VERMIGLIO ¿UNA PELÍCULA EUROPEA CON CÓDIGO HAYS?
El sábado 15 de febrero estuvimos Hilario y yo viendo esta película ambigua dirigida y con guion de Maura Delpero y protagonizada por Tomasso Ragno en el papel de maestro y de Giuseppe de Domenico en el papel de desertor. Destaco estos personajes porque en todas las reseñas que leí antes de verla se hace referencia preferencial al desertor y esa fue la principal razón por la que decidimos ir al verla. Es verdad que tenía mis dudas entre si se trataría de un soldado que cambia de bando militar por razones ideológicas o un recluta que abandona la guerra por razones de conciencia. Finalmente sí se trata de un joven que había sido obligado a ir a la guerra y había abandonado al comprobar el grado de deshumanización al que estaba llegando. En las primeras secuencias de la película se ensalza al personaje, el maestro defiende su postura antibelicista ante quienes proclaman que desertar es de cobardes y convence al resto de parroquianos, algunos de los cuales tenían hijos en el frente que habían sido reclutados contra su voluntad y terminaban declarando que deseaban el fin de la guerra. La frase definitiva del maestro viene a decir que "Si todos desertaran no habría guerras".
Sin embargo en el último tramo del filme el guion gira 360 grados. De repente el desertor se transforma en el malo de la película. No quiero dar detalles que luego se me acusa de hacer spoiler pero me recordó el clásico "código Hays" de las producciones estadounidenses en las que el malo siempre debía ser castigado. Por eso considero que la película es ambigua en relación al concepto de deserción.
El personaje del maestro también es algo ambiguo. Una persona cuya opinión es respetada por la población como autoridad (aparece en la película también un sacerdote del pueblo, pero no una alcaldía ni autoridad policial). Una escuela con un sistema pedagógico muy contemporáneo que empieza con estiramientos musculares (después de rezar el padrenuestro), coeducación, poesía, música, asambleas, pequeños proyectos como el de la correspondencia que me recordó a Freinet. Inflexible con las calificaciones de su propia prole. Clases para adultos también con proyectos de educación para la vida, en este caso sobre la guerra. Pero por otro lado un padre de familia que embaraza cada año a su mujer obligándola a parir cada pocos meses, con 10 descendientes "y los que vendrán". El papel de la mujer en toda la película prácticamente se reduce a una persona embarazada. Aunque entiendo que en esa época era lo "normal", mi abuela tuvo 12 embarazos. Pero es que, no contento con esto, a escondidas se deleita con fotografías eróticas. Y como resalta una de las hijas "fuma a todas horas", otro detalle que me recuerda a los clásicos estadounidenses.
Otro papel ambiguo es el de una de las hijas que tiene inclinaciones místicas, que se autocastiga por cometer repetidamente "pecados" que se nos ocultan a la audiencia. Se esconde tras el armario ¿para masturbarse?. Los castigos que se autoinflige me recordaron a los nombres mortificadores de las monjas de la película "Entre tinieblas" de Almodóvar. Una nota de humor negro casi surrealista.
Otro aspecto que no comparto es el trato a los animales. Una vaca que continuamente se está ordeñando, evidentemente no nos muestran que para que una vaca puede ordeñarse continuamente previamente tiene que ser preñada, parir repetidas veces y ser separada de su becerrada. Una cabra a la que otra de las actrices le echa el humo del tabaco directamente al morro (espero que en ese caso no fuera realmente tóxico). Un burro, con aspecto de mayor y cansado, a mí me lo pareció, obligado a cargar con personas adultas...
Por otro lado debo destacar el preciosismo fotográfico, especialmente en lo que se refiere al paisaje alpino, la toma que me parece más impresionante es la de la cascada filmada desde la base hasta la cima, un Empire State de la naturaleza viva.
Todas las interpretaciones son comedidas, muy expresivas, muchas escenas sin palabras, como suelo resaltar la infancia siempre realiza interpretaciones muy realistas, espontáneas, casi autointerpretándose. Se nota la dirección sobria y minuciosa en cada toma, en cada gesto, en cada palabra.
Curiosamente acababa de ver en el programa "El Afilaor" de la televisión ubetense una entrevista a mi amigo Andrea Pezzini. Un italiano afincado en Úbeda nacido en Castel Goffredo, una población de la región de la Lombardía, colindante con la región de Trentino donde se ubica Vermiglio. Nos cuenta Andrea en la entrevista que desde su pueblo se divisa la belleza de los Alpes. También nos habla de otros detalles con posibles conexiones con la película como que él es objetor de conciencia, y que su padre fue obligado a combatir en la segunda guerra mundial y su abuelo en la primera. También nos habla de la declaración de la independencia de la "República Federal Padana" proclamada por los partidos de derecha de las regiones nórdicas, entre ellas Lombardía y Trentino.
En fin, no me arrepiento de haber ido a la ver la película, no puedo decir que no me haya gustado, la película es muy buena y obliga a reflexionar mucho sobre diversos aspectos. Pero el final me dejó un sentimiento agridulce.

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