CUANDO LA ESPERANZA NO ES UNA VIRTUD TEOLOGAL SINO CIENTÍFICA

Avances científicos para un tratamiento vital de la leucemia mieloide aguda 
En 2009 publiqué, en el primer Floredo (floredo.wordpress.com), un par de artículos sobre el Síndrome Mielodisplásico y la Leucemia Mieloide Aguda. Fue la enfermedad que se llevó a mi “hombre vestido de sol”, con 70 años, un hombre que llevando desde hacía 25 años una válvula artificial en la aorta no había parado de viajar en automóvil, en avión, en barco e incluso un año antes de fallecer montó en helicóptero para ver desde arriba el glaciar Jostedal, en Noruega. Una persona llena de vida que el destino incomprensiblemente le arrebató en menos de un año.
Hace unos días, en casa de mi hermano, vi la noticia por televisión, la investigación científica había descubierto "una de sus causas: en las células afectadas el tumor secuestra el ARN de los genes que ayudan a luchar contra el cáncer"
He encontrado en la red el artículo de Javier Gregori -periodista especializado en ciencia y medio ambiente que desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos de la Cadena SER. Premio Nacional de Periodismo Ambiental. Ha sido profesor de periodismo científico en la Universidad Carlos III de Madrid-. Lo titula “Descubierto el 'talón de Aquiles' de la leucemia con más alta mortalidad”. Por su inconmensurable y emotiva importancia voy a transcribir completo el artículo, pero voy a subrayar algunos datos de especial interés, al menos para mí, que puedan funcionar como resumen::
Este descubrimiento abre la posibilidad de encontrar un tratamiento contra la leucemia mieloide aguda, con una baja tasa de supervivencia.
La leucemia mieloide aguda (LMA) es un cáncer de la sangre muy agresivo, que afecta, sobre todo, a personas adultas y que provoca uno de cada tres leucemias diagnosticadas. Además, es un tipo de cáncer muy complejo y, por esa razón, solo un tercio de los pacientes logra vivir cinco años.
De ahí la importancia de este descubrimiento científico, porque un equipo internacional ha logrado detectar una de sus causas: en las células afectadas el tumor secuestra el ARN de los genes que ayudan a luchar contra el cáncer.
Esta investigación ha sido codirigida por un investigador del Instituto contra la Leucemia Josep Carreras, el doctor José Luis Sardina, y sus prometedores resultados acaban de ser publicados en la revista Nature Cell Biology. Este experto en biología molecular ha explicado en Hora 14 de la Cadena SER que la importancia de este descubrimiento es haber encontrado el punto de partida de esta leucemia tan letal: "Hemos encontrado el mecanismo que usan las células leucémicas para impedir la codificación de los genes supresores de tumores. Hemos observado que al intervenir en este mecanismo, se producen proteínas y entonces las células o bien mueren o dejan de proliferar, pero en ambos casos se acaba con la capacidad de formar cáncer en las células". El descubrimiento se ha probado ya en células cancerígenas en cultivo y ratones, y en todos los casos, explica el doctor Sardina, al evitar el secuestro de los arn mensajeros "se para la enfermedad".
La investigación en ratones es importante para "dar el paso a la aplicación terapéutica y estar más cerca de la aplicación en los pacientes". "Estos estudios se basan en modificar el genoma de las células, actualmente estamos trabajando encontrar una molécula, un medicamento que permita hacer lo mismo sin modificar el genoma de las células, esto puede tardar uno o dos años y luego llegan los estudios clínicos, que puede llegar a tardar unos diez años".
Origen maligno
La LMA se origina en la médula ósea, donde las células progenitoras hematopoyéticas alteradas no consiguen diferenciarse adecuadamente y siguen proliferando sin control. La complejidad genética de la LMA dificulta su tratamiento, de tal modo que pesar de los importantes avances que se han producido recientemente en la investigación del cáncer, su supervivencia global a cinco años sigue rondando el 30%.
Para aumentar esta baja tasa de supervivencia es necesario un conocimiento más profundo de lo que ocurre dentro de una célula de leucemia mieloide aguda.
Así, se podrían encontrar nuevas dianas terapéuticas que dieran lugar al desarrollo de nuevos tratamientos.
Con este propósito, un equipo de investigadores de Estados Unidos, Austria y España se centró en los aspectos de la expresión génica en la LMA, la cual se sabe que está desregulada en las células cancerosas.
La expresión génica comprende todas las acciones que realiza un gen activo para que su información tenga impacto en la célula.
Por lo general, significa hacer una copia en forma de ARN de su información (transcripción) y luego sintetizar proteínas a partir de esta copia (traducción). Las células tienen diversos mecanismos para controlar la expresión de los genes, incluyendo la regulación postranscripcional, y asegurar su funcionamiento. Cuando estos mecanismos se alteran, puede producirse una transformación oncogénica.
Descubrimiento científico
El equipo internacional descubrió que las células de LMA tenían un número inusualmente alto de “P-bodies”, estructuras celulares relacionadas con el procesamiento del ARN, un paso clave en la expresión génica.
Al observarlas más de cerca, descubrieron que ARN de genes supresores de tumores, aquellos que impiden la transformación oncogénica de la célula, se acumulaban allí y no se traducían, con lo que no podían producir sus proteínas y, por lo tanto, guiar el destino de la célula.
Aunque los investigadores aún no conocen todos los detalles de por qué este secuestro afecta preferentemente al ARN de genes supresores de tumores, la evidencia del mismo es sólida.
De hecho, cuando los investigadores forzaron la disolución de los “P-bodies”, las células reanudaron sus programas anticancerígenos, reconfigurando su genoma, reiniciando patrones de expresión génica saludables y adoptando un comportamiento mucho más tolerable, ya sea muriendo o avanzando hacia un estado no proliferativo.
Cuando profundizaron en el mecanismo de secuestro en los P-bodies, el equipo encontró varias proteínas implicadas en la formación de estas intrigantes entidades celulares, especialmente DDX6. De hecho, la abolición de esta proteína, tanto in vitro como in vivo, en modelos animales de LMA y en xenoinjertos de células de pacientes de LMA, desestabilizó eficazmente la formación de los P-bodies, liberando los ARN atrapados en los mismos.
Funciona en ratones
La buena noticia es que, en el transcurso de los experimentos, no se observaron efectos relevantes en células progenitoras sanas.
El Dr. José L. Sardina, investigador principal del Instituto Josep Carreras y coautor principal del estudio, considera que estos resultados son “un paso importante en la investigación de la leucemia mieloide aguda“.
La LMA es una enfermedad heterogénea, por lo tanto, encontrar una vía molecular que pueda ser un talón de Aquiles para múltiples subtipos y mutaciones diferentes de esta leucemia es muy emocionante.
De igual importancia es el hecho de que la pérdida de P-bodies tuvo poco efecto sobre la producción de células sanguíneas normales, lo que demuestra el potencial de terapias dirigidas a la formación de P-bodies en la LMA”.
Con estos resultados, los investigadores no solo comprenden mucho mejor los mecanismos internos que conducen a la transformación oncogénica en la LMA, sino que además son optimistas sobre el potencial de nuevas terapias dirigidas a los P-bodies en esta leucemia y, tal vez, también en otros tumores malignos en el futuro”.

Cuando se pronostica en el artículo que la “supervivencia global a cinco años sigue rondando el 30%”, no dejo de lamentarme que en el caso de Manolo no llegara al año, tiempo que ya había sido anunciado fatalmente en el primer artículo que habíamos leído sobre el tema, anuncio que nuestro cerebro no quiso, o no pudo, procesar. Me estoy refiriendo a un artículo de Mayka Sánchez -periodista especializada en temas médicos que a lo largo de su larga trayectoria ha sido galardonada con varios premios entre ellos recientemente con el Premio de Periodismo Juan Antonio Vallejo Nágera- publicado el 27 de noviembre de 2007 en el diario El País y que también quiero, una vez más, transcribir aquí, también con subrayados míos:

“Demasiado hierro para el cuerpo
La sobrecarga de este mineral en ciertos órganos puede comprometer la vida, y es cada vez más frecuente como consecuencia de algunos tratamientos
A Mercedes Zaragoza, de 63 años y jubilada desde los 60, le diagnosticaron hace tres años un síndrome mielodisplásico (SMD), un trastorno hematológico por el que la médula ósea no puede producir células sanguíneas sanas. Supone un estado preleucémico, que en algunos casos deriva en leucemia aguda y conduce a la muerte en un año. Las alternativas terapéuticas son el trasplante de médula, con resultados muy irregulares, y transfusiones cada tres o cuatro semanas.
Por suerte, Mercedes empezó a estar controlada en el hospital La Paz, de Madrid, y, aunque ha tenido que reducir notablemente su ritmo de vida por el gran cansancio que sufre, hace una vida más o menos normal. «Cuando me transfunden me siento bien y con fuerzas», cuenta, «pero a las pocas semanas necesito otra transfusión. Y el gran problema es la sobrecarga de hierro que se va produciendo. Antes tenía para controlarlo un tratamiento inyectable subcutáneo con bomba de perfusión de 12 a 14 horas, que era muy pesado e incómodo. Desde hace un año mi calidad de vida ha mejorado notablemente al tener que tomar sólo una pastilla al día, que me ayuda a eliminar el hierro sobrante por las heces. Esta nueva terapia no sólo supone ganancias en calidad de vida».
El hierro, que se incorpora al organismo mediante la dieta, es un mineral fundamental para la especie humana por las importantes funciones que desempeña. Su déficit puede causar serios trastornos, pero también el exceso.
«Curiosamente, nuestro cuerpo no dispone de mecanismos para eliminar el hierro sobrante, excepto una mínima cantidad por el intestino y la piel, y en las mujeres, con la regla. Cuando se presenta una sobrecarga de hierro, aparece hemocromatosis, que puede ser más o menos grave en función de la cantidad acumulada y de los órganos afectados, generalmente hígado, páncreas y corazón. Si la hemocromatosis es importante y no se detecta ni se trata, puede llegar a causar la muerte», explica Albert Altés, hematólogo del hospital Esperit Sant de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) y presidente de la Sociedad Española de Hemocromatosis.
Según la causa, existen dos formas de enfermedad: la secundaria y la hereditaria. En el primer caso, se produce por las frecuentes transfusiones de sangre necesarias para tratar el síndrome mielodisplásico y otras anemias crónicas genéticas en población joven, como la talasemia o anemia falciforme. Según Altés, la hemocromatosis secundaria está aumentando, puesto que gracias a los nuevos tratamientos está mejorando la esperanza de vida en los procesos hematológicos que la causan (debido al soporte transfusional) y también porque la prevalencia del síndrome se incrementa con el envejecimiento.
«No hay datos muy fiables acerca del número de afectados. Se calcula que la incidencia del síndrome mielodisplásico es de 7 casos por 100.000 habitantes y año. Las anemias genéticas son mucho más raras. La sobrecarga de hierro producida por transfusiones regulares, según el órgano u órganos dañados, puede generar diabetes, cirrosis, cáncer de hígado, fallo hepático, enfermedades del corazón y fallo cardíaco», afirma Altés.
La hemocromatosis hereditaria aparece, sin embargo, por una alteración en un gen localizado en el brazo corto del cromosoma 6. Este gen defectuoso no produce una proteína encargada del normal metabolismo del hierro. Unos dos millones de españoles son portadores de la alteración genética y en torno a 120.000 padecen la enfermedad.
Según Carlos San Román, jefe del servicio de Genética del hospital Ramón y Cajal, de Madrid, esa anomalía causa una mala regulación de la absorción del hierro y un aumento de los depósitos de este mineral hasta cinco o seis veces superior a los valores normales.
«Aunque en los hombres los síntomas empiezan a expresarse a partir de los 40 años y en las mujeres tras la menopausia, el daño orgánico puede empezar a producirse mucho antes», asegura. «Antes de que haya afectación orgánica, su tratamiento es muy sencillo y consiste en una flebotomía o extracción periódica de sangre, sin necesidad de medicación. En las mujeres, el sangrado menstrual durante el periodo fértil actúa como tratamiento».
10 años para que los tratamientos lleguen a la ciudadanía es desde luego mucho tiempo de espera, y seguramente en ese trascurso muchas personas seguirán irremediablemente pereciendo anualmente, pero debemos seguir apostando incondicionalmente por la Ciencia como nuestra principal esperanza de vida. Por eso sigo y seguiré apoyado a organizaciones que fomentan la investigación como la Asociación Española Contra el Cáncer, pero hay otras, como la que en este caso el Instituto Josep Carreras donde se ha descubierto “el talón de Aquiles de la leucemia con más alta mortalidad”, también hay organizaciones dedicadas específicamente al cáncer y leucemia infantiles. Y por cierto que todas suelen denunciar el poco apoyo institucional, que todo hay que decirlo. Y la educación también tiene un papel muy relevante en nuestro futuro esperanzador, desde la Educación Infantil, para formar personas responsables, saludables, solidarias y que se interesen por la Ciencia y la investigación científica.  

 
 

 

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