MI COLECCIÓN EXTREMERA Y UNO MÁS
He parafraseado el título de la famosa película de Fernando
Palacios para referirme a mi colección de obras de un hombre que llegamos a
querer como parte de nuestra familia. Me refiero a una familia que comenzó cultivando
José Francisco Aranda, pero que después seguimos manteniendo Manolo y yo. Familia
de arte que incluye, además por supuesto de a su viuda, Marilines, a los amigos,
Inés y Miguel.
Un hombre que me enseñó mucho sobre arte, especialmente la
importancia de preparar las bases de las obras, ya sean sobre lienzo, madera,
cartón u otro material, para que obtuvieran diversas texturas que dan relieve,
dureza, consistencia, vibración y personalidad a la obra, en este sentido le he mencionado en
diversas ocasiones cuando he publicado el proceso de realización de alguna de
mis obras.
En mi primer blog ya escribí en 2008, una reseña sobre
Extremera, de la que destaco algunos párrafos: “En 1973 , expone en la Galería Lázazo de Madrid. Esta galería se
encontraba en el mismo inmueble de nuestro domicilio, y por deferencia, el
galerista invitó a la inauguración a Aranda y Manolo. Fue durante este acto
donde se conocieron.
Desde entones se
inició una amistad que ha perdurado en el tiempo hasta nuestros días. En 1975
Manolo y Aranda adquieren una casa medieval en Úbeda, Jaén, y piden a Extremera
que les decore el comedor con un fresco que cubre toda la pared frontal del
mismo. Es, hasta la fecha, su obra de mayor tamaño.
Yo descubrí esta obra
en 1990 cuando inicié mi convivencia con Manolo, al poco coincidiríamos en
alguna reunión de amigos o en alguna inauguración. Hemos asistido a casi todas
sus inauguraciones. Manolo ha adquirido algunas de sus obras que tenemos
expuestas en Madrid y en Úbeda.
Siempre ha sido
cordial, afectivo y familiar con nosotros. Hemos visto construir su actual
vivienda en Parque Lagos junto a Torrelodones. Ha compartido con nosotros sus
motivaciones, sus hallazgos, sus estados de ánimo reflejados en sus obras, su
evolución, sus técnicas.
Todos los años nos ha
invitado a las entregas de los Premios de Pintura que él organiza en la
Fundación Wellington, donde hemos coincidido con otros amigos suyos.
Admiramos en él tanto
el tesón en la búsqueda de un lenguaje propio, dinámico y evolutivo, como su
laboriosidad artesanal en la preparación de los soportes, en la elaboración,
las herramientas, el enmarcado… Y por supuesto su entusiasmo.
Por su relación con
esta bella ciudad del Renacimiento es por lo que también destaco en 1997 su exposición en la Fundación Caja de Granada
en Úbeda. Hecho que sirvió para compartir unos días, los desayunos con churros
frente al mercado de abastos, alguna comida en el Parador, y algún paseo por la
ciudad visitando sus murallas, sus edificios renacentistas y sus “puertas con
arrugas”, como solía decir Manolo.
Manolo guardaba la
noticia reflejada en el Diario Jaén, del 28-2-97, con el titular “El público
acoge con admiración la pintura de Pedro Díaz Extremera”.
Creo que la última
inauguración a la que asistimos Manolo y yo fue en 2006 en la Casa de la
Cultura de Torrelodones.
Pero quiero reflejar
aquí también una experiencia que recuerdo con cariño. Compartir La Noche en
Blanco de 2007, gozamos juntos en la exposición “Basurama” en el centro
Cultural Conde Duque. Trasnochamos hasta las 6 de la madrugada. Fue la última
gran locura de Manolo. Este año 2008 he querido compartir la Noche en Blanco
con él y su compañera, pero no ha sido lo mismo, faltaba Manolo y la oferta
cultural era de menos calado” (“Pedro Extremera” floredo.wordpress.com 2008/10/12).
He de añadir, que no fue lo mismo en cuanto a las actividades de la noche en
blanco, pero que tengo un hermoso recuerdo que me regaló ese día Pedro
Extremera, al finalizar esta entrada haré referencia a él.
En otra entrada en ese mismo blog titulada “Correspondencia
de Aranda dirigida a Manolo” destaco que “A
partir de junio de 1977 escribe cartas desde Úbeda, con detalles relevantes
como el descubrimiento de que la fuente que habían comprado pensando que era
del Renacimiento, parecía ser en realidad romana, y como que en junio de 1978
nuestro amigo Pedro Extremera comienza el gran mural que cubre la pared frontal
del comedor”. (floredo.wordpress.com 2008/11/07)
También publiqué una entrada específica sobre aquella Noche
en Blanco de 2007 detallando las exposiciones y las peripecias que vivimos
junto a Marilines y Pedro Extremera. (“Noche en Blanco 2007” floredo.wordpress.com
2008/10/17)
En fin, como digo he mencionado mucho a este amigo en mis
publicaciones, el mural y el nombre de Extremera aparecen incluso en un poema
melancólico en recuerdo a Manolo que publiqué a los 5 años de su fallecimiento
en el blog “Forjador de Lunas”: “Úbeda julio 2013 (ejercicio de soledad)” forjadordelunas.wordpress.com
2013/07/18)
Pedro Extremera falleció en la nochebuena de 2018, en la
publicación que suelo hacer en relación a dónde y cómo paso las nocheviejas, incluía
un somero repaso de los acontecimientos del año con un párrafo dedicado a su
memoria: “Lo más duro ha sido que las fiestas
de Navidad se han enturbiado con el fallecimiento de mi amigo Pedro Extremera,
justo la noche de nochebuena. Como le escribí a su viuda, lo consideraba un
buen hombre. Tanto yo, como Manolo le queríamos mucho, por lo que su
fallecimiento me hizo volver a recordar y a echar de menos a Manolo. Me gustó
visitar a Marilines, junto a Inés y Miguel. A los tres hacía años que no les
veía” (“Nochevieja 2019” floredo3.home.blog 2020/01/01)
Aunque él solía definirse como pintor realista con
referentes como Vela Zanetti o Vaquero Turcios, la verdad es que la sutileza y
el refinamiento de sus líneas y cuerpos difuminados llegaban a configurar en
algunas obras espacios de abstracciones
expresionistas. Es, por supuesto una interpretación mía. En cualquier caso él
estudió durante toda su vida la evolución de los estilos y vanguardias
pictóricas, admiraba las obras de artistas contemporáneos, especialmente los de
las vanguardias históricas, fue jurado en muchos certámenes de pintura y a lo
largo del tiempo fue innovando y evolucionando en sus obras.
Y UNO MÁS
Hoy he ido a recoger la última obra que he adquirido de
Pedro Extremera en las Subastas Durán. Es
un óleo sobre lienzo, sin título ni fecha. Las medidas, incluido el marco, son de 64,5 X 56 cm.
Es el último, de una serie de obras que tengo de su autoría
y voy a aprovechar para dejar referencias de ellas. Las obras no tienen títulos,
pero yo los voy a denominar de manera simplemente descriptiva. Destaco que
Extremera no sólo es autor de las pinturas y de la elaboración de las bases,
sino que también construía y decoraba personalmente los enmarcados.
“Cafetera y taza”, óleo sobre lienzo.
“Abstracción con tonalidades amarillentas”, óleo sobre
tabla.
“Abstracción geométrica en rojo y negro”, óleo sobre tabla.
“Animal desollado en gris”, óleo sobre tabla de 1997. Esta
obra está dedicada al dorso con el texto “Para
la Casa de los Salvajes en recuerdo de su descubridor, J.F. Aranda, 1975- 1997,
sus amigos Manolo, Pedro Enrrique (sic) y Pedro Extremera”. 1975 fue el año en que Aranda y Manolo
adquirieron la casa medieval de Úbeda.
“Abstracción en blanco (Noche en blanco)”, óleo sobre tabla, 2008.
Está obra también está dedicada al dorso con el texto “Para mi querido amigo Pedro con un fuerte
abrazo en el comienzo de la noche en blanco de 2008, con nuestros recuerdos más
agradables. Pedro Extremera”. Este el bello recuerdo que me regaló
Extremera al que me refería. Y como además lo escribió con bella letra caligráfica
lo quiero también mostrar:
“Comedor”, fresco sobre pared, 1978. Por último unas fotos, aunque
de perfil, de la obra de mayores dimensiones que pintó Extremera, cubre toda
una pared del comedor de mi casa medieval.
.
Me jacto de poseer la obra de mayores dimensiones y sin poder asegurarlo creo que también debo ser quien posee la mayor colección de obras de Pedro Extremera. Un inconmensurable honor.
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