VINO CON ARTE EN EL MUSEO LÁZARO GALDIANO

El viernes 27 de septiembre estuve con Hilario en el Museo Lázaro Galdiano, teníamos entradas para ver la exposición "Vino con arte", que incluía una visita guiada al museo descubriendo obras que de alguna forma tenían relación con la producción del vino, y terminaba con una cata de vinos de la Bodega Enate que, como presentan en la web del museo, se trata de "Vinos que son la fiel representación del terruño del Somontano y la mejor expresión de las variedades que se cultivan en esas tierras, y en cuya identidad llevan inserta el arte dentro y fuera de cada botella". Durante la visita un joven licenciado en historia del arte nos explicó no sólo las características de un bodegón o de un retrato de la corte del siglo XIX, sino que nos inició en algunos conceptos relacionados con la viticultura. No tuvo tiempo de mostrarnos todas las obras que tenía previstas ya que el museo cierra a las 19:30, la visita comenzó a las 18:30 y antes de las 19:25 los bedeles le conminaron a desalojar, por lo que que ni tuvo tiempo para hablarnos detenidamente del Baco que decora uno de las bellos techos del museo, ni de algunos bodegones que pudimos ver expuestos en las últimas salas. Aún así la visita fue productiva. Aprendimos que las órdenes de los franciscanos y de los jesuitas habían llevado a México y el sur de EEUU la experiencia viticultora de España.
Que los Tartesos fue una importante cultura del sur de España, nos nombró al respecto las recientes excavaciones en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Por cierto que dijo que estaban en el sur de Cáceres, pero en realidad están en Guareña, que es de Badajoz).
Que, aunque el Corán prohíbe el consumo de alcohol, en principio hacían y consumían unos vinos muy dulces, como los de Málaga, que consideraban que no eran bebidas alcohólicas, sino una especie de sirope.
Los retratos de la corte suelen llevar un pañuelo en una mano que simboliza que representan a personajes que no realizaban labores obreras, si la otra mano está sobre una mesa o unos manuscritos simboliza que se dedicaban a la política (curiosa esa separación tan radical de política y clase obrera). Las mujeres pintoras tenían prohibido pintar retratos por lo que se dedicaron a los paisajes y los bodegones. En los bodegones suelen aparecer cuchillos porque eran elementos que pocas personas se podían permitir en sus casas, por eso algunas pintoras incluso firmaban dentro del cuchillo, el detallismo hiperrealista de los elementos del bodegón, panes, insectos, cristales... se debe al interés por la tecnología en boga de los instrumentos ópticos como microscopios y lupas. 
En fin no puedo recordar todo lo que nos contó pero nos gustó mucho a pesar de que, lo comentamos después cenando, hablaba más bien bajo y no siempre podíamos oírle adecuadamente. También pude fotografiar algunas obras de la exposición temporal "Mater oblatio" de Soledad Córdoba, que según exponen en la web pretende ser un "homenaje a la mujer creadora, soporte y cimiento de esta sociedad, presentándola con los honores que se merece, dando importancia al proceso de guiar, criar y cuidar". Me encantó sobre todo la gran instalación.
La cata se realizó en otro de los edificios del Museo.
La directora de marketing de las bodegas Enate (creo que fue ese el cargo que nos dijo tener) nos expuso, con el apoyo de un video, la historia de las bodegas, y nos guió en la cata de tres de sus vinos, un clarete, un blanco y un tinto.
Lo que más me emocionó fue descubrir precisamente la relación con el arte, ya que desde la primera añada decidieron que las etiquetas fueran diseñadas por artistas, de hecho aquella primera etiqueta la diseñó Antonio Saura, bebimos el blanco con esa etiqueta.
La del Tinto es de Erwin Bechtold (1925- 2022), que aunque obra fue informalista no es de las que más me gustan, sin embargo me gustó el diseño de la etiqueta.
Al despedirnos de la ponente nos anunció que próximamente también colaborará en un etiquetado Carlos Saura, el hermano cineasta de Antonio. También aprendí algunas aspectos interesantes como que el clarete de Enate lo "aclaran" con tierras, mientras que lo habitual es hacerlo con clara de huevo, por eso, entre otras razones, hay vinos que no son veganos.
Tras la cata tuvimos un aperitivo con queso y jamón.
Nosotros terminamos con una cena vegana en el Goiko de la calle María de Molina.

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