Llegué a la Riviera a las 6:50, ya había cola y aunque estaba al sol no me importó porque hacía más bien fresquito y de hecho terminó nublándose. Como anécdota pasó por allí uno de los heavies que suelen estar en la Gran Vía reivindicando la tienda de rock que antaño estaba allí, y saludó al hombre que estaba delante de mí en la cola, que al parecer también es músico y estuvo repartiendo octavillas del grupo "ÑU". Abrieron las puertas a las 7:30 en punto y fueron "cacheándonos" a todas y todos según íbamos entrando.
Tras hacer las primeras fotos me senté en unas escaleras donde ya se habían empezado a sentar otras personas, pensando que íbamos a poder ver el espectáculo tan cómodas y cómodos, desgraciadamente al poco un personal de la sala nos conminó a levantarnos porque era, evidentemente, un lugar de paso. Entonces descubrí la balconada donde pude estar apoyado, y desde la que pude ver magníficamente el escenario, el público y hacer fotos y grabaciones.
El concierto comenzó puntualmente a las 20:30 h, y estaba organizado como un viaje en el tiempo partiendo de las grabaciones más actuales a las más antiguas. Y, además, nos dijo Castejón que habían seleccionado algunas de las canciones que menos suele cantar en los conciertos. Como la mayor parte del público teníamos de 50 años para arriba la primera hora no nos interesó demasiado. Yo intenté estar atento a la letras ya que me suelen gustar mucho las historias que cuentan las letras de Asfalto pero no siempre es fácil entenderlas a ritmo de rock cuando se desconocen. Me fijé en que en la sala quienes estaban justo centrados con el escenario prestaban más atención, pero quienes estaban en el lateral y en la parte más trasera estaban de charla, de comentarios, de bromas, de copeo y sin enterarse del concierto. Me pareció mal sobre todo cuando Castejón u otro músico hablaba contando alguna anécdota. Hubo incluso algún momento en que era tanto el bullicio que el ruido del público no me dejaba oír la música, a pesar de que, lógicamente, sonaba bastante alta por los altavoces. Por cierto que hubo momentos muy emotivos de Julio Castejón emocionándose ante la acogida de público que estaba teniendo el concierto y agradeciéndonos tanto al público como a los músicos que le estuvieron acompañando y mostrándole afecto en esta despedida.
Como digo, la primera parte no la disfruté demasiado hasta que llegó el sigo XX. Y el entusiasmo fue compartido con el resto del público que pasó de simplemente prestar atención y aplaudir tímidamente cada número a empezar a dar saltos, palmas y corear las canciones.
MÁS QUE UNA INTENCIÓN:
LA OTRA MARÍA:
DÍAS DE ESCUELA:
ROCINANTE:
CAPITÁN TRUENO: SER URBANO:
En general disfruté del espectáculo y me gustó encontrar un buen sitio desde donde poderlo ver tranquilo y apoyado y poderlo fotografiar y grabar a gusto. Eché en falta algunos títulos, ya nos lo avisó Castejón al inicio del concierto que han sido cientos de canciones grabadas en estos 50 años y no podían aparecer todas. De mi álbum preferido solo interpretaron "La otra María", estaba esperando que tras esa, también apareciera "Señor Violento". Y me extrañó que una canción tan mítica como "La paz es verde" no estuviera en el programa. En fin, que disfruté, fueron casi tres horas de buena música y muy buen ambiente. Aunque, reivindico, para mi edad y para la mayoría del público que estuvimos allí, ya hay que programar conciertos en salas con butacas (aunque en algún momento sintamos la necesidad de dar saltos).
Coincido contigo en un par de cosas, amigo Pedro: En que mi álbum favorito también es el AHORA!! (Álbum habitualmente despreciado por el propio Julio, quien lo consideraba demasiado comercial, pese a ser el del cénit de la populariad del grupo. Jamás tocarían "Señor Violento", puesto que dicha canción la cantaba "Guny" -quien habitualmente no era cantante- y que solamente pudimos escuchar quienes tuvimos el privilegio de conocerles durante esa misma gira, que yo descubrí pocos meses después del concierto en el Teatro Monumental, a finales del verano de 1980, con solo 15 años, y que me enganchó a ASFALTO para siempre) y el de la necesidad que siempre ha tenido ASFALTO de que su música se escuchara en entornos apropiados en los que no se distrajera la gente, cómodamente sentados y con los cinco sentidos puestos en el respectivo "show". Y vive Diós que lloré como un niño con muchas de las canciones del repertorio, muy grandes las elegidas para abrir la actuación, aunque no fueran las más conocidas por los menos seguidores: Solamente las bellísimas "Lluvia de Abril", "Secuencia para un gran momento", "El Pescador de Sueños", "Quién Castigó a la Mujer de Lot" (todas de la última década) o "Espera en el Cielo" ya le dieron más que lustre a los primeros 45´ de los 120 minutos totales que duró el concierto en total. Me llevo un gran recuerdo y prefiero pasar página con las cosas que se hicieron mal (Tal y como me reconocía esta tarde el mánager, Johan Cheka, quien ha asumido esta tarde en el muro de los fans de ASFALTO la responsabilidad por aquellas cosas que no terminaron de hacerse del todo bien). Un abrazo.
"Como un espejo se ha roto el invierno en mil infinitos de insolencia cinematográfica. Eugenio ha abrazado el camino sin hambre ni excusa ni calzado, mientras aún arden las imágenes y hierven entre sus páginas microscopios sin objetivos y otra salamandra huye por las grietas salinas de su rostro acantilado". ("En recuerdo de Eugenio Castro" g.bruno 2024) Hace unos días mi amigo Miguel de Carvalho me anunció el fallecimiento de Eugenio Castro, precisamente habíamos estado cenando juntos en Porto justo el sábado anterior y habíamos estado recordando a Eugenio y a otras compañeras y compañeros del viaje surrealista de Portugal y de España. Hacía años que no sabía nada de él, al menos desde la pandemia del Covid. Antes de aquel confinamiento a veces coincidíamos y nos saludábamos en la cafetería de la Filmoteca cuando iba a ver alguna película de esas raras que me gusta recordar, él vivía cerca y solía comer allí. Foto en mi casa (Yo, Eugenio, Lurdes, José Manuel
Un magnífico espectáculo que ha formado parte de las actividades en torno a las Fiestas del Renacimiento, en Úbeda . Aunque no está anunciado en la web de Turismo de Úbeda. Afortunadamente me la recomendó mi amigo Andrea Pezzini. A cargo del Orfeón Murciano Fernández Caballero, se trata de un espectáculo total, con recitado de poemas, canciones en diversos estilos y en diversas lenguas (la primera en latín), coreografías, interpretación teatral y música en directo. Hora y media de arte e inmenso disfrute. . . . . Allí me encontré con Andrea y su hija y tras el espectáculo nos estuvimos tomando una copa juntos.
El sábado 7 de septiembre estuve en los Cines Princesa para emocionarme con esta película dirigida y con guion de Marcel Barrena y protagonizada por Eduard Fernández. Aunque no soy usuario del autobús, me interesan en general los medios de transporte público y lo primero que pensé cuando leí la sinopsis fue que el argumento se asemejaba a "La ilusión viaja en tranvía" (Buñuel, 1954). Y aunque por edad tampoco he sido usuario de los tranvías, sí que me ilusionan, por motivos afectivos. Mi primera pareja siempre fue usuario de los tranvías desde la infancia. Yo siempre los fotografío, al menos, cuando visito Lisboa y otras ciudades que los tranvías siguen atravesando. Además la historia del asociacionismo vecinal es un tema que no suele verse reflejada en la gran pantalla y que nunca he vivido. Se trata de colectivos propios de barrios obreros de lo que llamaron "extrarradios" de las grandes ciudades, que suelen estar desfavorecidos por parte de las alcaldías. Yo s
Coincido contigo en un par de cosas, amigo Pedro: En que mi álbum favorito también es el AHORA!! (Álbum habitualmente despreciado por el propio Julio, quien lo consideraba demasiado comercial, pese a ser el del cénit de la populariad del grupo. Jamás tocarían "Señor Violento", puesto que dicha canción la cantaba "Guny" -quien habitualmente no era cantante- y que solamente pudimos escuchar quienes tuvimos el privilegio de conocerles durante esa misma gira, que yo descubrí pocos meses después del concierto en el Teatro Monumental, a finales del verano de 1980, con solo 15 años, y que me enganchó a ASFALTO para siempre) y el de la necesidad que siempre ha tenido ASFALTO de que su música se escuchara en entornos apropiados en los que no se distrajera la gente, cómodamente sentados y con los cinco sentidos puestos en el respectivo "show". Y vive Diós que lloré como un niño con muchas de las canciones del repertorio, muy grandes las elegidas para abrir la actuación, aunque no fueran las más conocidas por los menos seguidores: Solamente las bellísimas "Lluvia de Abril", "Secuencia para un gran momento", "El Pescador de Sueños", "Quién Castigó a la Mujer de Lot" (todas de la última década) o "Espera en el Cielo" ya le dieron más que lustre a los primeros 45´ de los 120 minutos totales que duró el concierto en total. Me llevo un gran recuerdo y prefiero pasar página con las cosas que se hicieron mal (Tal y como me reconocía esta tarde el mánager, Johan Cheka, quien ha asumido esta tarde en el muro de los fans de ASFALTO la responsabilidad por aquellas cosas que no terminaron de hacerse del todo bien). Un abrazo.
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