MONTIJO AGOSTO 2024

 
Como cada verano, he pasado unos días en mi localidad natal. Y, como siempre he estado dando paseos y fotografiando todo aquello que me inspiraba. Desde edificios y lugares de Memoria Histórica hasta ortos solares y lunas llenas. 
SÁBADO 17 DE AGOSTO 
Llegué  el sábado en un tren Alvia que llegó puntual y me estaban esperando mi cuñado y mi sobrina en la estación. Habitualmente me alojo en el Hotel la Isla. Aunque de hecho es un hostal de dos estrellas, es muy bueno, comparativamente bastante mejor que los hoteles de tres estrellas en los que he estado durmiendo en Francia. He tenido una habitación muy amplia, con dos camas, un buen baño con plato de ducha, aire acondicionado y ventanas a dos calles con las he podido crear corrientes de aire fresco. El hotel tiene una amplia cafetería y un restaurante con carta no muy variada pero con opciones vegetarianas y posibilidad de adaptar algunos platos.
Cuando estoy en el pueblo suelo comer en casa de mi hermana y cenar en casa de mi hermano.
DOMINGO 18 DE AGOSTO 
El domingo a las 7:00 de la mañana salí a realizar mi primera caminata y, como en cada estancia, me dirigí al monumental edificio de la Electroharinera, mi edificio histórico favorito que desgraciadamente no tiene ningún tipo de protección oficial y cada año va deteriorándose. 





Tras fotografiarla seguí caminando por el camino que la rodea y que pasando ante varios cortijos (ahora los llaman "villas", lo que me parece muy afrancesado) llega a las vías del ferrocarril cerca ya del puente que las cruza conectándolas con el Canal de los Presos. Justo llegando al puente pude fotografiar el orto solar:

Caminé por el Canal, ante las Colonias Penitenciarias, lugar emblemático de Memoria Histórica, donde fueron esclavizados muchos presos demócratas republicanos venidos de diversos puntos de la geografía para construir el Canal, pero que ningún ayuntamiento hasta la fecha ha señalizado ni protegido todavía, por lo que también se va deteriorando y derrumbándose.







De vuelta descubrí la Colonia Felina, un espacio municipal adaptado, aunque no había ningún gato.

Tras las caminatas he estado tomando buenos desayunos en la cafetería del hotel, con zumo de naranja recién exprimido, tostadas con ajo, tomate y aceite y cacao. El único inconveniente es que no tienen leches vegetales.
Quedé con mi amigo Baldo para dar un paseo hasta la plaza, tomamos una bebida en la terraza del Casino, yo concretamente un zumo de naranjas recién exprimidas.
A mediodía invité a comer a mi familia en el restaurante El Fogón de Oliver. Y mi sobrina me instaló en el móvil una aplicación de podómetro que he estado aprovechando a diario el resto de la estancia. Mi hermano me llevó al hotel y tras la siesta volví caminando a casa de mi hermano para cenar. Y vuelta al hotel para dormir. 
Así estos días he caminado mucho, un día llegué a registrar en el podómetro casi 21.000 pasos y más de 14 kilómetros y medio.
LUNES 19 DE AGOSTO
Antes de salir a caminar, desde la ventana del hotel, pude fotografiar la luna llena. 
Y salí a dar la segunda caminata conectando el podómetro y fui siguiendo la línea del ferrocarril hasta llegar a un paso subterráneo desde el que parte un camino que llega al Canal, justo a la torreta de electricidad donde desde hace bastantes años se mantiene la pintada señalizadora y reivindicativa "Canal de los Presos", y volví por la carretera del Canal. 
Pude fotografiar el orto solar junto al Canal:
Ya de vuelta en el hotel también fotografié el desayuno:
Más tarde fui a donar mi libro de fotografías "Heridas y desaparecidas" a la Biblioteca Municipal María Jesús Rodríguez Villa. 

Había quedado con mi hermana para visitar a mi tía que está en la residencia de mayores. Después  me junté  en una terraza de un bar de la plaza con Baldo y otros amigos que suelen reunirse en este bar a diario para charlar, cortar trajes y pasar el rato. Comí en casa de mi hermana. Esa noche invité a cenar a Baldo y su familia en el restaurante del hotel. Buena cena, con croquetas de espinaca y vino Cune.
MARTES 20 DE AGOSTO 
En la caminata del martes hice fotos a la luna sobre la valla del instituto:
Sobre el también histórico y emblemático mural de azulejos de "Nitrato de Chile":
Sobre los maizales:
Caminé por varias calles que rodean la localidad descubriendo caminos nuevos 
Volví a visitar el Parque de Miguel Merino:


.
Recorrí una nueva calle de las que en los últimos años van ampliando el pueblo:

Volví a fotografiar el Salón Moderno, que, como todos los edificios históricos del pueblo está en deprimente estado de abandono:

Había quedado con mi prima Ángela con quien estuve departiendo y después con mi amigo Chema para regalarle un ejemplar de mi libro de fotografías "Heridas y desaparecidas", y dejarle otro para el centro sociocultural autogestionado Lokalino. Después me junté con Baldo y los otros amigos.
Mi amiga Rosa, cónyuge de Baldo, me invitó a comer en su casa y cocinó un apetitoso arroz con pasas al horno, plato típico de Valencia. Delicioso.
Tras la siesta en el hotel fui a casa de mi hermano para cenar.
MIÉRCOLES 21 DE AGOSTO 
Volví a repetir el itinerario del lunes, junto a las vías y volviendo por el Canal de los Presos. 
Y con el orto solar saliendo por el monte de la Centinela:
.
Me encantó esta doméstica, económica y casual manera de proteger los frutos, una instalación artística en medio de la naturaleza:

Otros años he encontrado animales muertos en el Canal o atropellados en el camino, en este caso parece un roedor.
Tras el desayuno di un paseo con Baldo hasta la plaza donde nos encontramos con los otros amigos. Comí en casa de mi hermana y volví al hotel a dormir la siesta. Por la noche de nuevo cené en casa de mi hermano.
JUEVES 22 DE AGOSTO 
Última caminata. He vuelto al barrio de Colón que ya había empezado a pasear el martes. 




Y llegué hasta Puebla de la Calzada:
Recorrí parte del pueblo fotografiando algunos edificios, monumentos y ajardinamientos, 





Y me autofotografié ante el ayuntamiento que luce pancartas lgtbiq en todos sus balcones:

Tras desayunar hice el check out, dejé la maleta en la cafetería del hotel y volví a pasear con Baldo hasta la plaza, donde se volvieron a juntar los otros amigos. 
Comí en casa de mi hermana. Mi cuñado y mi sobrina me llevaron a la estación. 
El tren salió y llegó puntual, pero era un antiguo Talgo ahora renombrado como Alvia, y trajo un incesante traqueteo que me estuvo agitando durante casi cuatro horas y media, llegué (a)batido.









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