El domingo 23 de febrero estuve con mi amiga Mª José Aranda en la Fundación Maphre impregnándonos con la exposición "1924. Otros surrealismos". En 2024 se celebró el centenario del Primer Manifiesto del Surrealismo publicado por André Breton. En estos 100 años años el movimiento surrealista se ha mantenido vivo con la participación de diversos grupos en todos los continentes que siguen interrelacionándose entre sí y difundiendo el concepto de revolución cultural, social, constructiva, crítica y también introspectiva y antiartística. Antiartística porque el movimiento surgió en respuesta a la actividad cultural burguesa del XIX que desembocó en la 1ª Guerra Mundial generando otras formas de expresión como el collage, el assemblage, la performance, el cadavre exquis, el objet trouvé, el ready- made, el automatismo... Formas de expresión que pretenden sacar de cada persona sus instintos más íntimos, sus deseos inconfesables desprovistos de toda censura y autocensura moral y cultural y que la sociedad burguesa siempre ha ocultado, censurado y reprimido. Formas de expresión que tras la Guerra Golpista en España y la 2ª Mundial fueron consideradas "arte degenerado" tanto por los gobiernos capitalistas como por los comunistas. Pero formas de expresión, de autoexploración y de resistencia que han pervivido hasta nuestros días y que no solo están presentes en la mayoría de las personas que se dedican "profesionalmente" al arte sino que también siguen siendo motivos de reflexión, de análisis, de exploración y de desarrollo en colectivos surrealistas actuales de todo el mundo. Como movimiento revolucionario el surrealismo se opone a la institucionalización oficialista del centenario, a la exposición e instrumentalización de las obras y autorías fuera del contexto de resistencia frente el sistema moral y capitalista del mercado del arte y desde luego a presentar el surrealismo como un movimiento finito en el tiempo.
En este sentido me parece positivo y copio literalmente de la web del museo, que: "Pasados cien años, 1924. Otros surrealismos nos lleva a pensar
qué queda, en un mundo tan plural y complejo como el de hoy, de un
movimiento que nos descubrió e incorporó a nuestro bagaje intelectual y
emocional aspectos de la realidad hasta entonces desconocidos o
ignorados, como el sueño, la androginia, los paraísos perdidos…"
A mí, aunque soy simpatizante de los colectivos y personas que mantienen el concepto de revolución surrealista, como también me considero memorialista debo reconocer que me regocija volver a ver obra de personas que encarnaron la revolución en los años de posguerra, incluida la obra de personajes que después abandonaron la revolución y se adhirieron abiertamente a la mercadotecnia capitalista y apoyaron a los mismos regímenes que habían calificado al Surrealismo de "degenerado". Y desde luego tengo mis favoritismos dentro de las autorías expuestas. Y de las técnicas, claro, especialmente los collages:
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Leonora Carrington
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"Morfología psicológica" Roberto Matta, 1938
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"Composición cósmica" Óscar Domínguez, 1938
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"Esqueleto (dinosaurio translúcido)" Maruja Mallo, 1933
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"El nacimiento de los pájaros" Eugenio Granell, 1957
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"El espantapeces" Maruja Mallo, 1931
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Man Ray "Homenaje a Lautréamont" 1932 y "Bello como el encuentro de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de disección", 1933.
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"Búho nocturno" Isabel Rawsthorne, 1950
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"Composición surrealista" Suzanne Van Damme, 1943
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"Darvaux" Leonora Garrington, 1950
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"Mujer" José Moreno Villa, 1930
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"Maniquí del pájaro" Gregorio Prieto, 1927
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"Le dimanche" Óscar Domínguez, 1935
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Eduardo Westerdahl, 1935
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Amparo Segarra
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"La fuente" Amparo Segarra 1952
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"Ni tanto ni tan poco" Amparo Segarra, 1960
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"La ley de la gravedad" Adriano del Valle, 1931
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"El bello náufrago" Adriano del Valle, 1934
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"Manos saliendo de una concha" Dora Maar, 1934
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"Sueño número 15" Grete Stern, 1949 |
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"Catálogo de las sombras" Remedios Varo, 1935
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"Cadáver exquisito" André Breton, Yves Tanguy, Jacqueline Lamba, 1938
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