SEMANA DE LA ÓPERA
Del 23 al 29 se ha celebrado la "Semana de la Ópera" con diversas actividades que han incluido visitas gratuitas al Teatro Real, proyecciones en la plaza de Isabel II, y otros actos culturales paralelos.
La visita gratuita generó colas que se adentraban en la calle Arenal, me recordó a las famosas visitas gratuitas a palacios y museos en la Noche en Blanco, la Noche de los museos y fechas por el estilo que me parecen indignantes. Indignante obligar a la ciudadanía a pasarse horas de pié para asistir a un evento presuntamente cultural. De las colas con pernoctación para asistir al sorteo de la Lotería "Nacional" ni hablemos.
Para las proyecciones han reservado plazas a quienes somos Amig@s Mecenas del Real, también para personas usuarias de algunas de las empresas patrocinadoras.
El jueves 26 asistí a la proyección de la Gala Puccini con arias de diversas óperas interpretadas por Anna Netrebko y Yusif Eyvazov. Fue la noche más fría de la Semana y yo no estaba bien abrigado, aún así aguanté hora y media del magnífico espectáculo (mucha gente empezó a abandonar antes de la media hora).
El viernes 26 emitieron La Bohéme, ya había escuchado (de prestar atención, no de oír como quien oye llover) algunas de sus arias el día anterior. En cualquier caso tenía entradas para la exposición y cata "Vino con Arte", en el museo Lázaro Galdiano, un museo cuyos salones y especialmente los óleos de sus techos son magníficas escenografías para óperas intemporales. Una "ópera" en tres actos: Visita guiada al museo centrada en las obras que tenían alguna relación con la viticultura, cata de vinos de Enate y aperitivo final infornal.
El sábado 28 asistí a la proyección en directo de la ópera Adrienne Lecouvreur, que se estaba representando en ese momento en el interior del Teatro Real. Con la particularidad de que fuera pudimos ver el cambio de escenografía en el intermedio. Grabé la escena que me pareció más representativa, el encuentro de las dos amantes, Adrienne Lecouvreur (María Agresta) versus la princesa de Bouillon (Ksenia Dudnikova). Bello como "el encuentro fortuito entre un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de disección". Aunque hizo menos frío y estaba mejor abrigado, me sentía cansado y decidí abandonar tras el tercer acto, reconozco que después de salir me arrepentí. .
El domingo 29 se celebró el primer concierto matutino de cámara de la temporada, con la escenografía del primer acto de la ópera Adrianne Lecouvreur, aunque curiosamente no estaba dedicado a esta ópera sino a "Theodore", que está programada para noviembre y a "Mitridate, re di ponto", que está programada para marzo de 2025. Un programa muy clásico y sin posibilidades de defraudar, aunque sin ningún número sobresaliente. Con obras de Frank Bridge, Georg Friedrich Handel, Wolfgang Amadeus Mozart y Felix Mendelsson- Bertholdy. Tras el concierto fui a comer al restaurante Da Nicola, al que hacía más de un año que no iba. Por cierto que no había visto la remodelación de la plaza de los Mostenses.
Por la tarde fui a los Cines Princesa a ver "Soy Nevenka", de Iciar Bollaín. Para mí ha sido la mejor "ópera" de la semana, con unos magníficos intérpretes, tanto la "soprano" Mireia Oriol, como el "tenor" Urko Olazabal, y una impecable, como siempre, puesta en escena de Bollaín, que nos obliga como personas espectadoras a posicionarnos y manifestarnos, pero sobre todo nos acerca a la víctima. Y no con empatía o solidaridad, que también, sino sobre todo con comprensión, porque lo difícil es comprender. Aunque está basada en hechos reales, como la ópera de Adrianne Lecouvreur, el dramatismo es puro cine expresionista, me ha llamado la atención la descripción que hace el crítico Salvador Llopart: "Un brillante ejercicio en el género del horror". Lo verdaderamente espeluznante es saber que no se trata de un "ejercicio", sino de la narración de unos hechos reales en pleno siglo XXI. Al final de la proyección ha sonado un aplauso unánime del patio de butacas (hay que decir que hemos sido pocas personas espectadoras, he ido a la sesión de las 16:00)
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