BODEGA DE LOS SECRETOS. LUGAR DE MEMORIA HISTÓRICA

El domingo 14 de abril, estuve comiendo con unas amistades en el restaurante "Bodega de los secretos". Lo reservé porque estuve buscando en google algún buen restaurante cerca del Espacio Cultural Serrería Belga, donde habíamos estado viendo la exposición de José Luis López Vázquez. Y nos pareció una joya oculta de la ciudad. Oculta porque se ubica en una calle nada transitada, aunque junto a la calle Atocha y porque el letrero del restaurante es bastante pequeño y poco visible hasta que no estás ante la misma puerta. Aunque en la fachada ya podemos leer una breve referencia a la historia del local. En la web del restaurante podemos leer más:
"A principios del siglo XVII se construyó la primera galería que permitía conseguir las condiciones de temperatura idóneas para la crianza del vino de la zona. Posteriormente los monjes de la orden de San Felipe Neri, ampliaron la bodega dotándola de galerías en forma de claustro llenas de hornacinas, cúpulas, arcos y pechinas ornamentadas.
En el siglo XVII, la bodega se encontraba en el borde de la ciudad de Madrid. En aquella época, para vender productos en la ciudad, había que pagar a la entrada un tributo llamado “Sisa”.
En la restauración de la bodega aparecieron 3 pasadizos clandestinos, dos de ellos comunicaban con las afueras de la ciudad y muy probablemente se utilizaron para introducir mercancías y evitar el pago de los impuestos.
Al limpiar uno de los pasadizos aparecieron bayonetas de la época de la guerra con Napoleón y armas de la época de la Guerra Civil, lo que hace pensar que estos pasadizos se utilizaron como escapatorias para huir de las tropas en épocas de guerra"
Por otro lado en la carta especifica que la bodega había sido refugio durante el asedio y bombardeo de la ciudad por parte de la aviación nazi alemana contra la población civil madrileña y hay un pasadizo que une la bodega con el Museo Reina Sofía y que se puede ver, se supone que se utilizó para llegar hasta lo que en ese tiempo era el Hospital de san Carlos para abastecerse de medicinas y materiales de auxilios y enfermería. Le pedimos a una camarera que nos lo mostrara, está acristalado y puede verse el comienzo del túnel a través de un espejo.
Me agaché para hacerle la foto directa sin espejo (se ve menos del túnel, claro):
En el pasadizo encontraron un arma de la época del asedio nazi (se supone que el arma era de una persona refugiada), y lo tienen expuesto:
En el mapa del siglo XVII se ha marcado el recorrido del túnel:
La comida estaba exquisita, tanto la vegana y vegetariana, que compartimos, y de las que tienen varias opciones en la carta, como la de origen animal que tomaron mis amistades.
El lugar, además de ser un buen restaurante y de precio medio, debería estar señalizado como lugar de memoria histórica, como sí lo están otros refugios de otras ciudades como Cuenca o Valencia. Y en Madrid habrá muchos otros espacios que fueron refugios contra los bombardeos nazis.

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