CAMBIO DE SEXO

El miércoles 11 de octubre, para celebrar el inicio del puente de la fiesta "nacional", fui a la filmoteca, cine Doré, a ver esta película de Vicente Aranda, de 1977, protagonizada por Victoria Abril. No se me ocurre nada más españolista que una película estrenada dos años después de la muerte del dictador sobre un tema que sigue levantando ampollas y controversias casi medio siglo después, especialmente entre quienes más exhiben el banderismo rojigualda.
Lo primero que tengo que reivindicar es que la actuación de Victoria Abril es de Goya. Aunque los Goya empezaron a celebrarse en 1987, diez años después, considero que se lo deberían haber otorgado con efecto retroactivo. 
La película, además de ser muy queer, feminista, pedagógica, empoderadora y humanista, es una verdadera obra de arte, con lucidos números musicales cantados por la propia Victoria, con intensas escenas melodramáticas, con la recuperación de grandes estrellas del cine como Rafaela Aparicio y Fernando Sancho, con el debut de Bibí Andersen antes de Almodóvar. 
En la cabecera de la película apuntan que está basada en un hecho real. En realidad ha habido miles de casos reales, en España y en el resto del mundo, de jóvenes transexuales que han sufrido acoso en la infancia, que han tenido que huir de sus hogares familiares y que sólo han encontrado trabajo en el espectáculo (especialmente en el espectáculo del morbo y la autohumillación) y/o en la prostitución. Llegar a la operación es un logro muy reciente.
Hablando de controversias, desde luego rechazo la obligatoriedad de un informe psiquiátrico para acceder a una operación, porque la transexualidad no ha sido nunca una enfermedad, sin embargo es una frase en relación a este informe la que más me gustó de la película, cuando el cirujano le dice a la protagonista que tras ver el informe queda comprobado que ella no es homosexual. Y es que aún hoy en día hay mucha confusión entre la homosexualidad y la identidad. 
Otra controversia es el propio título. Porque también hay mucha discusión sobre los conceptos de sexo, género e identidad. Al final de la película el amante le dice "Siempre has sido una mujer". ¿Entonces con la operación qué ha cambiado?.
Por cierto que me recordó esa misma frase dicha por Elena Anaya en la película de Almodóvar "La piel que habito" en 2011. Filme que, a pesar de tratar también el tema del cambio de sexo, lo hace desde una perspectiva más sórdida y tránsfoba, me decepcionó en su momento por plantear la práctica de una vaginoplastia sin consentimiento de la persona intervenida. Mucho más grave que una agresión o una violación. Nunca entenderé esa película dirigida por quien creo que todo el mundo reconoce como adalid de los derechos LGTBIQ, ni la participación de un actor ya consagrado en ese momento como era Antonio Banderas. Precisamente a Elena Anaya sí le dieron el Goya por su interpretación.
Y sí, las personas transexuales lo son desde que nacen, por lo tanto las operaciones y tratamientos hormonales no cambian su sexo sino sólo su fisonomía. Otro tema es que el sexo que se nos asigne al nacer no se corresponda con nuestro verdadero sexo, lo que ahora se renombra como "identidad". Y, desde luego el género no lo cambia ni la vaginoplastia ni la vestimenta, ni las pelucas, ni los ademanes, ni el timbre de voz, el género lo construimos y deconstruimos nosotras mismas.

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