EL VIEJO ROBLE

El viernes 24 de noviembre estuve en los cines Renoir Plaza de España viendo esta película dirigida ¡a sus 87 años! por Ken Loach y protagonizada por Dave Turner y Ebla Mari.
EBLA MARI
Lo primero que quiero comentar es que la actriz no es siria sino drusa, es profesora de teatro en su población natal, en los Altos del Golan y ésta ha sido su primera interpretación cinematográfica. El pueblo druso es un grupo etnorreligioso de lengua árabe originario de Oriente Próximo. No son ni islamistas, ni judaicos, ni cristianos, sino un sincretismo entre todas las religiones monoteístas.
He leído una magnífica entrevista en The Guardian escrita por Michael Segalov, titulada "Our voices need to be heard: actor Ebla Mari on Ken Loach, Syria and refugees" donde Ebla nos habla de su vida como profesora de teatro en Majdal Shams y sus experiencias en medio de la guerra. De ella he extraído algunos datos:
Ella no es siria pero para llegar a donde vive se pasa por aldeas sirias destruidas. El resto de personas que aparecen en la película como parte de su familia sí son refugiados sirios en Gran Bretaña que han sufrido el tener que salir de su país y encontrase con el racismo actual en Europa y ninguna son actrices ni actores.  
Ebla es originaria de Majdal Shams. Ubicado en las estribaciones del Monte Hermón, Majdal Shams se encuentra en los Altos del Golán, un área al noreste de Israel y al suroeste de Siria. Desde 1967 ha estado bajo ocupación militar israelí. Hoy en día, es uno de los cinco pueblos drusos que quedan en la región. Antes de la ocupación eran cientos. Durante su infancia, Ebla podía ver Siria desde la ventana de su dormitorio, pero su comunidad estaba, y sigue estando, aislada del resto del país. La población de la ciudad era de sólo 11.000 habitantes. Cuando comenzó la guerra civil siria en 2011, los Altos del Golán no se vieron directamente afectados por los combates, pero algunas bombas caían cerca. Algunos apoyaron al régimen de Siria, otros se opusieron, son drusos, por eso muchos guardaron silencio con la esperanza de proteger al pueblo druso al otro lado de la frontera. Pero la guerra dejó el pueblo dividido. Ebla es la mayor de cuatro hermanos. Su madre es pintora; sus tíos artistas también. Después de terminar la escuela secundaria, estudió en la universidad en la ciudad israelí de Haifa. Estudió en hebreo, no en árabe. Enfrentó mucho racismo y prejuicios, sin embargo, a través del teatro encontró formas de tender puentes y exponer a otros a sus experiencias. Poco después de graduarse, comenzó a enseñar. 
Respecto a su papel como refugiada siria ha declarado que: “Cuando supe que iba a interpretar a una refugiada siria me sentí bastante culpable; no lo soy. Sí, puedo identificarme con la experiencia de estar separado de tu identidad, cultura y gente”. 
REALISMO
Algunas escenas pueden parecer, o al menos a mí me lo parecieron sobreactuadas, como la del hombre que le rompe la cámara a la protagonista o la de la mujer que la expulsa a gritos y empujones de su casa cuando le había llevado a su hija enferma y estaba buscándole galletas en la cocina. Pero en general todo lo que aparece en la pantalla son situaciones reales y universales que estamos viviendo habitualmente. Jóvenes que agreden a un compañero por razones racistas mientras lo graban con el móvil y lo suben a redes sociales. En España los hemos visto con agresiones a jóvenes LGTBIQ e incluso con jóvenes TEA. Personas adultas que también utilizan las redes sociales para vilipendiar a otras personas o colectivos por motivos raciales, ideológicos, sexo- genéricos, clasistas, culturales, económicos...  
Al margen de la violencia, me parece bastante lógica la reacción de una comunidad en la que la gente tiene penurias económicas, pasa hambre y el ayuntamiento sin previo aviso le descarga un autobús lleno de refugiados. Es muy lógica la denuncia del niño que ve como le regalan una bicicleta a una niña refugiada y replica "¡Ojala me regalaran una bicicleta a mí!". En este sentido en las conversaciones en el bar de los vecinos opuestos a la integración de los refugiados se expresan algunas denuncias muy reales y comprensibles. Aunque algún vecino las mezcle con comentarios y propuestas racistas. 
Y, por otro lado también son reales y universales los gestos solidarios. Particulares e instituciones que comparten enseres y alimentos. Y gestos de cariño y respeto especialmente cuando se pierde a un ser muy querido.
POESÍA
La parte que me parece más poética de la película es la historia del perrito. Por cierto que me encantó la actuación del perrito. Encantadora la escena en la que se adelanta al protagonista, subiendo las escaleras y guiándole hasta la puerta y hasta la cocina. 
FOTOGRAFÍA
Precisamente ahora que acabo de llevar a editar un álbum de fotografías me ha emocionado descubrir una película donde la protagonista es una fotógrafa y la fotografía tiene un papel muy destacado en el argumento y en la realización de la película. La colección de fotos de las movilizaciones de los mineros y sus familias. La colección de cámaras fotográficas que guarda el protagonista. La proyección de las fotos de la protagonista con un sirio tocando una guitarra tradicional. La historia de la cámara de la protagonista que le había regalado su padre. La foto del padre que colocan en medio de las flores en su homenaje y delante de él colocan la cámara de fotos.
Y la propia fotografía de la película con tomas donde vemos incluso paredes con decollages de cartelerías. 
MUCHO QUE VER
Cuando estuve escogiendo qué película ir a ver, al principio me pareció que la historia que se narra en El viejo roble no tenía mucho que ver conmigo. Me gusta escoger argumentos que sepa de antemano que me van a emocionar y estaba dudoso entre varias proposiciones de la cartelera pero ninguna me convencía del todo. Finalmente me decidí y sí, la película tiene mucho que ver conmigo, con las relaciones y las redes sociales, con la percepción que solemos tener de las personas refugiadas, con la forma de contar las historias, con conceptos como solidaridad, compartir, valorar el patrimonio artístico y arquitectónico. Hay mucho que ver y que analizar en la película. 
Muy recomendable. A Carlos Boyero, mi crítico de cine de cabecera, no le gustó porque la considera muy didáctica, pero es que yo soy maestro, lo didáctico también tiene  mucho que ver conmigo.

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