¿ORGULLO HETEROSEXUAL?

Hace unos días, en un grupo de facebook contra la la homofobia se criticaba la existencia de otro grupo en la misma red que se autodenomina "Orgullo heterosexual".
Mi reflexión es sobre los motivos que alguien puede tener para sentir orgullo heterosexual, y lo comparo con los motivos por los que yo reivindico el orgullo queer.
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de haber logrado superar una infancia en la que fueron maltratadas, vejadas, insultadas, por mostrar cierto amaneramiento hetero, por mostrar gustos en la vestimenta descaradamente heteros, por mostrar preferencia en los juegos infantiles que la sociedad consideraba despectivamente como de heteros: niñas jugando con muñecas, o niños jugando al futbol, que heteronas y heterones que son.
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de haber superado una adolescencia en la que no tenían ningún referente de relación heterosexual en las televisiones, en los videojuegos, en los cines, en la literatura, en el arte, ni en sus propias familias. Donde tuvieron que ocultar que se sentían atraídas por personas del sexo "contrario" para evitar los chistes denigrantes, las miradas burlonas, los comentarios soeces e incluso alguna paliza por violentos grupos extremistas heterófobos.
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de haberse atrevido a decir abiertamente a sus familiares que son heterosexuales, que les gustan las personas del sexo "contrario", de haberse incluso atrevido a presentar a sus parejas en casa a sabiendas de que las reacciones de sus familiares podrían ser de disgusto, de rechazo, de asco, de violencia verbal o física y de poder tener como consecuencia final la expulsión del núcleo familiar por heteronas. 
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de haberse atrevido a besar a una persona del sexo "contrario" en un espacio público, en la calle, en el metro, en el cine, en un parque, desafiando a las miradas escandalizadas y desaprobadoras de las familias "bien" que siempre consideraron obsceno mostrar ese tipo de expresión afectiva en lugares donde puedan ser visto por menores. Y por lo que incluso la policía les podía meter en el calabozo por perversión de menores. 
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de atreverse por fin a ir por la calle cogidas de la mano de personas del sexo "contrario", sin importarles el qué dirán o pensarán las demás. Y si ese gesto se confunde con que son simples amistades, buscan más visibilidad atreviéndose a cogerse por el talle.
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de haber salido a las calles a protestar para que se derogaran legislaciones que prohibían su comportamiento heterosexual, leyes que les consideraban peligros sociales, leyes que les consideraban vagas y maleantes. Legislaciones que en otros tiempos les supuso años de encarcelamientos, vejaciones en las prisiones por parte de la propia institución y también por parte de grupos de personas presas heterófobas. 
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de poder lucir los símbolos con los que en otros tiempos fueron marcadas en los campos de concentración como "heterosexuales", y por cuyas marcas fueron despreciadas tanto por las personas que les secuestraban como por sus propios compatriotas y sus correligionarios políticos y/o religiosos.
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de que ya la Organización Mundial de la Salud haya dejado de considerar la heterosexualidad como una enfermedad mental. Orgullosas reivindicarán que no sea necesario ningún informe médico, psicológico ni psiquiátrico para asumir públicamente y oficialmente su propia identidad.
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de poder compartir por fin sus sentimientos, su ocio y sus impulsos en locales abiertos, bares, cafeterías, clubs a pie de calle. Dejando atrás décadas de tugurios escondidos, oscuros, lúgubres, donde debían entrar a escondidas en busca de compañía del sexo "contrario", evitando ser reconocidos, especialmente si ostentaban un cargo en una empresa, en una institución. ¡Especialmente si estaban casadas!. Lugares donde sufrían a menudo redadas policiales y agresiones de grupos extremistas heterófobos. 
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de poder hablar sin tapujos de su orientación heterosexual en el trabajo, tanto si son personas obreras de la construcción como si son empresarias, tanto si son futbolistas, como si son bailarinas, tanto si trabajan en la judicatura, la policía, el ejército, la política o la educación. Orgullosas de poder alardear de sus conquistas, de sus experiencias, de sus deseos de formar una familia. ¿Una familia heterosexual?, ¡Qué desfachatez!, Que se junten pero que lo llamen de otra manera. 
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de profesar el catolicismo, el judaísmo, el islam o cualquier otra confesión religiosa y poder ir al culto sin encontrarse con oficiantes que les consideren pecadoras, que les conminen a arrepentirse, que les propongan terapias a base de electroshocks para cambiar su orientación y que dejen de sentir atracción por personas del sexo "contrario" y les amenacen con el fuego eterno si no quieren cambiar. 
Me imagino que estas personas se sienten orgullosas de que por fin tengamos (en España) organizaciones, sindicatos y partidos políticos que reivindican la igualdad de sus derechos como ciudadanía que son. Que reivindican la memoria y la reparación de todas las personas heterosexuales que en el pasado fueron asesinadas, destituidas, exiliadas, deportadas, encarceladas, depuradas, despedidas. Que reivindican que la heterosexualidad no es una enfermedad ni un delito.
En definitiva me imagino que estas personas se sienten orgullosas de haber decidido dejar de ser víctimas de un sistema sociocultural e institucional históricamente y endémicamente heterófobo y por eso han decidido crear ese grupo de autoapoyo, de reivindicación de derechos contra los privilegios de la gran mayoría que les rechaza, seguramente un grupo de sororidad, complicidad y reconocimiento mutuo entre ellas y ellos. Decid que sí, si hasta Los Bravos, en los años 60 ya lo reivindicaban: "Los chicos con las chicas tienen que estar" (es que yo nací en el 63).
Nota: Escribo entrecomillada la palabra "contrario" porque no creo que los sexos, ni los géneros, ni las orientaciones sexuales sean nunca "contrarias", ni "opuestas",  sino convivientes, diversas y constructivas.

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