EL ARTE DEL ASEMBLAGE. CONCIENCIA Y POÉTICA
Hoy he recibido mi nueva publicación en ediciones Ópera Prima, "El arte del assemblage. Conciencia y poética". Se trata de un catálogo con fotografías de mis obras e incluye imágenes y reseñas de las exposiciones en las que he participado y de mis talleres.
Se lo dedico a mi actual pareja con quien desde hace ya quince años comparto caminos de
Conciencia humanista por ciudades, países y espacios de arte y con quien voy
ensamblando futuros e incertidumbres día a día, mano a mano, paso a paso, sonrisa
a sonrisa, silencio a silencio.
Transcribo el prefacio completo donde explico todo incluyendo algunos poemas.
Abre tu puerta y embriaguen tus libros polvorientos.
Escofinas dañen de mis agrias manos los nudillos.
Escafandra aloje entre fotos del siglo la historia.
Uniforme de bombero, balas de periódico y eucalipto en rama.
Astrolabios y catalejos, llagas de sal y de invierno.
Candiles de hambre balanceen de lujuria las sombras.
Abre tu puerta y envenenen tus flechas de curare.
Cayado de roble sostenga de artrosis tus hombros fustigados.
Arcabuces que algún loco haga estallar en su tráquea.
Mechero de alcohol esterilice agujas, pulmón sosiegue.
Mellada hoz sesgue tobillos, despertar con emergentes aguas.
Cajas de cobre y latón, cacao, tabaco y achicoria encierren.
Abre tu puerta, grilletes de encaje tomen mi pulso, rematen mis calzas.
Juguetes esmaltados me tornen fogonero: brillo, tizne y válvula.
Ballesta con enceradas huellas de trepa y savia.
Bicicleta de hierro, aniden jilgueros en tu barra.
Atalajes de monta desboquen mi aliento de malta.
Mosaico de azules azulejos que representan a una santa…
(Del poemario fotográfico “La marcha de la sal” (1996),
publicado en el libro “Forjador de lunas” impreso por Gorfisa,
Zaragoza, en 1999)
EL ARTE DEL ASSEMBLAGE
Jean Dubuffet (Le Havre, 1901- París, 1985) elaboró en 1953 unas
obras con alas de mariposa que tituló “assemblages d'empreintes”. Pero ya antes, desde los años 30, otras
personas habían creado obras con esta técnica, entre ellas Marcel
Duchamp (Blainville- Crevon, 1887- Neuilly sur Seine, 1968).
En 1961 tuvo lugar la exposición "The Art of
Assemblage" en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) donde se
mostró el trabajo de 130 artistas, entre ellos Kurt Schwitters (Hannover, 1887-
Inglaterra, 1948) y Joseph Cornell (Nyack, 1903- Nueva York, 1972).
William C Seitz (Buffalo, 1914- Charlottesville, 1974), organizador de la
exposición, describió entonces el assemblage
como el arte de realizar manufacturas a partir de materiales naturales, objetos
o fragmentos desprovistos de calidad artística.
A pesar de ser una técnica que muchas personas han
practicando desde hace casi un siglo, una acepción aplicada hace más de 70 años
y obras de multitud de artistas en todos los museos de arte del mundo, me llama
la atención que aún me encuentro en algunas galerías, ferias de arte e incluso
museos assemblages catalogados como collage. En algún sitio he leído que son
técnicas “hermanas” aunque yo más bien las relacionaría como “paralelas”. La
mayoría de las personalidades del arte han utilizado ambas y habitualmente las
han combinado. La diferencia más aceptable es la tridimensionalidad del
assemblage frente a la bidimensionalidad
del collage. Aunque no siempre es así. Llamamos “collage” a las obras en las
que se ha utilizado papel mientras que en algunos assemblages al utilizar otros
materiales como telas, arpilleras o vendas la obra sigue dando impresión de
bidimensionalidad.
Dentro de la categoría de assemblage podemos incluir
todo tipo de obra elaborada con elementos no artísticos (materiales de desecho,
objetos de uso cotidiano, telas, herramientas en desuso, embalajes, componentes
orgánicos, incluso puertas y ventanas…). Isidore Lucien Ducasse, Conde de Lautréamont (Montevideo, 1846– París, 1870) acuñó la frase
“Bello como el encuentro fortuito,
sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas”. Una
definición perfectamente válida para la poética, para la Conciencia y desde
luego para el arte del assemblage.
El movimiento surrealista siempre ha reivindicado el
concepto de “Objeto surrealista”. Y esto incluye “objet trouvé”, objetos intervenidos,
objetos resignificados, poemas objetuales y objetos construidos con assemblage.
Quizás la obra más conocida como “Objeto surrealista”
sea “Fuente” (1917) de Duchamp. Ya en el siglo XXI un assemblage de los más
icónicos para mí es “Comedian” (2019) de
Maurizio
Cattelan elaborado con materia orgánica.
En España
ha habido y hay muchas personalidades que han trabajado con esta técnica y
algunas ya han pasado a la historia del arte. El monumental museo de Dalí en
Figueres es todo un edificio assemblage, en la web del museo se describe como “El
objeto surrealista más grande del mundo”. Tuve ocasión de visitarlo durante las
fiestas del equinoccio de primavera de 2023. Además del propio edificio el
contenido es casi al cien por cien de obras assemblages.
El Museo Vostell en Malpartida de Cáceres, fundado en 1976
por Wolf Vostell (Leverkusen, 1932- Berlín, 1998) dedicado básicamente al arte
“assemblage” y al movimiento Fluxus fundado por George Maciunas (Kaunas,
Lituania, 1931- Boston, 1978). E incluye obras del propio Vostell, de Dalí o de
Yoko Ono (Tokio, 1933). Lo
he visitado en varias ocasiones después de que en el año 2000 mi primera gran
pareja Manuel Rodríguez (Valencia, 1938- Madrid, 2008) fuera invitado por
nuestro gran Mario Cesariny (Lisboa, 1923- 2006) a las jornadas “El
Surrealismo en Portugal: La estirpe de los Argonautas”, organizado en este
museo por el Gabinete de Iniciativas Transfronterizas de la Junta de
Extremadura.
La Fundación dedicada a otro gran amigo, Eugenio Granell (A
Coruña, 1912- Madrid, 2001), en Santiago de Compostela alberga la obra de este
artista que incluye también muchos objetos y assemblages. Por cierto que
también incluye la obra pictórica de otro de nuestros grandes amigos, Philip
West (York, 1949- Zaragoza, 1997).
No puedo olvidarme de la Fundación Antonio Pérez, en Cuenca,
donde además de la ingente colección de objetos encontrados y resignificados de
Antonio Pérez (Sigüenza, 1934- Cuenca, 2024) cuenta con obras de Antonio Saura (Huesca,
1930-Cuenca, 1998) y los impresionantes assemblages de gran formato de Millares
(Las Palmas de Gran Canaria, 1926 – Madrid, 1972).
Y ya en Cuenca reseño a nuestro querido amigo Juan Carlos
Valera, poeta que edita desde 1986 la revista “Menú, Cuadernos de Poesía” dedicada
a la poesía visual y objetual.
POÉTICA Y CONCIENCIA
No soy
artista, mi formación artística se limita a lo aprendido en la escuela y el
instituto y a unas clases de dibujo al carboncillo y pintura al óleo con el
pintor montijano don Fulgencio Fernández.
Del instituto recuerdo las clases de pretecnología donde aprendimos a utilizar
punzones, alicates, sierras y elaborar artesanías con alambre, madera, estaño,
espejos… Y con don Fulgencio aprendí a controlar el trazo, a componer y
recuerdo aquellos paisajes nocturnos donde sobre un fondo azul oscuro y puestas de sol llameantes pintaba las
siluetas en negro, barcos, edificios, palmeras… casi como retazos de collage.
Y, claro,
toda mi experiencia ya en la adultez posterior visitando museos, galerías y ferias
de arte y frecuentando personalidades del mundo del arte.
Ya en
Montijo, mi pueblo natal, además de pintar, empecé a elaborar mis primeros
collages con papeles y materiales de desecho y temática sociopolítica y
antimilitarista. En 1982 me declaré Objetor de Conciencia antimilitarista y
desde entonces me he ido retroalimentando de lo que provee la misma Conciencia
individual y colectivamente.
Por
motivos personales y laborales abandoné el pueblo a mediados de los años 80 con
una maleta donde llevaba viejos papeles de periódico, envoltorios, cartones,
unas tijeras y un bote de pegamento. Mi intención era recorrer pueblos y
ciudades elaborando máscaras con base de cartón y ensamblaje de elementos que
fuera encontrando tirados por las calles, en vertederos o contenedores de
basura. Recuerdo que mi profesora María Arrobas me dijo que mi proyecto era de
franciscano. En el camino fui visitando algunas amistades antimilitaristas en
diversas ciudades como Cáceres o Guadalupe a la vez que intentaba vender mis
máscaras en la calle. Creo que solo vendí una pero fui alimentando poco a poco
mi Conciencia sociopolítica.
Finalmente
me afinqué en Madrid donde comencé a colaborar con el Movimiento de Objeción de
Conciencia y empecé a contactar con otros grupos sociopolíticos como el
movimiento Okupa, los colectivos LGTBQ+, antisida, feministas, ecopacifistas,
animalistas, memorialistas… Descubrí mi autoreprimida identidad y orientación
sexual y salí política, cultural y orgullosamente de todos los armarios
exhibiendo los oxidados esqueletos en el ochentero cruising urbano. En el año
1990 comencé a vivir en pareja con Manuel Rodríguez con quien, además de
compartir deseos y sentimientos sexoafectivos, fui descubriendo museos, ferias
y galerías de arte, conociendo a personalidades del mundo literario y artístico
como Mário Cesariny, Artur Cruzeiro
Seixas (Amadora, 1920- Lisboa, 2020), Philip West, Juan Carlos
Valera, Eugenio Castro (Toledo-Las Herencias, 1959- Madrid, 2024) y el Grupo
Surrealista de Madrid, Eugenio Granell, Pedro Extremera (Madrid, 1949- Torrelodones,
2020), Ángel Rodríguez Abad (Londres, 1961). Y José Francisco Aranda (Zaragoza,
1925- Madrid, 1989), de quien, aunque no lo conocí en vida, sí conocí su vida y
trayectoria profesional y artística de primerísima mano ya que había sido la
anterior pareja de Manuel Rodríguez hasta su fallecimiento y aún preservo gran
parte de su obra cinematográfica, literaria, poética, collage y assemblage. Por
cierto que este año estamos recordando el centenario de su nacimiento (1925-
2025).
Así fui desarrollando
mi Conciencia y mi actividad poética. Porque el assemblage es algo más que
cosas ensambladas, es, sobre todo, poesía. Y la poesía es algo más que palabras
ensambladas, es, sobre todo, Conciencia.
Gracias a
Marian Torrens, pareja de Philip West, edité en Zaragoza, en 1995, mi primer
libro de poemas, “Aduar gitano”, donde expresaba una verdadera declaración de
intenciones vitales y culturales basada en la poética y la Conciencia.
Mi poesía es un aduar gitano.
Barracas izadas sobre el alhorre de
mis palabras.
Tensión aliácea de miserias apátridas.
En los lucífugos aledaños ignorados
donde niñas y niños calzan con barro
sus pies
y con heroína su pubertad.
Mi poesía es un aduar.Gitano requiebro del adufe zalamero
al varonil bigote enarbolado sobre
tempestuosa libertad,
ojos de fácula desgajados del sol
y orogénica bragueta de toro bravo.
Mi poesía es un aduar gitano.
Desperdicios de quincalla marchitada,
fosilizada bajo estratos de silencios
sedimentados
que rescaté licnomante entre los
aladares del fuego
adivinando por las llamas que, al
fundirse mi voz
en licuográfica versificación atragantada
y sanguífero hermanecer, entraría en
erupción.
Mi poesía es un aduar gitano.
Entre el canto y los grilletes.
Miedo críptico y hedonismo libídine.
Inarmónico mundo y mi indeleble verdad
inescrutable.
(“Aduar gitano”, publicado en el libro “Aduar gitano” impreso por Gorfisa, Zaragoza, en 1995)
LOS OBJETOS Y LA
REVOLUCIÓN SURREALISTA
Al poco
tiempo de empezar a convivir con Manuel Rodríguez tuvo lugar la exposición y
jornadas “El objeto surrealista en España” en el Museo de Teruel en la que
participaba una obra de José Francisco Aranda. Entre otras personalidades
expusieron Eugenio Granell, nunca olvidaré su objet trouvé “Un seno de santa
Gadea” (1978). Allí saludamos por primera vez a Granell a quien después
comenzamos a visitar asiduamente en su domicilio. Fueron muy edificantes para
mi Conciencia las conversaciones sobre su militancia en el POUM y el exilio
forzoso. En esos años le regalé varias de mis obras assemblages que actualmente
forman parte de la colección de la Fundación Eugenio Granell en Santiago de
Compostela. Conservo un par de chalecos que me regaló. Y en mi colección hay
varias de sus obras pictóricas.
Fue
Granell, en 1992, quien nos presentó en su casa, con motivo de la celebración
de su ochenta cumpleaños, a Ángel Rodríguez Abad. Poeta, crítico literario, redactor
de “Versión Celeste, revista de libre creación” editada por la Asociación
madrileña de padres con hijos espina bífida en la que colaboraba también
Eugenio Granell. Desde entonces mantuvimos la amistad y participamos en eventos
poéticos. Tengo su libro “El centinela perpetuo” dedicado en 2011 “para G. Bruno, hacedor de
prodigios, con el recurso explosivo del ágora surreal que fueron –en su fervor-
Chez Granell y Chez Manuel”. En mi libro de poemarios “El hombre vestido de
sol” le dedico el poema “Una espada candente” inspirado por un verso de su
poema “Caricias”.
Por el
contacto previo a su fallecimiento de José Francisco Aranda conocimos al Grupo
Surrealista de Madrid en un momento de plena actividad creadora y proyección
pública. Eugenio Castro organizó varias exposiciones de objetos surrealistas a
las que fui invitado a participar con mis assemblages. En estas exposiciones
participaron además personalidades artísticas de fuera de Madrid o afincadas
como Mário Cesariny, Philip West, Olga Billoir (Buenos Aires, 1934- Madrid, 2002) y Jorge Kleiman (Concepción del
Uruguay, 1934- Buenos Aires, 2013). Y además colaboré en su revista “Salamandra,
Comunicación Surrealista” con poemas, collages, assemblages, y apoyando
diversos manifiestos colectivos. Tras el fallecimiento del alma mater, Eugenio
Castro, el grupo sigue incombustiblemente activo editando la revista
Salamandra, organizando encuentros y divulgando la revolución. Y mantenemos el
contacto.
También por mediación de Aranda conocimos a Mário Cesariny y
Artur Cruzeiro Seixas, dos fascinantes artistas plásticos que desde siempre
estuvieron elaborando objetos surrealistas. Fascinantes por su obra pero
también por sus vidas, sus historias, sus conversaciones, sus acciones y, sobre
todo, por sus inquebrantables amistades
intimistas que mantuve hasta sus respectivos fallecimientos. Les visitamos casi
anualmente en Lisboa y a menudo ellos nos visitaron y les alojamos en nuestro
domicilio. Fue precisamente Cesariny quien me animó a publicar mis poemas que
él consideraba “un soporte muy válido y
muy en serio para el surrealismo español”. Actualmente la obra de Cesariny se expone en
el espacio “Casa da Liberdade” de Perve Galería en Lisboa dirigida por Carlos
Cabral y Nuno Silva que incluye también parte de la obra de Cruzeiro. Pero el
grueso del legado de Seixas se encuentra en la Fundação Cupertino de Miranda en
Vilanova de Famalição cuya colección incluye varias de mis obras objetuales de
assemblage. El año pasado se celebró con una exposición en Perve Galería el 75 aniversario
del grupo Os Surrealistas al que pertenecieron Cesariny y Cruzeiro, yo
participé con el objeto assemblage “75” que después doné también a Perve.
Por mediación a su vez de Mário Cesariny conocimos a Juan
Carlos Valera. En 1991, tras una visita en Lisboa, Mário nos llevó a Cuenca para
visitar a un editor. Valera le había organizado una entrevista con una
periodista de “Nuevo Diario”. Apareció publicada con el título “Mario Cesariny,
un Quijote en las Hoces” (en esta publicación aparece la cita que he transcrito
anteriormente). Ya he mencionado que Valera edita la revista “Menú, Cuadernos
de Poesía” dedicada a la poesía visual y objetual. Recuerdo especialmente su edición de
los libros de poemas de Mario Henrique Leiria. Uno de ellos “Claridade dada
pelo tempo”, incluía una serie de collages que yo reproduje artesanalmente como
colaboración al proyecto. Seixas organizó en Lisboa una presentación del libro.
Participaron una actriz que recitó dramatizándolos los poemas de Leiría, Valera
que leyó algún poema suyo y yo que leí un poema de mi libro “Aduar Gitano”,
titulado: “Serpientes del heno y el incienso”. También colaboré con la revista Menú
reproduciendo los collages del poema “Acordes” de José Francisco Aranda Aranda.
En 2006, con ocasión de las conmemoraciones de los 40 años de la muerte de
André Bretón, se realizó en la librería de alfarrabista de Miguel de Carvalho
en Coimbra una exposición bibliográfica de la revista Menú, bajo el título “Os ossos também tem fome”. Se expuso una obra
mía especialmente diseñada para presentar mi poema- objeto “Aquí interrumpí mi
lectura” que doné a Carvalho.
Y también en 1991 Cesariny
nos llevó a Gijón a conocer a Enrique Carlón. Quería recoger una obra de Carlón
para la Exposición Surrealista organizada por el Grupo Surrealista de Madrid.
Por cierto que la trajimos envuelta en otro lienzo de gran formato que Carlón había
desechado y cuando llegamos a Madrid, decidimos quedarnos con el envoltorio,
ponerle un bastidor y desde entonces preside nuestra sala de estar. En una
ocasión que estuvo en Madrid, nos lo firmó y lo dedicó por detrás con el texto “Rescatado del olvido por Pedro y Manolo”.
Carlón colaboró con el Grupo Surrealista de Madrid participando en las
exposiciones y en la revista Salamandra, pero ya antes, en 1977 editó en Gijón
el número 0 de la revista “El Orfebre” con participación del Círculo
Surrealista, desde 1980 editó la revista “Luz Negra, Comunicación Surrealista”
con participación de Eugenio Castro y fotografías de objetos naturales y
surrealistas. Y ya en los años 90 editó la revista “Kula” que incluía propuestas
para acabar de una vez por todas con los nacionalismos, la lucha de clases, el
hambre en el mundo, el problema de la vivienda, la destrucción del planeta, el
problema de la justicia, el misterio de los sexos y los horrores de la guerra.
Sobre esto último expone: “Los desertores
serán considerados héroes nacionales en ambos bandos”.
Y el pegamento de ensamblaje,
sobre la misma mesa de disección de Lautréamont,
junto a las teclas desprendidas
de la trasnochada máquina de escribir
y las varillas dobladas por el viento
del paraguas desechado.
Un deseo de color acuarela en forma de cerebro
en medio de un sueño
que se pasea sonámbulo sobre un riel de las vías
tarareando una fragancia de corylopsis.
El pan nuestro de cada herida y desaparecida,
la copa caída como el ángel más bello
y rota como la historia más escondida
que no olvidada.
Restos de arpillera y de invierno en el interior
de cada registro, desahucio o redada,
enredados en un ovillo de circunvoluciones
o una soga de estopa.
Esmeril rasgado a mano,
un periódico que oculta las verdades,
y a veces un puñado de trigo o de sintagmas
para alimentar las conciencias.
Lo que dan la tierra y el tiempo vívido
no siempre vivido en la carne
pero sentido en los huesos
y en los latidos que bombean el hambre.
Buscando en los huracanes de los espejos
y los aladares de las escombreras,
espigando en contenedores de obras,
miedos oxidados, infancias cuarteadas
y alfileres clavados en la garganta.
La pluma de un ave migratoria
o de aquel mismo caído
encerrada en una urna o en una mirada
o en una jeringuilla de limaduras de hierro.
Las llaves que ya nada abren
de las que brotan otros estambres
También arenas de los desiertos,
morrenas de los meandros,
y huecos vacuos,
para avivar las protestas,
desactivar las balas
y reiniciar el big bang.
(“Piedra, papel, tijera” Inédito. 2025)
EL CATÁLOGO
El presente libro pretende ser un catálogo bastante exhaustivo
de mi obra objetual assemblage. No muestro todos los innumerables collages
aunque, como sabemos la mayoría de las obras incluyen collage, a la vez que técnicas
pictóricas. Sí he fotografiado obras cuyo assemblage, al consistir en
materiales planos como telas o vendas, dan la sensación de bidimensionalidad. Muchas
de las obras comprendidas en el libro de hecho son más pictóricas que
objetuales. Algo que aprendí del trabajo de Pedro Extremera fue la minuciosidad
con la que preparaba las superficies de sus cuadros antes de pintar sobre
ellas. En mis obras pictóricas también me gusta preparar los soportes
incluyendo diversas texturas, cartones rizados, panas, arpilleras, tela esmeril
de lija, vendas… Y a su vez indago en variedad de soportes, así trabajo sobre
cartones, maderas, lienzos…
Incluyo series de objetos como la que dediqué a Picasso,
partiendo de una colección de fotografías del cineasta, que elaboré para la
exposición “Juegos de la Memoria” que organicé entre amistades en mi taller de
la calle Tesoro en 2007. O la serie
“Anticoagulantes” que estoy desarrollando desde junio de 2024 sobre las cajas
del anticoagulante que el doctor de medicina interna me ha recetado para tratar
las trombosis provocadas por las vacunaciones del Covid pero que no son
financiadas por el sistema público de salud, a pesar de habernos vacunado por
recomendación explícita de ese sistema de salud en solidaridad con las personas
que estaban enfermando y de forma casi forzada por haber sido consideradas
personas de colectivos esenciales. Son actualmente uno de los más claros
ejemplos de interrelación entre Conciencia, poética y assemblage. También expongo
algunas obras que durante años estuve elaborando como múltiples para felicitar
las fiestas del solsticio de invierno a mis amistades, algunas montadas en
cajitas de madera y otras sobre otros soportes como un frasco de vidrio o una
tarjeta de cartulina, varias son homenajes a amistades del mundo del arte. Se
exponen varios libros objetos e intervenciones en libros. Y las intervenciones
en puertas de mi domicilio que elaboré durante el confinamiento. Muchas de las
obras están en mi domicilio pero otras muchas han sido donadas, destruidas o se
encuentran en paradero desconocido y las imágenes han sido rescatadas de
fotografías reveladas que he refotografiado del positivo por lo que la
resolución puede ser algo defectuosa.
Además de los asemblages adjunto en el libro fotografías de
las exposiciones colectivas e individuales y reseñas en diversos medios en las
que se menciona mi obra.
Y finalmente también algunas imágenes de los talleres en los
que a lo largo de estos años he trabajado. Durante los primeros años, en la
década de los 90, adquirí un semisótano en la calle Bastero. Más tarde lo vendí
y adquirí un local a pié de calle en la calle Tesoro. Y tras el fallecimiento
de Manolo también lo vendí y habilité una de las habitaciones de mi domicilio
como taller. En estas vistas de las exposiciones y de los talleres podemos
descubrir otras de mis obras pictóricas, collages y assemblages.
Son muestras, ahora impresas, de mi trabajo, de mi
Conciencia y de mi poética a lo largo del tiempo.
Un verso resuena al caminar sin prisa el pollino
y remangarse el arriero.
Un verso florece entre la hierba, junto al bordillo
y el posarle tus labios podrás arrancarle un quejido.
Un verso sentirás grabado en el vientre de un amigo.
Un verso está muriendo en un hospital
o en una guerra de miedos que no se supieron afrontar.
Un verso cada vez que cierras tus ojos, un momento antes de dormir,
un instante antes de desvanecerte, un recuerdo antes de morir.
Un verso estalla en cada desperezo
y en la sonrisa que escapa cuando descubres tu rostro en el espejo.
Un verso enreda el viento entre nubes huidizas,
entre la barba de un anciano
o la crin de un rocín.
Hay versos que degustan los indígenas en el desierto,
son bayas,
son insectos
o los restos de un hombre muerto.
Versos son plumas que desprendieron las palomas en su apareo
y el vuelo negro de las golondrinas
y la altivez blanca de las cigüeñas sobre el campanario.
Hay un verso hecho palabra en las márgenes del río,
¡si lo arrastrase la corriente hasta hundirlo en la mar!
Un verso sangra al estrechar tu mano
o golpearte el pecho y restregarte el sudor con el brazo.
Puedes oler los versos cuando pasan por tu lado:
olor a recién lavado,
olor a lluvia cuando ha amainado,
olor a indigente que pide para tabaco,
olor a deseo que transpira un hombre preso
sin aliento.
(“Versos con los cinco sentidos”. Del libro “Aduar gitano”. Impreso en
Gorfisa, Zaragoza, 1995)
COLOFÓN
Este catálogo de objetos y assemblages ve la luz en la
primavera de 2025, año en el que celebramos el centenario de la publicación del
Primer Manifiesto Surrealista y en el que recordamos entre collages, assemblages,
versos y otras circunstancias atenuantes el nacimiento de José Francisco
Aranda.
Sirva esta publicación también como homenaje al Arte de la
Memoria y continuación de las Revoluciones incruentas.
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