QUÉDATE A MI LADO
El domingo 11 de junio estuvimos en los Cines Renoir emocionándonos con esta película estadounidense dirigida por Michael Showalter.
Me recordó a la inolvidable "Philadelphia" (1993) de Jonathan Demme, protagonizada por el magnífico Tom Hanks.
Pero en este caso el protagonista es Jim Parsons, el estrambótico, insolente y a menudo repelente "Sheldom" de la divertida serie de televisión "The Big Bang Theory", por cuyo papel he obtenido un Globo de Oro en 2011 (galardón concedido por los 93 miembros de la Asociación de la
Prensa Extranjera de Hollywood en reconocimiento a la excelencia de
profesionales en cine y televisión), cuatro Premios Emmy (2010, 2011, 2013, 2014) (galardones anuales a la excelencia en la industria de la televisión, otorgados por la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión) , más un montón de nominaciones.
Al principio cuesta olvidarse del personaje cómico del "Big Bang", incluso algunos detalles insisten en ese personaje, como la decoración de su casa (supongo que por exigencias de la producción del propio Parsons), pero poco a poco el carácter trágico del guion nos presenta a un Jim Parsons dramático desconocido que lejos de irritar como Sheldom nos conmueve.
Tal vez tengo un "pero" y es la edad de los protagonistas, se pretende en la película mostrar 13 años de relación entre dos, al menos al principio, jóvenes de discoteca y "maría", y sin embargo Parsons ya tiene 50 años y, mal que le pese, se les notan mucho.Tampoco Ben Aldridge es un jovencito, tiene 37 años.
Las memorias del periodista de la televisión americana Michael Ausiello
son la base de esta película. Es la historia
real que vivió el reportero con Kit Cowan, a quien conoció en una
discoteca y con quien se casó. A Cowan le diagnosticaron un cáncer muy poco corriente y falleció en
2015, después de trece años de relación con Ausiello.
Al final de los títulos de crédito advierten de que, aunque la película está basada en hechos reales, hay algunos personajes y situaciones que son absolutamente ficticias. Me atrevería a asegurar que la decoración de la casa de Ausiello es uno de esos aspectos no reales.
Pero también es una historia real, conmovedora y dolorosa para muchas otras personas que también hemos vivido en primera persona este mismo drama y algunas de las situaciones me recordaron mi propia historia, entre ellas la buena relación de Ausiello con la familia de Cowan tras su fallecimiento. Yo, desde luego, no escribí el devenir de la enfermedad en redes, pero después escribí mis recuerdos en estos blogs "Floredo", y me sirvieron como terapia para afrontar el duelo.
Desde luego la recomiendo para todos los públicos, lo mejor de la cartelera actual (que yo haya visto) y lo mejor de este mes del Orgullo (que yo haya sentido).
Comentarios
Publicar un comentario