistos de fama internacional. El caso es que en Marruecos esta es una profesión de hombres. Parece ser que ya es una profesión en decadencia por culpa de la industrialización, las máquinas de coser, las prisas y los precios, porque lógicamente es mucho más caro un vestido cosido artesanalmente a mano. 

Pero, como digo, yo escogí la película por el tema homosexual. Hace muchos años que no voy a Marruecos y en cualquier caso cuando estuve no investigué, como sí he hecho en otros países, las posibilidades de encuentros y espacios de lo que, en nuestro argot, llamamos cruising. Lo que siempre me habían contado, y no sé si seguirá siendo así, es que la sexualidad es bastante libre hasta el momento del matrimonio, siempre hablando de hombres, claro, lo que implica que los jóvenes pueden tener contactos homosexuales con otros hombres, incluyendo occidentales haciendo turismo sexual. Y que aunque legalmente está proscrito las autoridades no suelen perseguirlo. Pero que una vez casados la cosa cambia y los deseos homosexuales se guardan escrupulosamente en el armario. Por eso como a mí siempre me han gustado mayores no tuve opciones.

Saleh Bakri es un actor palestino, que con 46 años está guapísimo, con un poblado bigote superatractivo y con unos ojos deslumbrantes. Hace un papel dramático de hombre sensible que por un lado ama a su cónyuge, por otro lado autoreprime los sentimientos de deseo hacia el joven aprendiz y cuando necesita desfogarse acude al hamman. Y esto es lo que me sorprendió porque en el hamman parece que fuera habitual mantener relaciones entre hombres ya casados y/o adultos, con mucha naturalidad se pide en recepción el alquiler de una cabina individual, con bastante naturalidad se citan para entrar en la cabina... Me gustó mucho esta supuesta libertad. Ignoro cual es exactamente la legislación en torno a la homosexualidad entre adultos, pero lo que vemos en la película es que hay bastante más actividad y permisividad de la que yo imaginaba. 

Por supuesto esto solo es aplicable a los hombres. Respecto a las mujeres, podemos ver en la película como la policía hace una redada pidiendo documentación a la mujer y cuando el marido dice que es su esposa le piden el certificado de matrimonio. Intuí que la razón es que a determinadas horas las mujeres deben estar en casa, que una mujer con un hombre a altas horas se relaciona con prostitución, que una mujer no debe pasear de noche por la medina ni siquiera acompañada. 

Me encantó un detalle que no puedo dejar de reseñar, el hecho de que la mujer vaya a comprar y le diga al frutero que le pagará mañana. Y no hablamos de un pueblecito donde todo el mundo se conoce, Salé, donde transcurre la acción, es una ciudad junto a Rabat de la que la separa el río Bu Regreg, que tiene unos 850.403 habitantes. Al parecer es una ciudad poco visitada por los turistas y que cuenta con una población bastante más conservadora en comparación a Rabat. Esto último es justamente su atractivo, ya que la convierte en un lugar típicamente marroquí y con mucho menos influencia occidental.

La mejor frase del guion la dice también la protagonista a su marido: "No tengas miedo de amar". Podría ser un resumen de la película.

En fin, que da para escribir mucho, es un poema de amor con todas las consecuencias, las represiones, los conflictos, los bellos momentos diarios de la vida compartida. Mucha melancolía, mucho deseo y mucha proyección de futuro o al menos eso da a "entender" la escena final.

Emocionante. Muy recomendable.

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