EL REALISMO ÍNTIMO DE ISABEL QUINTANILLA

El sábado 39 fui con unos amigos al Museo Thyssen a ver esta exposición. No es el tipo de arte que me interesa, un arte que se basa en dibujar muy bien, pero que, hablando en general, por un lado no investiga en el oficio. Desde que empecé a interesarme por el mundo del arte me ha gustado experimentar cambiando texturas, diversificando formatos, descubriendo técnicas, introduciendo materiales no específicos. Y no sólo por innovar, que al final ya está todo inventado, pero sí para evolucionar. Y para esto me he interesado en ver, conocer, analizar y comprender las diferentes vanguardias del siglo XX. Debo reconocer que ya no he conseguido adentrarme en las nuevas artes del siglo XXI, infográficas, digitales, tokens no fungibles... Me he quedado estancado en la fotografía. Y, precisamente considero que una pintura realista ya no tiene mucho sentido tras la invención de la fotografía y su uso como herramienta artística.
Y por otro lado, y siempre hablando en general, es un arte que no genera evidentes choques emocionales, no genera sorpresa, no genera controversia. Cuando hablo de controversia no me refiero a que el arte tenga que "épater les bourgeois", que también, sino que, al menos, nos haga reflexionar, nos obligue a posicionarnos, nos abra horizontes que mantengan el interés por el arte. Insisto en que esto es en general y por supuesto hay excepciones de artistas y/o de obras concretas. 
Y luego también hay un cierto rechazo ideológico por la memoria histórica que este tipo de pintura arrastra. No podemos olvidar que tanto el nazismo de Hitler, como el Stalinismo declararon a las vanguardias como "arte degenerado" e impusieron sus "realismos" nacionalistas.
En cualquier caso el concepto "realismo", es muy ambiguo. Mis investigaciones me han llevado a trabajar mucho el assemblage, una técnica que consiste en utilizar objetos reales y combinarlos para resignificarlos. No deja de ser una forma más de realismo. Como hiperrealista es mi fotografía, tanto que un amigo me dijo que creía que se trataban de cuadros míos fotografiados, cuando se estaba refiriendo a decollages callejeros. 
Una amistad me dijo una vez que eso de "pintar bien" es como "andar bien". Una persona puede caminar muy erguida, muy altanera, con paso firme y acompasado, coordinando el movimiento de los brazos con las piernas... pero caminando por medio de una urbanización de bloques insulsos, todos iguales, sin nada en que reposar la vista, sin encuentros, sin imprevistos. Pero otra persona puede caminar mal, cojeando, sin acompasar el movimiento de brazos y piernas, encorvado, con pasos arrítmicos... pero paseando por los jardines de la Alhambra. ¿Qué paseo es más reconfortante? ¿qué tipo de arte es más humanizante?. Y precisamente yo siempre he caminado mal por culpa de callosidades en las palmas de los pies, y últimamente peor por las trombosis y la aparición de  la artrosis. 
Después de esta larga introducción voy a destacar unos pocas obras que me llamaron la atención por diversos motivos:
La primera obra que destaco es un homenaje a su madre que era modista, una imagen fotográfica de la máquina de coser que me ha recordado también a mi tía, con quien me crié, que también era modista. Incluso los retales enganchados en el travesaño eran habituales.
"Homenaje a mi madre", 1971
Esta obra la fotografié porque formaba parte de una sala llena de bodegones con animales muertos a los que ni me quise acercar, preferí descansar la vista en esta naturaleza algo más viva.
"Bodegón del melón", 1993
Hay varios cuadros de los lavabos del colegio, este me llamó la atención por el detalle ¿surrealista? de la escuadra colgada del toallero. Esta imagen, que sí genera sorpresa, me obliga a fijarme en la composición de la perspectiva del suelo en forma de "V" invertida, que a su vez me recuerda al compás. ¿Pintura simbolista?, ¿iniciática?. Solo que en masonería el compás está arriba (simbolizando el cielo) y la escuadra abajo (simbolizando la tierra), y en esta pintura se han "invertido". 
"Lavabo del colegio santa María", 1968
En la siguiente obra hay otro detalle que genera controversia, se titula "Paco escribiendo", pero si nos fijamos en sus manos, no parece portar ningún útil de escritura. ¿Está "escribiendo" en sentido metafórico?.
Por otro lado siempre me han llamado la atención las obras que muestran "El cuadro dentro del cuadro". Y el cuadro colgado en la pared parece de un estilo pictórico muy diferente al realismo de la autora.
"Interior. Paco escribiendo", 1995
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Muchas de las obras expuestas representan rincones de su casa, que al parecer estaba ubicada en las afueras de Madrid. Me ha llamado la atención que, sin embargo, las puertas,  las ventanas (ver arriba "Interior, Paco escribiendo", los radiadores (ver más arriba "Homenaje a mi madre") son idénticos a los de mi casa ubicada en pleno centro de la ciudad.
La muestra también incluye una sala con obras de amigas de la pintora que compartieron formación, amistad y realismos. Aunque los estilos son bastante diferentes. Me gustaron los tres bodegones de Esperanza Parada. Son composiciones más cercanas al cubismo que al realismo, por los elementos representados, las falsas perspectivas, las transparencias y los desdoblamientos de las figuras:
"Bodegón sobre mesa negra" 1959
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"Bodegón con periódico y espejo", 1959
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"Bodegón del tresillo y la paleta", 1960
Y esta obra de María Moreno, me parece más cerca de la abstracción y el informalismo que del realismo, me la puedo imaginar sin la ventana:
"Ventana", 1972
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Desde luego, para mí, lo mejor de la exposición han sido las obras de sus amigas.
 

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