CÓNCLAVE
El sábado 26 de abril estuvimos Hilario y yo en los cines Princesa sorprendiéndonos con esta película dirigida por Edward Berger, con guion de Peter Straughan, basado en la novela de Robert Harris e interpretada por Ralph Fiennes. La novela "Cónclave" se publicó en 2016 y fue elegido uno de los mejores libros de 2016 por The Sunday Times y Observer. En la hoja de sala de la película podemos leer que "la idea de la novela surgió en 2013, cuando Harris estaba viendo la cobertura televisiva del cónclave para la elección del papa Francisco. Al fijarse en las caras de los cardenales, pensó que parecían políticos más que clérigos. Me propuse investigar sobre el tema para entender cómo funcionaba el proceso". El guionista ganó un Óscar por esta adaptación.
La película se estrenó en diciembre de 2024, hace más de cuatro meses, pero no me había interesado mucho verla. Algunas amistades que la habían visto me la habían recomendado por dos razones: porque tenía varias nominaciones a los Óscars y porque trata sobre las intrigas y la corrupción en el seno de la Iglesia. Ninguna de las dos razones me parecía tan relevante como para perder mi tiempo y mi dinero. Y además casi cada semana se estrenan nuevos títulos magníficos en los cines que me han interesado mucho más por sus temáticas y los he ido a ver, como "Sorda", "Modigliani", "Lumière, la aventura continúa", "Vermiglio", "María Callas", "A Different Man", "La semilla de la higuera sagrada" o "Queer". "Cónclave" se quedó en el saco y no tenía intención de verla, reconozco que ahora la he ido a ver por un lado porque no había otra novedad que me interesara y por otro por el morbo de que al fallecer el actual papa se inicia un nuevo cónclave. Me parecía que este era el momento ideal para verla.
El tema de las intrigas en el seno de la iglesia católica es algo sobre lo que ya se ha escrito mucho y se han hecho películas, no es nada novedoso que haya cardenales que oculten una relación sexo- afectiva y una descendencia producto de dicha relación. Me acuerdo, por ejemplo de "El crimen del padre Amaro" (Carlos Carrera, 2002).
Por otro lado las dos tendencias dentro de la iglesia católica respecto a los temas sociales como la homosexualidad, el sacerdocio femenino, la planificación familiar (recordemos que el vaticano es accionista de la marca de preservativos Durex, mientras durante los años de la pandemia del sida la misma iglesia hizo una criminal campaña contra los preservativos) o las relaciones con el resto de confesiones religiosas del mundo; unos a favor y otros radicalmente en contra, no es tampoco ninguna novedad. En los años 70 los jesuitas con la teología de la liberación apoyaron abiertamente a los movimientos de liberación e indigenistas de centro y sudamérica frente a las dictaduras terroristas apoyadas por el imperialismo estadounidense. Hasta aquí el guion no me descubría nada nuevo.
Sin embargo al final de la película hay un extraordinario giro de guion que me levantó de la silla a punto de aplaudir de la emoción. Creo que nadie se lo esperaba y se pudieron oír murmullos en toda la sala. Aunque no quiero hacer spoiler, tengo que decir que se trata de uno de los aspectos de la comunidad LGTBIQ+ menos visibilizado en los medios, menos conocido por la mayoría de la sociedad a pesar de ser algo tan usual y natural que atañe a un dos por ciento de la población mundial y que existe desde las primeras comunidades homínidas.
En la presentación de la película, tanto en la hoja de sala como en Filmaffinity, nos dicen que "se descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia". Me parece un sensacionalismo absurdo e innecesario. También me parece innecesarios algunos ruidos supuestamente musicales, sobre todo en los primeros planos de la película, que están fuera de lugar y obligan a taparnos los oídos, pensé que como esto fuera así durante toda la película mi crítica iba a ser devastadora, pero creo que este aspecto después mejora.
Desde luego la recomiendo encarecidamente sobre todo a la Comunidad LGTBIQ+, aguantad que al final llega lo emocionante.
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